Sin puentes
«Denunciar la mentira de los relatos innobles que dividen y enfrentan y recuperar el valor de la realidad me parecen más urgentes que nunca»
«Denunciar la mentira de los relatos innobles que dividen y enfrentan y recuperar el valor de la realidad me parecen más urgentes que nunca»
«El resultado dependerá de cómo los votantes interpreten las promesas fiscales de cada candidato en relación con su bienestar económico y la prosperidad del país»
«Desde Europa, la victoria de Trump se ve como una amenaza, y más cuando estamos soportando la invasión de Ucrania por parte de su aliado Putin»
«No sé si los negros deben votar a Harris o a Trump. Cada uno debe elegir lo que más le convenga, sin que su pertenencia étnica le obligue en un sentido u otro»
«Cada cual tiene derecho a ser él mismo, pero no a desempeñar cualquier oficio. La lección de realismo que nos ha dado Biden debería aplicarse en otros ámbitos»
«Lo más amable que se puede decir de Biden es que no ha sabido irse. O que ha antepuesto rencores palaciegos personales a los intereses de su partido»
«Tras el atentado, ha reemergido lo más reptiliano de su cerebro, y el muy probable y nuevamente presidente Donald Trump vuelve por sus fueros»
«En EEUU las ‘fuerzas del bien’ avanzan en una campaña electoral que se basa en demostrar que el presidente no está senil y que el adversario es el diablo»
Las elecciones del 9-J son más que un plebiscito sobre Sánchez: son una oportunidad para que la UE decida su futuro
Si están leyendo esto es que Hillary Clinton ha ganado las elecciones. Porque si las hubiera ganado Donald Trump su cuerpo sería ahora mismo un amasijo pulposo de carne, sangre y huesos derretidos, una víctima más del zurriagazo nuclear que el millonario neoyorquino pretendía atizar en todo lo alto de hispanos, negros, europeos, árabes, mujeres, chinos y, en general, cualquier otro tipo de ser vivo cuya familia no disponga de la nacionalidad estadounidense desde hace al menos doce generaciones, incluidos los rodaballos, los koalas y los olmos.
«En WikiLeaks somos vistos como expertos en este tipo de material sobre Clinton, por lo que es normal que las fuentes sigan acudiendo a nosotros», añade en el comunicado. El ciberactivista ha hecho también referencia a Donald Trump en el contexto de las filtraciones. «No podemos publicar lo que no tenemos. Hemos publicado la información que teníamos de Bernie Sanders y Hillary Clinton porque creíamos que cumplía con los criterios de ser importante desde el punto de vista político, diplomático, histórico o ético. No se debe a un deseo personal de influir en el resultado de las elecciones», asegura.
«Hay muchas personas que cuentan con el resultado de estas elecciones, lo que significa para nuestro país y lo haré lo mejor que pueda si tengo la suerte de ganar hoy», ha dicho Hillary Clinton a la cadena ABC News.»Confiamos en la campaña que hemos realizado y en el mensaje de nuestra candidata al pueblo americano. Ahora esperamos a ver qué ocurre», ha comentado la oficina de campaña de Clinton a News.
Donald Trump se ha mostrado tranquilo y confiado, y levantando su dedo pulgar como gesto de victoria, ha bromeado con los asistentes y con los periodistas. Con un lacónico «bien», ha contestado cuando le han preguntado cómo se encontraba.
La legalización de la marihuana se somete a votación en nueve Estados – Arkansas, Florida, Montana y Dakota del Norte deciden si se aprueba o no el uso medicinal de la marihuana; mientras que Arizona, California, Maine, Massachussetts y Nevada votan por legalizar su consumo a partir de los 21 años. Sobre el control de las armas de fuego, en Maine, Nevada y California los votantes deciden si están de acuerdo en exigir la revisión de antecedentes penales antes de poder comprar un arma. En California, además, se propone prohibir a las personas que han robado armas de fuego la posibilidad de poder tenerlas de nuevo.
