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Aldama, fuera de sí contra sus socios estafados: «¡No me dejáis vivir con la puta ansia!»

THE OBJECTIVE accede a un nuevo audio en el que el comisionista muestra un lado desconocido hasta el momento

THE OBJECTIVE ha tenido acceso exclusivo a una serie de audios en los que el comisionista Víctor de Aldama muestra un lado desconocido hasta el momento. Con un tono elevado y agresivo, Aldama se enfrenta a sus socios en el marco de una complicada disputa económica en relación con el negocio de los hidrocarburos. En una conversación registrada en enero de 2023, uno de los empresarios le exige el pago de una deuda. Aldama, visiblemente alterado, responde con furia: «¡No me dejáis vivir con la puta ansia!».

Durante el intercambio, Aldama recrimina a sus socios: «Tú, tú y tú, solo eres tú y tú. Solo tú. Tú no piensas en mí una puta mierda. Tú no piensas en mí una puta mierda», grita. Los socios, en apuros financieros y con grandes deudas acumuladas, le exigen que cumpla con los pagos pendientes. Ante esto, Aldama no muestra disposición alguna para solucionar el problema y, en lugar de ofrecer una salida, arremete contra ellos. «¿Injusto? Injustas vosotras, que no me dejáis vivir ni un puto día, ¿eh? Y he hablado con las dos. ¿Vale? Ni un puto día me dejáis, ni uno. Es por la puta ansia, por la puta ansia, por la puta ansia. Pues nada, tirad con la ansia», les responde.

Según los testimonios de una de las empresarias involucradas, que ha compartido su versión con este periódico, la situación era desesperada. Ella y sus socios se habían visto obligados a vender todo su patrimonio para afrontar las deudas, encontrándose en una situación económica crítica, «con una mano delante y otra detrás». En lugar de ofrecer algún tipo de ayuda o respaldo, Aldama se muestra aún más distante, sugiriendo a estos empresarios que arreglen el asunto directamente con su socio principal en la trama del fuel, Claudio Rivas, desvinculándose completamente de la situación. «Vosotras, a partir de ahora, tirad vosotras. Yo me quito de todo, es que no quiero saber nada, nada. Nada de nada. Hacéis vosotras con él, os organizáis vosotras con él y cuadráis vosotras con él y ya está, que seguramente os va mucho mejor que conmigo», les grita, dejando claro su deseo de evadir responsabilidades.

[Aviso legal: el audio publicado es propiedad exclusiva de THE OBJECTIVE y solo puede ser reproducido por otros medios de comunicación o en redes sociales siempre que se especifique claramente que la fuente es theobjective.com]

Este intercambio tuvo lugar solo cuatro meses después de que la operadora Villafuel SL consiguiera una licencia del Gobierno de Pedro Sánchez que le permitió comercializar combustible sin IVA, lo que les posibilitó defraudar 182 millones de euros al fisco. Mediante esta práctica, la empresa vendía combustible con IVA, pero lo reportaba sin el mismo, lo que les proporcionaba un beneficio del 21% sobre las ventas. El clima de tensión entre los socios creció aún más después de que Villafuel obtuviera la licencia en septiembre de 2022, un proceso que se habría visto facilitado, presuntamente, mediante el pago de una mordida de 600.000 euros a varios políticos del PSOE y un chalé al exministro José Luis Ábalos en la urbanización de La Alcaidesa, en Cádiz.

Aldama: «Estoy hasta los huevos»

En otro audio registrado durante la misma discusión, Aldama, con un tono algo más pausado, sigue expresando su hartazgo y malestar. «Estoy cansado, siempre lo mismo, siempre lo mismo. Siempre me llamas para pa, pa, pa, pa, pa, pa, pa y al día siguiente po, po, po, po, po. Mira, he hablado con tu madre 20 veces, ¿vale? Le he dicho a tu madre lo que se le va a dar, lo que no se le va a dar, lo que tiene que hacer, lo que no tiene que hacer y hace lo que le viene en gana, ¿vale? Ya le he dicho a (…) que iba a hablar con ellos esta semana, pero no, tú tienes también que el fin de semana tocarme los cojones», le reprocha Aldama. A continuación, sube el tono y deja claro que no tiene intención de seguir involucrándose en la situación: «Cogéis a Claudio y habláis con él lo que os dé la real gana, yo me quito del medio. No quiero saber más de nada. Estoy hasta los huevos. Me habéis terminado de quemar. Se acabó».

