En Jerusalén, ciudad desgarrada por los conflictos, el club de fútbol Hapoel Katamon se ha propuesto promover valores de tolerancia mezclando jugadores judíos y árabes israelíes desde la infancia. «Lo que nos caracteriza son nuestros valores, que son la base del club tanto para los jugadores como para los aficionados», explica uno de los fundadores del Hapoel Katamon, Shay Aaron, exjugador profesional convertido en director deportivo del club. «Predicamos la antiviolencia, el antirracismo, el darse uno mismo y el vínculo entre los diferentes sectores de la población», explica. «Para nosotros, la nacionalidad, la etnia o la religión de los jugadores no tiene ninguna importancia», continúa, haciendo alusión al hecho de que el gran equipo del Jerusalén, el Beitar, se niega a fichar a jugadores árabes. Los árabes israelíes son los descendientes de los palestinos que se quedaron en su tierra tras la creación de Israel.