En temas de Educación, California plantea a los votantes si quieren una educación bilingüe, lo que derogaría la actual normativa que prohíbe a las escuelas públicas dar clase en otros idioma que no sea el inglés. Esta es una iniciativa que afecta, sobre todo, a la cada vez más numerosa población hispana en este Estado. Hay también propuestas sobre medidas electorales, contribuciones a campañas políticas o el tabaco y la posibilidad de subir los impuestos. En este tema, destacan California y Colorado que proponen destinar el dinero que se saque de los impuestos al tabaco al cuidado de la salud, investigación y prevención del tabaco. Cuestiones relacionadas con el salarios mínimo o la esclavitud en Colorado. Aquí, se trata de acabar con un resquicio que permite cierto tipo de esclavitud como castigo por un crimen y que se propone que desaparezca de la Constitución.
Supone la mayor presencia policial que ha vivido la ciudad de Nueva York en los últimos años. Incluso mayor que cuando el papa Francisco visitó el estado en septiembre de 2015 y durante la celebración de despedida de año en Times Square. El alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, subrayó que la policía local cuenta con apoyo federal y prometió que la ciudad «nunca se sentirá intimidada» ante las recientes amenazas de un supuesto ataque previsto por Al-Qaeda. También habrá policías vestidos de civiles que están entrenados para detectar actividad sospechosa.
El Jacob K. Javits Center Convention Center, en la calle 34 oeste y la Avenida 11, será el lugar donde la candidata demócrata Hillary Clinton esperará los resultados en la noche de elecciones. Y a menos de 3.000 metros de distancia de allí, el candidato republicano Donald Trump, tendrá su evento en el hotel New York Hilton Midtown, en la calle 53 oeste y la Sexta Avenida.
Para que Donald Trump se convierta en el próximo presidente del país, debería ganar en varios estados clave como Florida, Michigan, Carolina del Norte y Ohio. Al mismo tiempo tendría que mantener la confianza de los votantes de Arizona, un feudo tradicionalmente republicano, y esperar que el candidato independiente Evan McMullin no le arrebate Utah. Clinton tiene una ventaja de 3 puntos en otro bastión importante, Pennsylvania. Según el estudio de Reuters, Trump necesita además que acudan a las urnas más votantes blancos que en 2012, que la participación de los afroamericanos baje y que la de los hispanos sea menor de la prevista. Cuenta atrás para dar carpetazo a las cábalas.
«Siento que mi voz no importa, que soy un ciudadano de segunda clase. He pagado muchos impuestos en la última década, pero aún no puedo ejercer mi derecho al voto porque una vez fui condenado por un delito grave», cuenta un ex preso que hace ocho años cumplió condena. En un país que cuenta con la mayor población carcelaria per cápita del mundo, unos seis millones de estadounidenses no podrán votar. En este sentido, Florida es el lugar en el que más personas están privadas de este derecho, con alrededor de 1,5 millones de ex reos, lo que equivale a una cuarta parte de la población del Estado. Mississippi, Tennessee, Virginia y Alabama también encabezan la lista. En estos estados el 7% de su población no podrá acudir a las urnas.
En una carta a los miembros del Congreso, Comey dijo que el FBI había terminado su revisión de unos nuevos correos encontrados en el ordenador de un ex congresista y que no había encontrado nada que cambiar su declaración de julio. «De acuerdo con nuestra revisión, no hemos cambiado nuestras conclusiones de las que expresamos en julio con respecto a la secretaria Clinton», informa en la misiva. Entonces, el director de la agencia de información federal dijo que Clinton había sido descuidada con la información de Estado sin que eso supusiera un delito.
Los peligros de la presidencia de Trump son tan peculiares como el mismo candidato, y es más probable, que un voto a favor de Trump produzca una larga lista de consecuencias desastrosas: el desmoronamiento del sistema de alianza occidental, un ciclo de radicalización nacional, un colapso económico accidental, una crisis entre civiles y militares. De hecho, Trump y sus seguidores casi admiten todo esto. En esencia, el lema de su campaña es: “Ya intentamos la opción de la cordura, así que ahora queremos optar por la locura”. Algunos de sus partidarios más elocuentes hacen una analogía entre el voto a favor de Trump y secuestrar un avión, con todo y la probabilidad de estrellar el avión.
