MyTO

Investidura

  • La última rueda de prensa de Obama, entre el balance y los consejos a Trump

    Entre los temas que ha tratado están las últimas medidas tomadas por su Gobierno. Por ejemplo, la sorprendente conmutación de la pena de la soldado Manning: «Chelsea Manning ha cumplido ya una dura pena de prisión. No creo que cualquiera que esté pensando en filtrar información pueda pensar que vaya a quedar impune”, ha declarado Obama. Otra medida reciente ha sido la eliminación de la política ‘pies mojados, pies secos’, que ha defendido como el fin de los privilegios migratorios de los cubanos. Para Obama, ésta era un “remanente” de la “vieja y fracasada” política de aislamiento hacia la isla. La nueva política es la “justa y apropiada para la naturaleza cambiante de la relación” con La Habana, ha declarado.

    En cuando a la política internacional, el presidente saliente ha afirmado que sigue “profundamente preocupado por la situación en Israel y Palestina, es insostenible”. Obama ha asegurado que ha invertido grandes esfuerzos en resolver ese conflicto, pero que no ha podido forzar una solución. De Rusia, Obama ha dicho que “por los intereses de Estados Unidos y del mundo, necesitamos tener una buena relación con Rusia, por eso le animé a que formara parte activa de la comunidad internacional”, añadiendo que “es importante que Estados Unidos se pronuncie cuando un país grande invade y acosa a otro más pequeño”, refiriéndose al conflicto de Moscú con Ucrania.

    Su sucesor en el cargo, Donald Trump, también ha tenido un espacio propio en la última rueda de prensa de Obama. Entre otras cosas, ha afirmado que “Trump cambiará muchas de sus opiniones cuando escuche a sus asesores”, y le ha lanzado algunas ‘pullas’ al recordar que “el fraude electoral son noticias falsas”. A pesar de las diferencias que mantiene con el presidente electo, ha anunciado que seguirá con la tradición y asistirá a la ceremonia de inauguración de la presidencia de Donald Trump.

    En cuanto a su gestión, Obama ha destacado un hito que le hace sentir especialmente orgulloso: «la transformación que ha atravesado nuestro país en la última década», refiriéndose a los logros de la comunidad LGTB, respaldada por su apoyo personal al matrimonio igualitario. «Creo que hicimos algunas contribuciones importantes, pero la más importante fue la de los activistas, ciudadanos y parejas que alzaron la voz y se mostraron orgullosos de ser quienes son», ha sentenciado.

    El mensaje que ha querido destacar Obama sobre todos los demás es el de la esperanza. “Creo en este país, en que hay más gente buena que mala”, ha dicho. Sus planes de futuro son el descanso y el tiempo en familia, explicando que quiere aprovechar también para escribir. No obstante, ha aclarado que él será siempre «ciudadano», «por lo que es importante que los demócratas y quienes perdieron en las elecciones puedan distinguir que entre todas las políticas que se debaten, hay determinados asuntos en los que nuestros valores están en juego». Por ello, Obama no callará si los valores que dice defender se ven atacados por la administración Trump.

  • China no quiere representantes de Taiwán en la toma de posesión de Trump

    Está previsto que a Washington acuda una delegación taiwanesa, liderada por el líder del ex partido gobernante, Yu Shyi-kun, que incluye además a un asesor de seguridad nacional de Taiwán y algunos legisladores, informó esta semana el Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán. Es frecuente que la provincia asiática envíe una representación oficial a las investiduras de los presidentes de EEUU, invitada por legisladores estadounidenses.
    La portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Hua Chunying, ha dicho que China se opone a que Taiwán utilice cualquier excusa para enviar personas a Estados Unidos para «participar en actividades que interfieran o dañen las relaciones bilaterales entre China y Estados Unidos». «Reiteramos al país la petición para que impida a la autoridad taiwanesa enviar a una denominada delegación a Estados Unidos y a que no tenga ningún contacto oficial con Taiwán», ha declarado Hua en un encuentro con periodistas. La petición, ha añadido, se ha realizado tanto a la actual Administración como al equipo de Trump.

