La resistencia a adoptar medidas contra los efectos del cambio climático se debe a que pertenecemos a una generación que carece de experiencia del desastre
Un día de agosto, hará diez años, y a punto de marcharnos al río, observamos un punto de sangre en el hocico de Lilu, que lucía completamente deformado por la inflamación. La perra se había pasado toda la mañana ladrando en el jardín, sin que nadie le prestara atención. Solo entonces acudimos al lugar al que había estado dirigiendo sus bramidos, para descubrir una víbora enroscada en un rincón.
Aunque no lo parezca, en esta fotografía brilla el sol. Sobre de la cabeza de ese niño, sobre toda la basura que le da de comer, e incluso sobre la droga que parece estar esnifando, se encuentra el sol.
Serpientes, gusanos e insectos hacen más por la biodiversidad de la vida en la Tierra que cualquier adorable bebé mamífero