Por su parte, los peligros de la presidencia de Hillary Clinton son más familiares que las incertidumbres autoritarias de Trump, pues ya están enraizados en la política de Estados Unidos. Se trata de los peligros de analizar todo desde la perspectiva del grupo de élite, de rendirse ante las estructuras de poder, de dar culto a acciones presidenciales al servicio de ideales dudosos. De hecho, Clinton se distingue, incluso más que Obama o Bush, por haberse desviado solo en contadas excepciones del consenso de la élite en cuestiones de gobierno.
Una encuesta publicada el domingo y realizada entre los días 1 y 4 de noviembre para el diario Washington Post y la cadena ABC News da a Trump un 43% de intención de voto, frente al 48% de Clinton. Por su parte, Político y la consultora Morning Consult sitúan el apoyo de Trump en el 42% y el de Clinton en el 45%, según un sondeo conjunto realizado el viernes y sábado. Y cuatro puntos de diferencia augura la realizada conjuntamente por el diario The Wall Street Journal y la cadena NBC News, que estima que Clinton obtendrá el 44% de los votos, mientras que Trump conseguirá el 40%. Unos datos muy reñidos y que nada aclaran cuando un 14% de las personas registradas para votar todavía no han decidido a quién van a apoyar.
Lo ajustado de la disputa ha hecho que ambos rivales centren su batalla estas últimas horas en Florida, uno de los estados clave en las elecciones del próximo martes, aunque continúan su frenético ir y venir de extremo a extremo de Estados Unidos. De esta forma Trump iniciaba en la mañana del domingo una verdadera maratón con etapas en Iowa, Minesota, Michigan, Pensilvania, Florida, Carolina del Norte y New Hampshire.
Por su parte, Hillary Clinton sigue apoyándose en estrellas de la música y el deporte. Ayer, contó con la ayuda de LeBron James, gran estrella de la NBA, que estuvo con la candidata en varios actos que tuvieron lugar en la ciudad de Cleveland. Además, en los últimos días Meryl Streep, Katy Perry, Lena Dunham, Sigourney Weaver, Sarah Silverman, Alicia Keys, Bon Jovi o Jennifer Lopez , entre otros muchos, subieron al escenario para impulsar la nominación de la ex secretaria de Estado norteamericana.
Estados Unidos decide mañana quién no será su presidente los próximos cuatro años. Las presidenciales de 2016 arrojarán un perdedor, más que un ganador, porque ninguno de los principales candidatos entusiasma a una parroquia capaz de decantar la balanza por sí misma. En ausencia de proyectos embriagadores, será otro el factor decisivo: qué opción despierta más recelo; quién de los dos, Hillary o Trump, resulta más irritante para una mayoría.
El británico The Economist ha tenido a bien publicar un revelador gráfico que recoge el apoyo que las principales cabeceras norteamericanas han brindado a los candidatos a las elecciones presidenciales desde 1988 hasta hoy. Si bien desde Bill Clinton los demócratas siempre han aunado mayores simpatías entre la prensa, ha existido a lo largo del periodo una disparidad notable en las preferencias de los rotativos. Hasta Donald Trump. De las 72 cabeceras analizadas por el semanario londinense, sólo una apoya abiertamente al candidato republicano a la Casa Blanca.
Los periódicos estadounidenses, incluso algunos manifiestamente republicanos, han abandonado en gran medida a Trump este año electoral. The Columbus Dispatch, Arizona Republic y el Richmond Times-Dispatch, que en las últimas nueve elecciones presidenciales habían respaldado en sus editoriales a los candidatos republicanos, esta vez se han posicionado a favor de Hillary Clinton. Sólo un histórico diario afín a los conservadores, Las Vegas Review-Journal, ha mantenido su apoyo al empresario. Para poder comparar, The Economist pone como ejemplo la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca. En 2008 el demócrata contaba con un 71% de apoyo mediático, mientras que en 2012 bajó hasta el 56%. Se dan situaciones curiosas como la de USA Today, que no se había posicionado durante décadas y para esta cita publicó un editorial emitiendo su voto para «no Trump».