  • La ansiada investidura llegó tras más de 300 días en funciones

    El 13 de enero de 2016 comenzó la XI Legislatura, la más breve de la democracia pero también una de las más intensas que se recuerdan. Por primera vez, el Parlamento y el Gobierno se enzarzaron en un conflicto de competencias que acabó en el Tribunal Constitucional sobre si el Congreso podía o no someter a control a un gobierno en funciones. Mientras se resolvía el conflicto, el rey Felipe VI, que se estrenaba la ronda de contactos con los partidos que habían obtenido representación parlamentaria, se encontró con que Mariano Rajoy, al que propuso para que se sometiera a la investidura, «declinó» porque dijo no contar con los apoyos suficientes. Algo que no había pasado hasta entonces.
    El rey se lo propuso entonces a Pedro Sánchez, líder del PSOE, el segundo partido más votado. Sánchez aceptó y comenzó una intensa ronda de negociaciones con Podemos y Ciudadanos. Los primeros se descolgaron en el último momento, y Sánchez se sometió el 2 de marzo a una investidura que de antemano sabía perdida, pues sólo contó con el apoyo de los diputados socialistas, los de Ciudadanos y uno de Coalición Canaria. Comenzó a correr el tiempo de dos meses que establece la Constitución para disolver las cámaras en caso de que nadie hubiera sido investido. Los unos culpaban a los otros, los otros a los unos por la situación creada, mientras Rajoy optó por quedarse al margen de las batallas. Así fue como el 3 de mayo se disolvieron las Cortes y se convocaron elecciones generales. Una situación de nuevo sin precedentes, pues era la primera vez que los ciudadanos tenían que acudir a las urnas en un plazo de seis meses para decidir quién debía gobernar el país. El domingo 26 de junio los españoles votaron y lo hicieron de forma muy parecida a diciembre. Volvió a ganar el PP de Rajoy con la diferencia de que mejoró sus resultados con 137 diputados, pero lejos de los 176 para la mayoría absoluta. El PSOE perdió cinco escaños mientras Podemos subió dos y Ciudadanos se dio el batacazo al perder 8. El resto de los partidos minoritarios se mantuvieron más o menos igual.
    La XII Legislatura comenzó en julio y la amenaza de unas terceras elecciones aumentó ante la falta de acuerdos. Sánchez se negó a facilitar la investidura de Rajoy, provocando una crisis sin precedentes en el PSOE. El líder del PP esta vez decidió dar un paso al frente, negoció con Ciudadanos un pacto de investidura y al rey le dijo que sí, que se sometería a la votación. Confiaba en que se impusiera la cordura en el PSOE pero se impusieron las tesis del «No es no» de Sánchez. Sin la abstención de los socialistas era imposible que Rajoy fuera investido y el 31 de agosto en la primera votación y el 2 de septiembre en la segunda, perdió. De nada sirvió el acuerdo firmado el 28 de agosto entre PP y Ciudadanos. Los partidos de izquierdas junto con los independentistas catalanes, vascos y valencianos intentaron superar sus diferencias para formar un «gobierno Frankentein», como acuñó el PP a esta amalgama de siglas que finalmente no prosperó porque una parte del PSOE se negó.
    Esa misma parte del PSOE decidió que había llegado el momento de facilitar la investidura de Rajoy, absteniéndose. Así fue como el 29 de octubre de 2016, tras más de 300 días con un gobierno en funciones, el candidato del PP Mariano Rajoy fue investido por el Congreso de los Diputados presidente del Gobierno en la segunda votación. El líder popular tomó posesión de su cargo a primeros de noviembre y formó un Gobierno en minoría que puso fin a más de 300 días con España en funciones y que durará lo que el propio Rajoy quiera que dure, pues es potestad del presidente del Gobierno disolver las Cortes y convocar elecciones generales cuando quiera.

  • Los cinco ¿retos? para el nuevo Gobierno de Rajoy

    Me pide Ignacio Peyró, director de esta sección de El Subjetivo en The Objective, que escriba los que creo que son “los cinco retos principales” a que se enfrenta el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy. Uno tiene la sensación de que entender como “retos” algo relacionado con Rajoy acaso ya sea un punto de partida no del todo acertado: uno sospecha que este registrador de la propiedad pontevedrés afronta las cosas más como hace cualquier otro funcionario con los encargos de su oficina, que como un deportista o un héroe clásico se enfrenta a sus “retos”. Pero sea, llamemos por un rato “retos” a esos cartapacios con expedientes que te ha traído a la mesa el jefe de negociado y veamos cuáles son, en mi humilde opinión, los cinco más peliagudos de ellos.

  • Los cinco retos de Rajoy

    Si los diez mandamientos de la ley de Dios se encierran en dos, los cinco retos del nuevo gobierno Rajoy se condensan en uno: solucionar la cuestión catalana. El juicio futuro a Mariano Rajoy –y también a Soraya Sáenz de Santamaría, a quien se le han concedido todos los poderes– dependerá de su habilidad para sortear el escollo del soberanismo. Sin duda, la medida del éxito de un gobierno pasa por responder con el trabajo bien hecho al depósito de fidelidades, afectos y vinculaciones que conforman la historia de una nación. Lo otro –“la casa dividida”, por decirlo al modo evangélico– supondría el fracaso definitivo del empeño democrático de un país que salió del franquismo decidido a dejar atrás el cliché del Spain is different.

