Europa prescindirá del carbón para cumplir con los acuerdos de París
Existen datos esperanzadores. Como que, según cifras de la Agencia Europea del Medio Ambiente, la proporción de carbón y lignito en la producción de electricidad ha caído un 21% entre 1990 y 2014, un 1% por año, en toda la eurozona. O que este tipo de combustible en 2014 representaba la cuarta parte de la producción de electricidad europea, cuando en 1990 suponía el 40%. O que en este mismo período la proporción de energías renovables ha pasado del 13% a 29%.
Sin embargo es insuficiente. Alemania y Polonia son los responsables del 51% de las capacidades instaladas y del 54% de las emisiones y deben sensibilizarse al ritmo que el resto de naciones. «Existe una creciente disparidad entre los Estados miembros en su forma de encarar el futuro del carbón», han destacado los autores del informe, agregando que la cuarta parte de las centrales a carbón que ya funcionan deberán cerrar de aquí a 2025, y un 47% para 2025.