El día 8, como en cada convocatoria electoral de los EEUU, nos jugamos mucho todos, no solo los norteamericanos. Y visto lo visto, seguidas con interés la pre-campaña y la campaña, me malicio que la duda está entre dos malos candidatos. Me lo decía la semana pasada un ex alto cargo de la Embajada que tienen aquí: “Jamás había sucedido algo así. Hemos de elegir entre malo y peor. Ojito con Hillary. No os quedéis con lo estrafalario, obsceno y repulsivo de Trump. Cuando llegue la hora de la verdad, si gana ella quizá la política de defensa, lo que más afecta al mundo, sea mucho más peligrosa y agresiva con Hillary que con Donald. Que el miedo que da un tipo como Trump no empañe la realidad sobre lo que es la Clinton”.
Según un sondeo divulgado por el diario The Washington Post y la cadena ABC News, Trump logra superar en un punto a Clinton (46% frente al 45%). Es la primera vez, desde el pasado mes de mayo, que el magnate inmobiliario supera en apoyo a la ex Secretaria de Estado. El vuelco en esta encuesta supone un sorpasso demoscópico importante, teniendo en cuenta que hace apenas una semana Clinton aventajaba a Trump en 12 puntos. Además, parece que el viento sopla a favor del polémico empresario después de que el FBI haya confirmado que Donald Trump no tiene ningún tipo de conexión con el Kremlin, cuyos comentarios sobre Rusia han generado todo tipo de especulaciones. Tras indagar sobre los ataques informáticos contra el Partido Demócrata, las autoridades descartan que los asesores más próximos de Trump estén detrás.
Por cierto, aunque se hable poco o nada de ellos, a las elecciones también se presentan el aspirante libertario Gary Johnson, que según las encuestas obtendrá un 3% de los votos, y la ecologista Jill Stein que acapara el 2%.
Esta nueva acción del FBI en relación con los correos de Hillary se produjo de forma fortuita ya que, según las informaciones, los agentes estaban registrando los archivos de Weiner por un supuesto delito de pederastia y cuando revisaban sus conversaciones con menores encontraron otros correos vinculados al caso Clinton. El ex congresista había estado casado con Huma Abedin, una de las asesoras más próximas a la ahora candidata demócrata a ocupar el Despacho Oval.
El voto por anticipado por correo o en persona ha comenzado en 37 estados. Se han depositado más de 12,5 millones de votos, un dato muy superior al de 2012, según información de Associated Press. Los datos reunidos por AP dan indicios de fortaleza demócrata en territorio tradicionalmente republicano. Clinton está mostrando buenos resultados en Florida y Carolina del Norte, dos estados que Trump necesita ganar, así como en los indecisos Nevada, Colorado y Arizona. La coordinadora de la campaña de Trump, Kellyanne Conway, ha llegado a admitir que una derrota en Florida haría mucho más difícil conquistar la presidencia. El voto anticipado también apunta a una posible victoria de Clinton en en Utah y Texas, dos estados de tendencia republicana. Ni siquiera el voto blanco puede impulsar a Trump. Trump podría seguir teniendo ventaja en Ohio, Iowa y Geogria, estados que no le bastarán para obtener la presidencia sin varias remontadas en estados de tendencia demócrata.
En total, se espera que 46 millones de personas —o hasta el 40% del electorado— vote antes del día de elecciones, el 8 de noviembre.