Este empresario ya había advertido que Aldama, a lo largo de los meses previos, se había ido distanciando de manera cada vez más evidente. Sus conversaciones se hacían más espaciadas y el comisionista evitaba, en la medida de lo posible, cualquier recordatorio sobre los pagos pendientes. Los socios no dejaban de reclamarle lo que les debían, mientras observaban cómo Aldama y Rivas seguían obteniendo beneficios de la operativa de Villafuel sin responder a sus deudas. La tensión se había acumulado hasta el punto de que los socios se vieron obligados a exigirle a Aldama una respuesta: «Ya es hora de que empecéis a responder. Te pido que intentes solucionarlo. Lo necesitamos». En un audio enviado un día antes, el 22 de enero, Aldama respondió de forma tajante: «Ya estoy hasta los cojones, así que cada uno de vosotros hacer lo que os salga de los cojones, ahora en cada momento», mostrando claramente su desinterés por la resolución del conflicto.

Este mensaje fue respondido por uno de sus interlocutores de forma igualmente frustrada: «Quien está hasta los cojones soy yo. Estoy hasta los cojones de las contestaciones, estoy hasta los cojones de no poder solucionar mi vida, estoy hasta los cojones de no poder solucionar los problemas que me han creado otros. Cuando tú estabas mal con éste, a ti se te ha ayudado, has tenido un brazo donde consolarte, siempre has tenido una buena palabra amable. Así que a mí no me vengas a contestarme ahora así, ¿eh? Que bastantes problemas tengo yo ya, que me han causado otros, ¿vale?».

El intercambio fue una muestra clara de cómo las tensiones dentro del grupo llegaban a puntos insostenibles. Aldama, furioso, no dudó en exhibir una faceta completamente distinta a la que hasta entonces había mostrado. «¡Estás tú para tocarme los cojones a mí! ¿Vale? Que tú no sabes el fin de semana que yo llevo y llevas todo el puto fin de semana machacándome! ¡Que ya estoy hasta los cojones! Te he llevado a todos lados, te he consolado, estoy haciendo todo por ti», gritó. Su enojo continuó escalando, alcanzando niveles tan altos que su última exclamación fue casi un grito desaforado: «¡Ya basta! ¡Ya basta! ¡Y a mí tú no me chillas! ¿Te queda clarito? ¿Clarito?».

La trama milmillonaria de petróleo

En esos días, Aldama y Rivas estaban ocupados con otros proyectos, incluyendo un acuerdo de gran escala relacionado con la importación de petróleo. Rivas, en particular, había presumido ante empresarios cercanos sobre su operación con 11 buques petroleros que transportaban 40.000 toneladas de petróleo cada uno desde Venezuela. Este crudo, de tipo Merey, es conocido por su alto contenido de azufre y su densidad elevada, lo que lo hace incompatible con los estándares de calidad exigidos por la Unión Europea. Según fuentes cercanas a la operación, el petróleo no entraba directamente en España desde Venezuela, sino que llegaba a través de un país intermedio, la República Dominicana, donde el crudo era refinado.

El objetivo inicial de Aldama y Rivas era construir una refinería en Tenerife para procesar este petróleo, lo que les habría proporcionado una oportunidad de negocio multimillonaria. En octubre de 2022, se celebró una reunión crucial entre Víctor de Aldama, Claudio Rivas, Koldo García y el presidente de Canarias en ese momento, Ángel Víctor Torres, con la intención de discutir los pormenores del proyecto. Sin embargo, este negocio finalmente no salió adelante. 

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