Entablando
«Tengo claro que una de las cosas que me da la vida es precisamente esa: charlar con la gente más insospechada, así porque sí, de repente»
«Tengo claro que una de las cosas que me da la vida es precisamente esa: charlar con la gente más insospechada, así porque sí, de repente»
«Hoy sabes que los veranos se terminan, pero a cambio te sorprende una pizca que todavía lleguen»
Dicen que el Blue Monday es el día más triste del año. Pero, ¿sabías que también existe el día más feliz del año? Es el Yellow Day y nuestra mini reportera Analú nos cuenta cuándo y por qué se celebra
«Cultívate, porque cultura es cultivo. Recuerda que una persona inculta es una caricatura de sí misma, como dijo Schlegel, pero no seas meapilas»
«Durante siglos la sociedad construyó su búsqueda de la felicidad sobre unos sólidos pilares salpicados de ocasionales placeres»
La serotonina tiene un papel clave en la regulación de funciones fisiológicas necesarias para la supervivencia; como el hambre, el sueño, el dolor y la respuesta sexual. También se conoce su contribución a los procesos de aprendizaje y memoria.
«Pienso mucho en el rencor porque en mi juventud no creía en él, a pesar de la maldad presente ya en la infancia. Ha sido un descubrimiento de la vida adulta, que es la edad de las traiciones y los desengaños»
Algunos estudios muestran que dormir con un perro puede interrumpir los patrones de sueño. Otros, destacan los múltiples beneficios
Lo que más feliz hace a los españoles es la salud (58%), los hijos (51%) y las relaciones sentimentales (48%)
La felicidad es una idea abstracta sin base biológica y sin equivalente en la experiencia humana real.
«En la escuela es cada vez más difícil que los estudiantes encuentren resistencias rigurosas, justas y sólidas a sus caprichos y a las inercias de la pereza intelectual y vital»
El mundo del ser humano es del tamaño de su jardín. Los límites de este son los de su universo mental.
Con 1.200 estudiantes este semestre –una cuarta parte del cuerpo estudiantil de pregrado–, el curso más popular en la historia de la Universidad de Yale es uno titulado Psicología y buena vida.
Habíamos ido a pasar unos días cerca del faro de Trafalgar. Un amigo nos prestaba su casa –esos son los amigos que hay que conservar, me dijo una amiga cuando supo dónde pasaría el puente de mayo–, mi novio nunca había estado en el sur y yo quería tener un recuerdo encapsulado de una cierta felicidad a la que volver de vez en cuando ahora que mi baja de maternidad se ha acabado.
Es necesario que exista un equilibrio entre el entusiasmo y el pesimismo, ya que ambos poseen virtudes motivadoras que atraen la atención e inspiran el movimiento a largo plazo
Noelia Pascual, fundadora de Objetivo Emoción, es coach especialista en procesos de cambio y potenciación de los recursos personales en mujeres con animales. Conversamos con ella a propósito de la publicación de su libro ‘Empoderamiento emocional’.
La falta de reconocimiento y de conciliación, entre las causas
Cada comienzo de año tenemos la intención de hacer cambios que nos permitan tener una vida mejor. Hacer más ejercicio, dejar de fumar y comer más saludable son los clásicos, pero cada quien hace la lista según sus prioridades. Pero a pesar de ser algo tan importante, tan necesario para poder estar bien con nosotros mismos, hay estudios que aseguran que el porcentaje de gente que cumple sus propósitos de año nuevo es mínimo. Siendo optimistas podríamos hablar de un 20%. Los expertos aseguran que se debe, por una parte, a que nos ponemos metas poco realistas que ponen nuestra fuerza de voluntad al límite y por otra, a la falta de motivación para mantener los cambios.
Llegó una víspera de Semana Santa, hacia las siete de la mañana, después de viajar toda la noche. Hace ya más de tres años de eso. Era tímida. Entró al portal dando pasitos cortos, con la mirada gacha. Vestía una bata roja, cruzada y atada en torno a la cintura, como de señora mayor. La prenda apestaba y le infligía una cierta humillación, así que nos deshicimos de ella allí mismo, arrojándola al cubo de basura, y fuimos a dar un paseo.