«Estamos ganando no sólo en Florida, sino en todos los lugares», afirmó Trump en Saint Augustine, Florida. De acuerdo con Trump, su campaña se encamina a una victoria que «será mayor que el Brexit». Durante su discurso, Trump volvió a atacar a la prensa, a la que acusa de favorecer abiertamente a la candidata demócrata. «Sin la deshonestidad de la prensa, Hillary Clinton sería nada. (Los medios) son una desgracia. Recuerden eso», expresó. El magnate de 70 años, que lleva varias semanas denunciando que las elecciones están siendo «manipuladas» por la prensa, acusó al partido Demócrata de impulsar encuestas con datos falsos que mostrarían la ventaja de Clinton. Por su parte, la candidata demócrata se concentra en arengar a los indecisos. «Para mí, esto es mucho más que ganar una elección. Se trata de definir el tipo de país que queremos para nuestros hijos y nietos (…), definir el tipo de mensaje que queremos transmitir a nuestros hijos e hijas», dijo la exsecretaria de Estado de 68 años.
A nivel nacional, Clinton tiene una ventaja de seis puntos porcentuales sobre Trump, según el grupo RealClearPolitics, que elabora un promedio de todas las encuestas. Otra medición de la red de ABC News mostró a Clinton con una ventaja de 12 puntos porcentuales (50% a 38%). Y otro sondeo de CNN atribuye a Clinton una ventaja de 49% a 44%. Además, la exsenadora encabeza las preferencias en los estados donde la disputa es más ajustada, incluyendo Florida.
La penúltima de Donald, dando a entender que podría no aceptar los resultados de las elecciones si las pierde, me ha recordado el discurso que más me ha impresionado: el discurso con el que John McCain reconocía, precisamente, su derrota frente a Obama. Un discurso impresionante porque, para muchos, la derrota de McCain era histórica en más de un sentido. No sólo porqué histórica fuese la victoria de Obama, sino porque McCain y lo que McCain representaba parecían haber sido derrotados por la historia. Y, gracias tanto a Obama como a Trump, lo sigue pareciendo. Lamentablemente, claro.
«No es ésta la forma en la que funciona nuestra democracia. Llevamos 240 años celebrando elecciones libres y justas. Hemos aceptado los resultados cuando no nos han gustado y eso es lo que debemos esperar de cualquiera que se presente a un debate electoral», añadió Clinton.
Más allá del tema de los resultados electorales, el debate se centró principalmente y por primera vez en temas de política doméstica e internacional más que en cuestiones personales o insultos, aunque también hubo algo de esto. Como cuando, en un momento en el que Hillary estaba hablando sobre la Seguridad Social y la necesidad de subir los impuestos a las grandes fortunas, Trump intervino y dijo «¡Qué mujer tan asquerosa!». De nuevo, el magnate se defendió de las acusaciones sobre su forma de tratar a las mujeres y acusó a Clinton y su fundación de ser una empresa «criminal».
Como en el anterior debate, los dos candidatos eludieron estrecharse las manos ni al inicio ni al final. Un encuentro que, según la encuesta de la CNN – la primera en hacerse pública – ganó Clinton con un 52% de los encuestados, frente a un 39% que dio la victoria a Trump.
«Las elecciones están siendo absolutamente amañadas por medios deshonestos y falseadores que apoyan a la fraudulenta Hillary – pero también ocurre en muchos colegios electorales – TRISTE», ha escrito Trump, en el último de los muchos comentarios que ha realizado recientemente cuestionando la imparcialidad de los comicios. Justo después del primer debate entre ambos candidatos, en septiembre, Trump dijo que aceptaría «absolutamente» los resultados que salgan de las urnas, pero a los pocos días, precisó en The New York Times: «Vamos a ver qué pasa».
Su comentario en Twitter se produjo horas después de que compañero de filas y candidato a la vicepresidencia, Mike Pence, manifestara que los republicanos aceptarán los resultados de los comicios entre Trump y su rival, la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton. Trump, que va por detrás de Clinton en las encuestas, sobre todo tras el segundo debate, no aportó ninguna prueba de su denuncia. Algunas votaciones en colegios y por correo han comenzado ya en numerosos Estados del país.
