No hay quien destrone a Beyoncé
Era una gala hecha por y para ella. Llegó, pisó la alfombra y deslumbró. Y cuando pisó el escenario, la diosa de ébano de la música demostró porque nadie puede ser comparada con ella. Con una producción cuidada al máximo, espectaculares efectos visuales, cambios de vestuario y por momentos un aire de teatro de vanguardia, Beyoncé se marcó una actuación de más de quince minutos con varios temas de su último disco, Lemonade, que dejó al público asistente y a los espectadores que la vieron desde sus casas boquiabiertos. El público le dedicó una ovación cerrada durante varios minutos después de presenciar semejante espectáculo. También fue una noche reivindicativa. El triunfal videoclip de Formation es una clara evocación a la violencia policial contra los negros en Estados Unidos. Por eso Beyoncé quiso tener un gesto hacia esas víctimas e invitó a la gala a las madres de Michael Brown, Trayvon Martin, Oscar Grant y Eric Garner. Todos ellos murieron desarmados a causa de los disparos de agentes de policía, oficiales de tránsito o un trabajador de seguridad.