En esta disolución por fascículos, ETA acaba de publicar su “declaración final al Pueblo Vasco”. La gramática del documento es más infame que la moral de la banda terrorista. Y hasta hacen gala de alguna que otra falta ortográfica. ETA da por concluida su “actividad política”. El eufemismo está logrado y se cuenta solo. Pero ETA dice adiós para quedarse. Los etarras consideran que, si bien ha concluido un ciclo y su función “liberadora”, seguirán con su lucha “responsable y honesta”. Cada uno, eso sí, en el lugar que decida. Y es que el “conflicto” continúa hasta que consigan sus objetivos. Por cierto, un “conflicto” que enfrenta a Euskal Herria “contra los estados”. Parece que todos: los habidos y por haber. Lo que se contradice con su esperanza de construir un “Estado Vasco”. ETA dice adiós porque los “estados”, léase España, están débiles y temerosos. Y aún querrán que los felicitemos.