«En la tribuna de oradores, como en tiempos de los procuradores, ya se habla de golpe de estado como se hacía durante la dictadura»
España es un país amenazado de liquidación. Ni los atentados, ni un golpe de Estado estuvieron tan cerca de doblegarla
Podemos tiene que realizar al menos dos movimientos claves para cambiar las reglas y evitar que las elecciones supongan un cambio de gobierno
Hoy, 6 de junio, es el 75 aniversario del Día D. Esto lo sabe todo el mundo. Hemos visto suficientes recordatorios del desembarco aliado en las playas de Normandía, de los ancianos soldados supervivientes y de las lápidas de los caídos, de por qué Omaha es Omaha y de los muchos motivos por los que ese Día D ha quedado grabado a fuego como el inicio de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial.
Ya se ha glosado estos días la situación de penosa contradicción interna en la que se ha colocado el PSOE, recién llegado al poder, con su ataque frontal a lo que ve como herencia del horrible régimen franquista en la España posterior a Franco, incluida la hoy denostada Transición. Claro está, como aquélla fue consensuada entre políticos que procedían del Régimen, de la oposición interna y del exilio, la denuncia de la relanzada Memoria Histórica recae sobre todos ellos, incluidos los prohombres del propio PSOE: sin la participación de Felipe González, de Alfonso Guerra, de Gregorio Peces-Barba, de Enrique Tierno y de tantos otros, jamás habríamos tenido Transición. Fueron tan importantes como Fraga, Suárez o Carrillo. Y tan reprobables. ¿Qué espera Pedro Sánchez para repudiarlos, para quitar el carnet del partido a los que aún viven? Ellos blanquearon la dictadura y dejaron al dictador en su tumba de Cuelgamuros, según el nuevo credo, ¿no?
Lo dicen el Gobierno y la oposición, lo dicen todos menos quienes lo han dado. En Cataluña se ha producido un golpe de Estado y se quieren cargar la democracia. Y es así. Pero lo sorprendente es que el Gobierno y la oposición, y todos los demás, hayan tardado tanto tiempo en enterarse. El golpe lo vienen dando desde hace muchos años, y los Gobiernos de González, Aznar, Rodríguez Zapatero y Rajoy lo han financiado, lo han posibilitado y lo han tolerado, hasta que la cosa se ha hecho insoportable, por obscena, y ahora, tarde, tratan de evitarlo.
Siglos de fenomenología del golpe de Estado nos contemplan y vienen a poner una vez más en cuestión las tesis del final de la Historia o de la irreversibilidad de los procesos democráticos. Así hemos llegado al siglo XXI, hasta el extremo de que un país rico y estable como Venezuela, paradigmático en los años ochenta, está bajo la tutela ilegítima de un régimen cuyo poder ejecutivo ha echado a la papelera el poder legislativo eliminando las salvaguardas de la oposición –es decir, dos tercios de la Asamblea Nacional-.
Te queman la casa. Te tiran el auto al mar. Te roban todo lo que tienes. Esconden los documentos. Te niegan la información del catastro, de tu situación laboral y fiscal. Y te hacen responsable de decir exactamente cuánto valía lo que te robaron, lo que te destruyeron, lo que te escondieron. Y si das un número aproximado, te acusan de no decir con exactitud cuánto fue. “Está diciendo más; es que quiere ganar plata con esto. Calcula en su beneficio”.
Cuenta Pilar Urbano que la entrevista fue tan acalorada que el pastor alemán de don Juan Carlos atacó a Suárez, y que el Rey tuvo que sujetarlo. No sé si la periodista se confunde, y en realidad el expresidente lo que le estaba contando era una metáfora del 23-F.