Ciberactivismo africano: un ejemplo para todo el mundo
La muerte en 2008 del presidente de Guinea-Conakry, Lansana Conté, que se mantuvo en el poder desde 1984 hasta ese mismo año, originó un conflicto político del que la sociedad civil no pudo quedarse al margen. La presidencia del país recayó en el entonces presidente de la Asamblea Nacional Popular (ANP), Aboubacar Somparé, que tenía la obligación de convocar elecciones en un periodo de 60 días. Sin embargo, seis horas después de la muerte del presidente Conté, un grupo de militares capitaneados por Moussa Dadis Camara tomó una emisora de radio para leer un comunicado en el que disolvían las instituciones republicanas, incluida la Constitución. Un golpe de Estado en toda regla. Asimismo, en el comunicado, Camara aseguró que se iba a crear un Consejo Nacional por el Desarrollo y la Democracia y se nombraría a un militar como presidente y a un civil como primer ministro, quedándose él mismo al margen de los comicios. No obstante, transcurrido un año, en el mes de septiembre, el militar anunció su intención de presentarse a las elecciones, prendiendo así la mecha del pueblo guineano, que veía peligrar su sistema democrático.