El diario The New York Times publicó este miércoles los casos de dos mujeres muy diferentes que aseguran haber sido víctimas de toqueteos y abusos del magnate. Una de ellas, Jessica Leeds, de 74 años, afirma que hace más de 30 años empezó a toquetearla sin permiso cuando ambos coincidieron en un vuelo de primera clase hacia Nueva York. «Era como un pulpo», llega a reconocer. Otra mujer, Raquel Crooks, de Ohio, relata que cuanto tenía 22 años y era recepcionista en una empresa en la Torre Trump en Manhattan en 2005 tuvo un encuentro muy desagradable con el empresario. Crooks se presentó a Trump y le estrechó la mano, pero el magnate no se conformó y empezó a besarla en las mejillas, y después, «directamente en la boca». El candidato presidencial republicano rechaza todas las acusaciones, que califica de «ficción» y una artimaña para beneficiar a su rival demócrata, Hillary Clinton.
Los abusos sexuales se han convertido en el arma arrojadiza durante la campaña. Cuando saltó el escándalo de la conversación de Trump en la que se jactaba de poder tocar a las mujeres por el hecho de ser famoso, el equipo de campaña sacó a la luz para contrarrestar el golpe supuestos abusos sexuales cometidos por el ex presidente Bill Clinton hacia otras mujeres.
El propio candidato republicano a la vicepresidencia de Estados Unidos, Mike Pence, se ha declarado “ofendido” por el vídeo grabado en 2005 y en el que Trump presumía de «sobar» a las mujeres y hacer lo que quisiera con ellas. “Como marido y padre, me sentí ofendido por las palabras y acciones descritas por Donald Trump en el vídeo de hace once años divulgado ayer”, ha indicado Pence en un comunicado.
Pero no solo el candidato a vicepresidente ha manifestado su total rechazo. Numerosos líderes republicanos han condenaban su actitud y algunos han sugerido que se retire de la campaña, como el senador John McCain, el vicepresidente Biden y la ex secretaria de Estado republicana, Codonleezza, quien ha insistido en que
Trump «no puede ser presidente» ya que carece de la «dignidad» necesaria para el cargo.
Por su parte, al magnate parece no afectarle el rechazo de sus colegas de partido y ha reiterado su negativa a abandonar. “Nunca me rendiría. Nunca me he rendido en mi vida”, ha zanjado.
Por otro lado, y como era de esperar, las redes se han llenado de mensajes para mostrar su total repudio a estos lamentables comentarios de Donald Trump. Con el hashtag #notokay muchas mujeres están utilizando la red social Twitter para contar sus primeras historias de abusos sexuales de los que han sido víctimas.
De esta forma, los comentarios que más tuits generaron salieron de la boca del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump. No fue sorpresa que el magnate mencionara a México en su primera intervención, asegurando que el gran problema de la economía estadounidense es que las industrias nacionales estaban huyendo a México y China debido a las pésimas gestiones comerciales de EEUU. Los famosos correos de Hillary también salieron a relucir en el debate y, por supuesto, no pasaron de puntilla por Twitter durante la hora y media de debate electoral. «Mostraré mi declaración de impuestos cuando ella muestre sus 33.000 correos electrónicos eliminados”, indicaba Trump bajo los vítores del público.
Por otro lado, el tuit más tuiteado de la noche fue un viejo comentario de Donald Trump hecho en 2012 que los usuarios rescataron por su actual relevancia. «El concepto de calentamiento global fue creado por los chinos para hacer que las manufacturas estadounidenses sean menos competitivas», comentaba.
Armas, seguridad, defensa, economía, terrorismo, política internacional, fueron temas que abordaron los candidatos en la Universidad Hofstra en Hempstead, Nueva York, a la que acudieron, él con corbata azul y no roja como es habitual en él, y ella sí, de rojo. “La cuestión central en estas elecciones es realmente qué tipo de país queremos ser y qué tipo de futuro queremos construir juntos”, respondió Clinton cuando el moderador le preguntó por qué era la mejor candidata. Aseguró que su objetivo es crear “buenos empleos” y una economía “más justa». Trump, fiel a su estilo, fue más agresivo y denunció que «nuestros trabajos se están yendo del país, se van a México se van a muchos otros países. Cientos de empresas están haciendo esto» y se comprometió a tomar medidas para evitar esto, aunque no dijo cómo.
