
Rassemblement cosmopolita
Paseaba hace unos días con mi perro al caer la tarde cerca de una de las dos Iglesias del barrio. No había mucha gente en la calle y supuse que dentro del templo habría aún menos. Suelo salir con música en los auriculares, pero afortunadamente, al pasar junto a una de las puertas laterales, la canción terminó. En el ínterin entre una y otra pude escuchar un murmullo enorme y eso llamó mi atención. Eché un vistazo desde la entrada lateral y vi la iglesia bastante llena. Fui hacia la puerta principal, cerca de la entrada del parque, y allí me quedé de pie junto a Montalbano, mi perro, haciendo ver como que esperaba a alguien, pero en realidad curioso y atento ante un conjunto de personas que se reunían en su particular rassemblement pacífico y tranquilizador. Les vi salir aliviados y contentos en distintas direcciones. Agnóstico irremediable, los envidié sin pudor.