Mejor le dejamos lo de la violencia a los criminales
A veces fantaseo con soluciones sencillas a problemas complejos. Ya saben, con eso que los cuñados llaman “cuñadismo”. Es vox populi que a los problemas complejos les corresponden soluciones igualmente complejas y únicamente al alcance de unas pocas mentes privilegiadas iniciadas en los arcanos del embrollo padre. Y yo estoy de acuerdo con ello. Pero lo que me pide el cuerpo cuando dejo que mi troglodita interior prevalezca sobre ese barniz de socialización que llevo a cuestas es cortar por lo sano y que sea lo que Dios quiera.