  • La paradoja del comediante

    En un audio de la Fundación Juan March (¡ese elitismo gratis!), el poeta Guillermo Carnero menciona ‘La paradoja del comediante’ de Diderot. Lo escuché por casualidad el día en que el exlíder socialista Pedro Sánchez anunció que entregaba su acta de diputado y, en la comparecencia, agachó la cabeza y soltó unos sollozos.

  • A las lágrimas de Sánchez

    Desde que descubrí que la actualidad es ontológicamente incapaz de explicarse a sí misma, leo la prensa deprisa y a nuestros clásicos, despacio. Es más instructivo Ángel Ganivet que Jordi Évole.

  • Susana Díaz, 70

    Viví en calle Ferraz cuatro inmortales años. Compraba libros de geishas y kamikazes en la librería El Aleph, observaba el andar melancólico de Adolfo Marsillach y cruzaba hasta el templo de Debod para degustar, en tardes de cines en versión original, el mejor atardecer de elegante paleta anaranjada de Madrid.

  • Perejil con sangre

    Cuando a Susana le prepararon el Ritz como una mesa en el Orient Express con platería de Cleopatra, llevaba semanas de presidenta andaluza. Aún parecía ir con Griñán, su padrino difunto, en un colmillo o en un tarro. Ante el socialismo desmoralizado y el establishment temeroso del secesionismo, dijo lo que todos querían escuchar, incluso aunque ella votó aquel Estatut. Todavía no había gobernado, no había hecho nada, sólo heredar ese imperio de moscas que es Andalucía. Pero la tomaron por salvadora como tomaron por princesa a la florista de My fair lady: por atrezo, abanicazos de pestañas y frases sobre el tiempo aprendidas frente a una bocina o un loro.

  • Rajoy, investido presidente con la abstención de la mayoría de los socialistas

    Además de los siete diputados catalanes del PSC, otros ocho diputados no acataron la decisión de la dirección socialista, entre ellos las independientes Margarita Robles y Zaida Cantera, además de Odón Elorza o Susana Sumelzo, pesos pesados del partido y del equipo de Sánchez.
    El debate fue muy similar al del martes, con un Rajoy dispuesto a tender la mano al resto de los partidos para lograr un gobierno “fuerte y estable” aunque también dispuesto a no renunciar a los principios de su programa. De nuevo, también los partidos de la oposición coincidieron en augurarle un gobierno “débil”, mientras que Ciudadanos y Coalición Canaria, con los que el PP firmó un acuerdo de investidura, le advirtieron de que estarán “vigilantes”. Incluso el socialista Antonio Hernando reiteró que su grupo “hará oposición desde el lunes». Pero fueron éstos, los miembros del PSOE los que recibieron los reproches más duros por parte de los representantes de la oposición de izquierdas y de los nacionalistas e independentista. Hernando se quejó y pidió la palabra para defender “el honor de los socialistas” que, según dijo, había sido mancillado por el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, al preguntarles si “no les da vergüenza dar el poder a uno de los partidos más reaccionarios de Europa» y otras acusaciones que llevaron a varios diputados socialistas a abandonar el hemiciclo hasta que acabó la intervención del diputado independentista catalán.
    En la calle, al mismo tiempo que se celebraba el pleno del Congreso, miles de personas se manifestaban en los alrededores, en medio de fuertes medidas de seguridad, para protestar por la investidura de Rajoy, calificada por los participantes, de «golpe de la oligarquía» a la democracia. Numerosos diputados de Unidos-Podemos, entre ellos, los principales líderes, se acercaron para saludar a los manifestantes antes de que comenzara el debate de investidura.

  • He matado a Rajoy

    Me pasaba con algunos novios y alguna vieja amiga. Cuando se quedaban por el camino -voluntariamente o no-, a mí me daba por arrancarles su dimensión íntima; es decir, en mi cabeza, en mi relato, en la propia novela que es la vida -la mía y la de todos, errática casi siempre-, ellos dejaban de comer, de enamorarse, de recibir facturas, de bostezar o de defecar, del mismo modo en el que se abstienen los personajes transitorios que aparecen en los libros sólo un rato. Era absurdo y triste, porque es obvio que continuaban existiendo aunque ya no hablásemos, pero a mí me parecía que no. Sus rutinas se habían detenido en el tiempo por una cuestión de insignificancia.

  • El rey retoma las consultas el 24 y 25 para proponer candidato o disolver la Cortes

    «Su Majestad el Rey, de acuerdo con lo que establece el artículo 99.4 de la Constitución, me ha comunicado en la mañana de hoy su decisión de celebrar nuevas consultas los días 24 y 25 de octubre», ha informado este martes la presidenta del Congreso, Ana Pastor, en una comparecencia pública tras reunirse con Felipe VI. El día 20 se sabrá quiénes acudirán en representación de los partidos a las consultas con el rey. En el PSOE, ya han anunciado que será el actual presidente del Principado de Asturias y presidente de la Gestora, Javier Fernández.

