Un control que incluye el borrado de comentarios o artículos considerados sensibles, mientras que aplicaciones y páginas web como Instagram, Twitter o YouTube son inaccesibles. Este férreo control afecta a la actividad no sólo a individuos sino también a las empresas presentes en el país las cuales, para eludir este bloqueo, usan «redes privadas virtuales» designadas a menudo con la sigla VPN («virtual private network», en inglés). Muchos intelectuales y disidentes chinos usan también los VPN para publicar en Facebook, Twitter o YouTube desde el interior del país.
Pero, a partir de ahora, con la aplicación del nuevo plan, los proveedores deberán tener una autorización oficial para crear o alquilar «líneas de comunicación especiales», entre ellas las VPN, según ha informado el Ministerio de Industria y Tecnologías de la Información. Para el Gobierno chino, el mercado de proveedores está teniendo un rápido crecimiento «y aparecen las primeras señales de desarrollo anárquico, lo que crea una necesidad urgente de regulación». Esta campaña para «poner orden» durará hasta marzo de 2018, precisó el ministerio.
China cuenta con el mayor número de internautas del mundo: eran 731 millones a fines de 2016, según datos facilitados este domingo por el Centro de Información sobre Internet (CNNIC), un organismo gubernamental chino.