Compartir la vida con un perro es un auténtico privilegio, pero también una gran responsabilidad. De nosotros depende que reciba todo lo que necesita para ser un perro estable y feliz. Por supuesto, cada perro, igual que cada familia, tiene sus propias necesidades y para poder satisfacerlas tenemos que poder comunicarnos con él de forma efectiva, pero no siempre es fácil. Afortunadamente, hoy en día contamos con profesionales especializados que pueden ayudarnos. Salvador López, adiestrador canino y creador de Lobo descafeinado: el método de la naturaleza es un buen ejemplo.
Los adolescentes son más optimistas que los adultos en general, pero en algunos lugares del mundo son mucho más positivos que en otros. Los jóvenes de Kenia y México, por ejemplo, tienen sentimientos más positivos sobre su futuro que los de países como Francia y Suecia.
Las cabras saben diferenciar entre las diversas expresiones faciales humanas y prefieren interactuar con la gente que se muestra feliz, según un estudio de la Universidad Queen Mary de Londres que publica la Royal Society Open Science.
Dejar de fumar, perder cinco kilos, salir más, empezar un coleccionable. En los primeros días de septiembre se abre una de esas ventanas siderales en el espacio-tiempo. Una puerta de esas que nos muestran como en un espejismo lo que queremos ser pero no podemos
El dalái lama, Tenzin Gyatso, ha presentado este lunes el «currículum de la felicidad», una asignatura dirigida a unos 800.000 alumnos de la escuela primaria de Nueva Delhi que pretende llevar la búsqueda de la alegría a las aulas y hacer que los jóvenes estudiantes desarrollen capacidades como la empatía o la conciencia en uno mismo. La nueva disciplina, que no tendrá exámenes escritos ni notas finales, incorporará tiempo para jugar, conversaciones reflexivas, meditación y debates grupales en torno al concepto de la felicidad.
Se acaba de publicar una joyita: La hazaña secreta, de Ismael Grasa (Turner). Un libro pequeño que uno puede llevar en el bolsillo como si llevase los principios de la civilización. El autor lo define como “una reflexión ética y cívica disfrazada de manual de urbanidad”. Es un libro finísimo, auténtico pero con cierta coña a su vez: con unos particularismos que el autor eleva a consejos universales; aunque de un modo nada impositivo, sutilmente juguetón. Hay mucho del espíritu de Montaigne, y al cabo lo que alienta es el ejemplo de su trazo: cada cual puede hacer de la vida cotidiana su reino, disponiendo sus elementos afines.
Una reflexión interesante acerca la moral, la soledad, los edenes manufacturados, las Arcadias impuestas y ese concepto tan subjetivo: el paraíso.
El baño de tu perro no tiene por qué ser una experiencia traumática para todos los involucrados. Sigue estos consejos y conviértelo en una fiesta.
En raras ocasiones vemos datos reales sobre lo que piensan los jóvenes. Es por eso que Varkey Foundation encargó a Populus que llevara a cabo una encuesta de opinión internacional —en 20 países desarrollados y en vías de desarrollo— de adolescentes y adultos jóvenes (todos ellos de 15 a 21 años) que forman la generación Z. Esto es lo que los jóvenes sientes, desean y padecen en secreto.
¿Ya conoces el algoritmo de la felicidad?
En el mundo hay dos tipos de personas: las que prefieren los perros y las que prefieren a los gatos. A simple vista puede parecer algo superficial que se queda en una cosa de gustos, pero la verdad es que va mucho más allá y refleja aspectos importantes de la personalidad y el estilo de vida de cada uno. La relación que existe entre perros y humanos no tiene nada que ver con la que existe entre gatos y humanos. No es ni mejor ni peor. De hecho, ambas son maravillosas. Pero sin duda, son diferentes. Y, como es de esperar, hay científicos que llevan años investigando este tema. Algunos aseguran, por ejemplo, que los dueños de perros son más felices que los dueños de gatos.
