La policía de Pakistán es acusada de asesinar ilegalmente a 2000 sospechosos al año
Bajo el eufemismo de «muerte en enfrentamiento» la policía pakistaní justifica las ejecuciones extrajudiciales proporcionando como razones para la violencia que los presuntos delincuentes o terroristas fueron abatidos porque oponían resistencia o mostraban violencia. Sin embargo, el informe de Human Rights Watch asegura que: «En la gran mayoría de estos casos, ningún agente de policía resultó herido o muerto, lo que plantea interrogantes en cuanto a si había realmente un intercambio armado o una amenaza inminente para la vida de la policía u otras personas».
Según recoge The Guardian, oficiales de alto rango de la Policía de Pakistán admitieron a HRW que los métodos violentos se encuentran entre sus prácticas, y que en ocasiones agentes mal equipados y mal entrenados recurren regularmente a la tortura para obtener confesiones. Según la organización de Derechos Humanos: «Tales prácticas han contribuido a hacer de la policía una de las instituciones más temidas de Pakistán».