El debate terminó sin que ninguno de los dos se saliera del guión. Trump hizo notables esfuerzos por no soltar alguno de sus exabruptos a pesar de que Hillary le acusó de racista y de no estar preparado para presidir Estados Unidos. Ella aguantó el tirón y al finalizar parecía satisfecha.
El carísimo hotel cuenta con 263 habitaciones de lujo y un spa Ivanka Trump. Quien quiera pasar una noche en este edificio de estilo neorrománico, obra del arquitecto Willoughby J. Edbrooke, deberá desembolsar, como mínimo, 806 dólares, que es el coste de la habitación más barata. Y quien quiera dormir en la suite Postmaster deberá desembolsar 4.856 dólares. Aún más ostentoso es el precio de la Trump Townhouse, que cuenta con dos habitaciones y cuesta 18.750 por noche. Aunque en enero, durante el fin de semana de la toma de posesión del próximo presidente de los Estados Unidos, dormir en la Trump Townhouse costará nada más y nada menos que 100.000 dólares por noche, y exige una estancia mínima de cinco días.
El Hotel Trump Internacional está situado en el número 1.100 de la avenida Pensilvania, en Washington, a medio camino del Capitolio y la Casa Blanca, que se encuentra en el 1.600 de la misma avenida. El republicano ha renovado el alquiler del edificio perteneciente al Gobierno federal por 200 millones de dólares.
Según Donald Trump, que no ha desaprovechado la oportunidad para hacer campaña, sí. El candidato republicano afirmaba que Clinton carece de la “fuerza física y mental para combatir al Estado Islámico y a los muchos adversarios que enfrentamos”. Y es que el episodio alimenta el debate sobre el estado de salud de la demócrata, cuyo golpe llega justo en el peor momento cuando las encuestas muestran como Trump lidera. Además, la presión cada vez es mayor a tan sólo dos semanas del primer debate presidencial. En este sentido, de la velocidad de su recuperación y la forma en que sus enemigos manejen el episodio dependerá en gran medida cómo respondan los votantes a su problema de salud.
Los problemas de salud son siempre un territorio difícil para los candidatos presidenciales, ya en 2008 la campaña entre Barack Obama y su rival John McCain estuvo marcada por la diferencia de edad entre ambos y el estado de salud del McCain. En esta ocasión, teniendo en cuenta que Trump tiene 70 años y sería la persona de más edad en tomar posesión de su cargo si gana en noviembre, y Clinton sería la segunda de mayor edad, ambos candidatos se enfrentarán a la presión para ofrecer una explicación más completa sobre su salud. Ante los cuestionamientos sobre la salud de Clinton, Barack divulgó el mes pasado una declaración en que afirmaba que la candidata se encontraba “con una salud excelente y en condiciones para ocupar el cargo de presidente de Estados Unidos”.
El episodio ha reavivado todo tipo de especulaciones sobre la salud de Clinton a menos de dos meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Su médico aseguró en un comunicado que a Hillary se le diagnosticó neumonía el viernes pero que su estado no le impedía acudir a los actos por el 11 de septiembre, presididos por Barak Obama. Las imágenes de una Hillary Clinton abandonando el recinto apoyándose en una de sus escoltas y el desvanecimiento que sufrió justo antes de entrar en el vehículo, recorrieron medio mundo e hicieron saltar todas las alarmas. Dos horas después reapareció sonriente y aseguró que se encontraba bien.
El rival de Clinton en la carrera hacia la Casa Blanca, el republicano Donald Trump, ha cuestionado en más de una ocasión la buena salud de la candidata demócrata desde que en 2012 sufrió un desmayo que los médicos achacaron a un virus estomacal.
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