Mi 12 de octubre catalán
Andaba yo descubriendo el Camino Real que une las misiones españolas en California dentro del nostálgico recorrido con el que mi mujer y yo nos despedimos de Estados Unidos en ese lejano verano de 1975 cuando, entre Los Ángeles y San Diego, nos encontramos en un cruce con una carretera, la Portola Parkway, cuyo nombre me llamó la atención porque por allí no parecía haber ninguna población, ningún condado, con ese nombre. Preguntando aquella noche oí por primera vez en mi vida -cosa que me sigue avergonzando, porque un corresponsal en EEUU debería saber esas cosas- el nombre de Gaspar de Portolà.