El expresidente de Correos se escuda en una querella para guardar silencio en el Senado
Serrano declina hacer declaraciones sobre su gestión, que supuso un agujero de 1.200 millones a la empresa pública

El expresidente de Correos Juan Manuel Serrano durante su comparecencia en el Senado. | Fernando Sánchez (Europa Press)
El expresidente de Correos Juan Manuel Serrano no ha soltado prenda. El amigo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que dirigió el servicio postal entre julio de 2018 y diciembre de 2023, se ha acogido a su derecho a no declarar en la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado argumentando que es «parte pasiva» de un proceso judicial sobre una causa que podría tener relación sobre los hechos que se investigan. El que fuera jefe de gabinete de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE se ha parapetado tras una querella por malversación y prevaricación «infundada y fabulada» interpuesta por de Abogados Cristianos. El PP ha avanzado que le volverá a citar.
«Les manifiesto mi decisión irrevocable y firme de no responder a ninguna de las preguntas que se me formulen, pues a día de hoy soy parte pasiva de un proceso judicial cuyos hechos que se investigan, de manera directa o indirecta, podrían tener relación con la dirección hacia la que esta investigación está conduciendo la investigación parlamentaria», ha explicado el expresidente de Correos.
Abogados Cristianos interpuso a finales del año pasado una querella contra Serrano por presuntos delitos de malversación y caudales públicos y prevaricación. El instructor decidió archivarla, aunque la asociación elevó un recurso de apelación a la Audiencia Provincial de Madrid que se está pendiente de resolución. El expresidente de Correos enervó a trabajadores y sindicatos, que denunciaron el recorte de los servicios y una mala gestión que supuso un agujero de 1.200 millones de euros en la empresa pública. Le sustituyó en el cargo Pedro Saura, secretario de Estado de Transportes en la etapa de José Luis Ábalos.
Agujero en Correos
María del Mar Caballero, portavoz de UPN, le ha acusado de «escabullirse en su deber de informar en esta Cámara». Ha asegurado que esa decisión le deja «más dudas» sobre su gestión. La dirigente navarra quería conocer si su nombramiento en Correos fue «un premio» por la confianza de Sánchez; por qué le cesaron; por las adjudicaciones a empresas de la trama Koldo y qué tipo de asesoramiento prestó Sortis en los dos años que duró el contrato.
El sumario del caso Koldo señala que Israel Pilar Ortiz medió con la trama de Koldo a comprar las mascarillas. Los investigadores consideran a este empresario como «el enlace» entre Soluciones de Gestión y Víctor de Aldama para llevar a cabo la adquisición de los cubrebocas. Correos negoció la compra, aunque el contrato no llegó a formalizarse. La adjudicación la realizó finalmente Puertos del Estado, aunque a un precio superior.
Meses después de esa gestión, el dueño de la consultora logró que Correos le concediera a dedo un contrato de al menos dos millones para un fallido proyecto. Serrano encargó mediante esta operación que Sortis prestara un servicio de consultoría al servicio postal para «el análisis, diseño e implantación» de su estrategia en materia de telecomunicaciones con el objetivo de modernizarla. El segundo contrato, por valor de 168.000 euros, se materializó días antes de que fuese destituido de su cargo y reemplazo por Saura.
El portavoz del PP Salvador de Foronda ha centrado su intervención en los contratos internacionales que suscribió Correos y que supuso diferentes pérdidas económicas. El senador burgalés ha afeado a Serrano que se reuniera con Aldama y Javier Hidalgo para que Correos iniciara un proyecto con Telefarmacia, la app que sirvió como excusa para conseguir el apoyo de Begoña Gómez y que esta se reuniera con el entonces CEO de Globalia antes de ponerse en marcha el rescate a Air Europa. Correos también otorgó a dedo al holding de los Hidalgo la puesta en marcha de una aerolínea de mercancías, un proyecto que finalmente acabó con 25 millones de pérdidas.
La contratación de Leire Díez
Tras ese rescate, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) habría obligado a Correos Cargo, la aerolínea de paquetería de la empresa pública, a contratar a Globalia para «darle trabajo» y justificar así la inyección millonaria de más de mil millones a la compañía. Foronda también ha preguntado por la contratación de Leire Díez, que la semana pasada en esta misma comisión aseguró que llegó a la empresa pública tras superar un proceso de selección.
La exmilitante socialista se embolsó 261.958 durante su paso por Correos. La mujer que presuntamente se habría encargado de recopilar información sensible de jueces y fiscales para contrarrestar las investigaciones judiciales que cercan al Gobierno trabajó en el ente público entre noviembre de 2021 y febrero del año pasado, bajo la presidencia de Serrano. El servicio postal la fichó como jefa del área de Relaciones Institucionales pese a no tener experiencia previa. Tres meses más tarde ascendió a directora de Relaciones Institucionales, Filatelia, Estudios y Futuro, un cargo directivo de nueva creación.
«Era una muy importante para Serrano porque se encargaba de construir relaciones con terceros», destacó a este diario un relevante empleado de Correos que no entendió su fichaje. Ahora se lo explica: «El partido tenía que pagar favores y con el sueldo de Enusa no alcanzaba». Como revelaron unos audios, la denominada fontanera del PSOE se reunió con diferentes imputados para conseguir información sensible.
Una de las primeras decisiones de Saura al frente de Correos fue relevarla por Nuria Lera. Empleados del servicio postal explican que el dirigente murciano tenía posiciones muy alejadas de Serrano y desconfiaba de las personas de su órbita. Tras su salida de la empresa pública, Díez habría integrado el equipo para contrarrestar las investigaciones judiciales que cercan al Gobierno bajo la batuta del ex secretario de Organización del PSOE Santos Cerdán, que negó ese extremo.