Las elecciones de Berlín muestran, de nuevo, que la pérdida de apoyos a la formación que lidera Angela Merkel no es pasajera. Con un 17,6% de los apoyos, la CDU registró una caída de casi seis puntos porcentuales en relación a los comicios de 2011. En esta ocasión, al descenso de apoyos, la Unión Cristianodemócrata debe sumar también la pérdida de un Gobierno, dado que hasta ahora el partido de Merkel regía en coalición con los socialdemócratas (SPD) en la ciudad-Estado, pero su caída en las urnas le impide jugar un papel destacado en la formación de un nuevo Ejecutivo. Todo parece indicar que en la capital alemana acabará gobernando un tripartito de izquierdas (integrado por SPD, La Izquierda y los Verdes), la única opción que permite la nueva aritmética parlamentaria.
Las dos últimas citas electorales en Alemania, permiten apuntar que las elecciones federales de 2017 se presentan complicadas para los partidos tradicionales. Si la tendencia persiste, los ultranacionalistas de AfD se convertirían en el primer partido xenófobo que entra en el Bundestag desde 1945 y podrían acabar por romper el sistema bipartidista en Alemania.