El pozo de Diana Quer
El asesinato a modo de juego experimental o como acceso a la fama supera no pocas formas tradicionales del crimen, con la truculencia pavorosa que añade la desintegración social y moral que denotan los culpables. En otros casos, como en el asesinato de Diana Quer, todo puede ocurrir en cualquier otro lugar de cuyo nombre habrá que acordarse. Su asesino confeso, un sujeto como El Chicle, representa un vértigo de cambios sociales ajenos a la ley y que justificarían sobradamente el principio de tolerancia cero.