En este sentido, el Primer Ministro nipón, Shinzo Abe, asegura que está tratando de poner un límete en el número de horas extraordinarias así como un programa del Gobierno, llamado Premium Friday, que estará listo para lanzar en febrero, y que permitirá a los trabajadores salir más temprano de la oficina el último viernes de cada mes. Sin embargo, los críticos aseguran que esto no va a ser suficiente e insisten en que el país necesita poner fin a las largas horas de trabajo para que la gente pueda compaginar su vida laboral con la personal. El Ministerio de Trabajo ha llevado a los tribunales a Mitsubishi, una de las mayores compañías de Japón, después de tener constancia de que la empresa obligaba a un trabajador a hacer horas extras de forma excesiva. En este mismo sentido, Tadashi Ishiii, el presidente del gigante de publicidad Dentsu, dimitió a finales de 2016 después de que un juez dictaminase que un trabajador de 24 años había fallecido en 2015 por exceso de trabajo. Por otro lado, algunas compañías, como Japón Post Insurance, han cambiado todas la luces de sus oficinas para animar a los trabajadores a salir antes.
El Karoshi es una palabra japonesa que significa «muerte por exceso de trabajo» y se usa para describir un fenómeno social en el ambiente laboral que existe desde hace varias décadas en Japón, que consiste en un aumento de la tasa de mortalidad por complicaciones debidas al exceso de horas de trabajo, sobre todo a derrames cerebrales y ataques cardíacos. El Ministerio de Sanidad de Japón reconoció este fenómeno en 1987.