Romperse los cuernos por una hembra
He oído decir que en momentos de ocio el demonio busca ocupación. También he oído decir que los niños no deberían conocer el aburrimiento. He visto y oído suficientes cosas sobre el tedio y la crueldad en el mundo para saber que cualquier hombre sensato con un mínimo de sensibilidad sería incapaz de contemplar la pelea a muerte de los dos insectos de la imagen sin sentir piedad por ambos. Los escarabajos rinoceronte van a romperse los cuernos (nunca mejor dicho) en una lucha forzada por la supervivencia y el instinto más salvaje de puro deseo animal. El escenario del torneo está manipulado. Los organizadores del evento colocan a un escarabajo hembra en el interior del tronco sobre el que combaten dos gladiadores macho. Fijándonos en la fotografía de Reuters, vemos en medio de los negros adversarios el rostro perplejo de un chaval con gorra de béisbol. La pugna vertical de los rivales ofrece al objetivo de la cámara el bello contraste de la simetría de los cuernos y el armazón azabache de los luchadores coronados por la delicada textura de sendos hilos fucsia.