Danza

Mushimaru Fujieda, el poeta del butoh que enamoró a Allen Ginsberg

Mushimaru Fujieda, el poeta del butoh que enamoró a Allen Ginsberg

Conocida como la danza hacia la oscuridad, el butoh cada vez tiene más adeptos en España.

Nos movemos por la vida como si llegásemos tarde a todos sitios, tan aficionados a ocultar nuestros verdaderos sentimientos que hemos hecho de la ansiedad una condición del ser y del baile una forma de evasión. Pero los maestros japoneses nos enseñan que el movimiento puede ayudarnos a conectar con las capas más profundas de nuestro ser y bailar con nuestras sombras.

Las tradiciones más castizas de Madrid resisten en San Isidro

Las tradiciones más castizas de Madrid resisten en San Isidro

Este fin de semana la Pradera de San Isidro promete recordar a los madrileños su tradición, historia y costumbres más castizas. Chulapas y chulapos bailarán a ritmo de chotis, mientras que los trajes goyescos lucen sus bordados en la verbena y los madrileños disfrutan de las rosquillas y la limonada a la hora de la merienda. Sin embargo, aunque la fiesta del patrón de Madrid sea una de las citas más populares de la capital, son pocos los madrileños que se apunta a seguir con estas tradiciones. El olvido, el desinterés de las nuevas generaciones y la gran variedad de culturas de Madrid dejan a unas cuantas asociaciones al cuidado del recuerdo de nuestro folclore.

Las bailarinas de Degas cobran vida

Las bailarinas de Degas cobran vida

Con la ayuda del proyecto Dance NYC y siendo ella la principal protagonista de las imágenes, la exposición: ‘Edgar Degas: Una extraña nueva belleza’, lució en los espacios del MOMA de Nueva York. “Fue interesante que me hicieran fotos y no tener la libertad de crear como habitualmente hago con mi cuerpo,” ha señalado Copeland en la revista de moda y belleza Harper’s Bazaar. “Intentar recrear lo que hizo Degas fue muy difícil. Fue increíble darse cuenta de todos los pequeños detalles pero también ver como aún así te permite sentir que hay movimiento».

Misty Danielle Copeland, de 34 años, es la bailarina de ballet más conocida de Estados Unidos. El 30 de junio de 2015, Copeland se convirtió en la primera afroamericana en conseguir un papel de bailarina principal en la ABT en los 75 años de historia del teatro.

Danza a 1.300 metros de altura en los acantilados de China

Danza a 1.300 metros de altura en los acantilados de China

No es la primera vez que el grupo de danza vertical Bandaloop realiza una actualización así, pero el lugar elegido en esta ocasión ha creado imágenes para el recuerdo. Los acantilados de Zhangjiajie en provincia de Hunan, en el centro de China, son conocidos como «La Puerta del Cielo» y entre sus curvas, la altura y la naturaleza crean paisajes de ensueño. Añadiendo como último ingrediente, un espectáculo de danza vertical, el resultado es sencillamente espectacular. Equipados con arneses y cuerdas de escalada, cinco bailarines (dos hombres y tres mujeres) ofrecieron momentos para el recuerdo que fueron capturados en vídeo y difundidos en la prensa de medio mundo.

La bailarina más veterana de la Royal Academy de Londres

La bailarina más veterana de la Royal Academy de Londres

Doreen es una ingeniera eléctrica jubilada, y llevaba toda una década formándose para cumplir el sueño de toda una vida. oncurrió al examen de sexto grado en un área cuyo programa se centra en el deleite de la danza y la interpretación, más que en la técnica -que sí corresponde a otro tipo de cursos del centro destinados a los futuros profesionales-. Criada en Sothend-on-Sea y hoy residente en otra localidad también del sudeste inglés, Goring-on-Times, la juventud de Doreen estuvo falta de recursos para enrolarse en la escuela de danza. Al fin, a sus 71 años, ha conseguido formar parte de una de las instituciones más prestigiosas en el panorama de la danza internacional.

La gran danza de la caña

La gran danza de la caña

Según leemos, se ha producido un accidente con 65 muchachas muertas en Suazilandia, durante el Festival de la Danza de la Caña, durante el que miles de vírgenes bailan semidesnudas ante el Rey para que él escoja esposa.

¿Quieres bailar conmigo?

¿Quieres bailar conmigo?

Está comprobado que mover el esqueleto al ritmo de la música nos hace felices y cuando la bilirrubina sube no hay vergüenza que valga. Será por mi origen caribeño pero pocas cosas me gustan más que sentir tres o cuatro acordes que inviten a ponerme de pie y empezar a bailotear.

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