¿Se maquillan menos las catalanas? Un libro aborda el recelo político a la industria cosmética
El libro ‘Las catalanas no se pintan’ explora el ideal de belleza del catalanismo y su impacto en mujeres de fuera
El libro ‘Las catalanas no se pintan’ explora el ideal de belleza del catalanismo y su impacto en mujeres de fuera
«En estas dos últimas décadas, la discusión política ha ido adquiriendo cada vez más el rostro de una pugna entre la democracia y el sentimiento identitario»
«Barcelona quiere que el enemigo sea Madrid, pero Madrid solo es el gran adversario en la eterna disputa por el liderazgo urbano en la Península Ibérica»
«En lugar de solucionar los problemas reales, el gangsterismo socialista se ocupa de crear un paraíso dominical y conformista a medida del señor Sánchez»
«Si hay mucha desigualdad económica, no puede haber prosperidad. Y si no hay igualdad de derechos, no hay democracia: el catalanismo defiende el favoritismo»
«Si el catalanismo es verdadero será siempre constitucionalista. Si no lo es, será una herramienta para que triunfen ideas y proyectos políticos fracasados»
«En el Madrid de los despachos del poder y de los grandes centros de influencia nunca ha sabido catalán nadie. Siempre fue así y sigue siendo así»
En la presentación en Barcelona del libro colectivo Anatomía del procés (editorial Debate) se habló mucho del pasado más reciente y asfixiante de Cataluña. Sin embargo, también hubo tiempo para reflexionar sobre el futuro del catalanismo.
Conversamos con Daniel Gascón, quien en ‘El golpe posmoderno’ contextualiza hechos y cuestiona partes fundamentales del relato imperante en torno al procés.
Resulta enternecedor contemplar los esfuerzos que los intelectuales finos del nacionalismo (en feliz expresión de Ricardo Dudda) están llevando a cabo para blanquear la imagen del nuevo presidente de la Generalitat. Aunque su propósito no es tanto absolver a Torra como al nacionalismo en sí.
Cada vez que la justicia condena a los nacionalistas por corruptos es casi inevitable recordar aquellas palabras que, desde el balcón de la Generalitat y a propósito de la querella que interpuso Carlos Jiménez Villarejo, a la sazón fiscal general del Estado, contra ex dirigentes de Banca Catalana, Jordi Pujol arrojó hace más de treinta años a una masa enfebrecida de patrioterismo: “El Gobierno central ha hecho una jugada indigna. A partir de ahora, cuando alguien hable de ética, de moral o de juego limpio, hablaremos nosotros, no ellos”.
El PSOE ha puesto fin este domingo a su 39º Congreso Federal con la aprobación de la nueva Comisión Ejecutiva Federal, con el 70% de los votos a favor, y la proclamación de Pedro Sánchez como secretario general.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha dicho este viernes que tiene un único interlocutor en España, Mariano Rajoy, durante una conferencia de prensa de ambos mandatarios, informan varias agencias. «Solo conozco un socio y un amigo, que es España toda entera. Conozco un solo interlocutor y está a mi lado, se llama Mariano Rajoy. El resto no me concierne», ha señalado el presidente galo tras un encuentro bilateral en el palacio del Elíseo, el primero que mantiene con Rajoy desde que asumiera la presidencia el mes pasado.
Escribo estas líneas sabiendo que este lunes se hará público en El País un artículo firmado por Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. Desconozco aún su contenido, pero todo apunta a que será el enésimo intento de la Generalitat de pedir diálogo e intentar salvar los pocos muebles que le quedan. Y a la antigua Convergència, una salida digna para el atzucac donde se ha metido.
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