El tai-chi de los viejos
Cervantes escribió el Quijote cuando ya no le quedaban ni dientes ni esperanzas, Reagan aspiraba a octogenario al caer el Muro y Miguel Ángel alzó sobre su edad provecta una cúpula en San Pedro.
Cervantes escribió el Quijote cuando ya no le quedaban ni dientes ni esperanzas, Reagan aspiraba a octogenario al caer el Muro y Miguel Ángel alzó sobre su edad provecta una cúpula en San Pedro.
Un servidor de ustedes ha practicado poco los llamados «deportes de riesgo». El único que se me da bien es fumar, y consigo marcas bastante aceptables. Hay uno, en cambio, que probé y del que salí ileso…
Se ha ido en silencio, sin molestar a nadie, sin que nadie se diera cuenta, como los indios americanos que cuando intuyen que ya no tienen nada que hacer en este mundo, se esconden el bosque y se dejan morir.