La relación entre perros y humanos es especial. Hay estudios científicos, como el desarrollado por el departamento de Ciencia Animal y Biotecnología de la Universidad Azabu, en Japón, que aseguran que la conexión es, biológicamente hablando, tan fuerte como la que hay entre padres e hijos. Puede parecer una exageración, pero no lo es. La clave está en la oxitocina. Una hormona que potencia las relaciones sociales, reduce los efectos del estrés y se relaciona con sentimientos como la empatía, la compasión y, por supuesto, el amor.
Hace ocho siglos ser, como era Mansa Musa (emperador del Tombuctú y de sus minas de oro), el hombre más rico de la historia del mundo te compraba: cincuenta y siete años de vida, doce mil esclavos vestidos de seda, veinte ciudades de lodo y el más esplendoroso Hajj a la Meca en la historia del Islam. Es decir, cosas mínimas. Hoy en día el mismo viaje que le tomó al rey Mali más de diez meses en completar (inmersos, no olvidemos, en las ardientes arenas del Sáhara, al ritmo del camello taciturno y sin Youtube), además de media tonelada de oro, la hago yo, por ochocientos euros, en seis horas y media de avión, con audífonos, un libro traducido y un bote de aspirinas. Y eso no siendo ni Bill Gates ni muchísimo menos, sino ganando el salario medio en España en este siglo veintiuno.
Entro siempre motivada de todo lo que voy a decir. Mientras me dan la acreditación y atravieso la pista de atletismo, hago repaso de las debilidades y bondades de mi hijo. Esta vez me han llamado ellos. Al parecer, el otro día no pudo más y se echó a llorar en clase, diciendo que iba a coger una ametralladora para acabar con todo el colegio. El chiquitín rubio que siempre sonríe, que hace chascarrillos, que saca dieces en las asignaturas más difíciles, el pequeño achuchable de ocho años que va a todas partes con su elefante de peluche, gritó: ¡voy a mataros a todos! Y por primera vez en siete años, no soy yo quien ha de llamar a la pedagoga para pedirle ayuda, para solicitar adaptaciones o ejercicios motivadores para mi hijo de Altas Capacidades que jamás he conseguido. Por primera vez es ella la que me llama a mí para preguntarme si mi hijo es feliz.
Los perros ven su cuenco, así como nosotros vemos el vaso. ¿Está medio lleno o medio vacío?
No recuerdo a mis padres preocupándose explícitamente por mi felicidad. Lo que querían es que yo fuese “un hombre de provecho”, que estudiase “para que pudiera presentarme en cualquier parte”, que cumpliera mis compromisos, etc. Daban por supuesto que hacer las cosas con pundonor sale más a cuenta que ser un baldragas. Ahora los padres quieren que sus hijos sean felices para que las cosas les vayan bien. Les gustaría que la felicidad viniera en el equipamiento de serie de sus retoños, pero como no es así, andan tanteando a ver cómo forman una familia perfecta.
Coja usted amor, libertad, coherencia, felicidad y mézclelas según la situación en un equilibro constante. Quiébrese la cabeza, dedíquele tiempo y desentiéndase. Esto, más o menos, será educar: Amor, para mí, es tener ratos y rutinas con ellos. Amor es conversar y contestar sus preguntas, interesarme por lo que les importa, querer escuchar sus invenciones, darles momentos de libertad, fomentar su libertad. “Si le quieres, déjalo libre”, no sé de quién es la frase, pero no puede ser más acertada. Amor es dejar al otro ser y crecer.
Noruega tiene más razones que nunca para celebrar el Día Internacional de la Felicidad. Después de ocupar el cuarto lugar en los últimos dos años, Noruega saltó tres lugares y desplazó al tres veces ganador, Dinamarca, para llevarse el título de «país más feliz del mundo» por primera vez.
¿Alguna vez te has preguntado si eres feliz? En tal caso, ¿qué es para ti la felicidad? ¿Un recuerdo? ¿Una canción? ¿Una persona? La felicidad es un término relativo y cada uno lo entiende de una manera diferente. Todos queremos sentirnos bien, queremos que nos quieran, queremos disfrutar en el trabajo y queremos dejar las preocupaciones a un lado, pero ¿qué hace que un día sea mejor que otro? La falta de incidentes, como perder el tren por milésimas de segundo o mancharte de café la camisa blanca, no vale.
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