
El ingeniero que quiere conectar tu cerebro a internet
Es el sueño definitivo del hombre. Alcanzar la inmortalidad. Aunque sea renunciando al propio cuerpo si, con tal de mantener la consciencia, podemos sustituir las venas por cables, los órganos por chips y los recuerdos por series binarias de unos y ceros. Que nadie se frote las manos: la idea es solo eso, una idea. Pero el planteamiento es un campo de estudio, aunque muy limitado por ahora, en expansión. La ambición presente no es tanto alcanzar la inmortalidad, algo reservado para una tecnología mucho más avanzada que la actual, como encontrar la forma de mudar nuestra consciencia desde el cuerpo a la máquina. De lo biológico a lo mecánico.





