    Si el rey propone algún candidato, la sesión se investidura se celebrará antes siempre del 31 de octubre, momento en el que se cumplen dos meses desde la anterior sesión de investidura fallida; es decir, que de celebrarse, el pleno será entre el 26 y el 30, aunque Ana Pastor no ha querido concretar, a la espera de que el monarca haga una propuesta formal. En el caso de que ésta no se produzca, será el propio Felipe VI quien procederá a disolver la Cortes.

  • Dale un par de vueltas

    Desgaste, sí, desgaste es la imagen que hemos percibido en el pasado de debate de investidura sobre los altos escaños de Ciudadanos y de Podemos. El deterioro de los que acaban de llegar, que es lo llamativo de esta precoz erosión parlamentaria. El mensaje de Rivera ha calado, eso nadie lo duda, ha calado tanto que un todo llamado don Mariano aceptó sus propuestas con tal de salir airoso de los 170 diputados y lograr gobierno, por mucho que estas propuestas tuviesen más de moderna y reformista socialdemocracia que de otra cosa. Pero el desgaste de Rivera no deambula por esos caminos. No es un desgaste ideológico –tampoco es que haya tenido su proyecto, en este sentido, y más allá de las medidas acordadas en esta investidura, nada estratosférico-, tampoco emocional; lo es, acaso, de liderazgo. De puesta en escena. De tesón en el discurso. Perfil bajo, como dicen ahora. A Podemos, con Iglesias, algo similar le sucedió, con la diferencia de que si uno pecó de defecto, el otro pecó de exceso. Y del esperpento se hizo acopio. Cuentan que el sermón de Iglesias –mucho de homilía y poco de política hubo- envejeció. Mejor sería, quizá, apuntar que nació viejo.

  • España no tiene precio

    Cómo debe de estar el patio para que la nula credibilidad de Rivera sea vista como un ejemplo de responsabilidad política al lado de un Pedro Sánchez al que ahora le parecen ébola cien de las medidas que hace apenas unos meses le parecieron más que digeribles y un Mariano Rajoy al que le ocurre exactamente lo mismo, pero al revés. Que Ciudadanos, que no es ni el segundo ni el tercero sino el cuarto partido del Congreso, ande mediando entre PP y PSOE es como si nombramos juez de familia al hijo menor de la pareja y le endilgamos la responsabilidad de poner paz en el divorcio, repartir los bienes y determinar el régimen de visitas. Una cosa bastante irresponsable, para entendernos. 

  • Ciudadanos da un plazo de 48 horas al PP para alcanzar un acuerdo

    Para la formación naranja, las conversaciones no avanzan debido a la negativa del PP a aceptar sus propuestas de reformas institucionales de calado. Las negociaciones se abrieron después de que Albert Rivera planteara seis condiciones para dar el sí a la investidura de Mariano Rajoy con el fin de desbloquear la situación política.El vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maillo, ha afirmado que “el tiempo no se ha agotado” y que su partido “ni quiere ni acepta límites de plazos; sólo hay un límite que es la investidura”. Aseguró que ha habido avances en temas sociales, económicos y de empleo. Según el PP, las dos partes tienen que “ceder un poco”, por lo que demanda paciencia.

  • Albert Rivera plantea seis condiciones para dar el sí a la investidura de Rajoy

    Las seis condiciones que propondrá Rivera a Rajoy son la expulsión de todo cargo público que esté imputado por corrupción, aprobar una nueva ley electoral que modifique el peso relativo de cada voto en el reparto de escaños, eliminar los aforamientos, limitar el mandato presidencial a ocho años o dos legislaturas, acabar con los indultos en los casos de corrupción y crear una comisión parlamentaria para indagar sobre el caso Bárcenas. Un eventual acuerdo entre Ciudadanos y el PP para la investidura de Rajoy incrementará la presión sobre el PSOE para que, por medio de su abstención, permita la formación de un nuevo gobierno.

  • Los españoles inermes

    El pistoletazo del putsch por etapas en Cataluña brinda una oportunidad irrepetible para la creación de un frente constitucional. No existirá una excusa mejor para que España culmine de una vez por todas su transición e ingrese en la modernidad democrática. Hemos podido comprobar que las fuerzas políticas desconfían de la madurez de sus electores. Hete aquí que el golpe en slow motion del nacionalismo ofrece a todos los partidos una contundente coartada que exhibir ante sus votantes, ya que líderes y aparatchiks les presumen cautivos de sus mismas servidumbres ideológicas.

  • Rajoy insinúa que no se presentará a la investidura «si sé que no voy a salir elegido»

    Tras una reunión «cordial» de una hora y veinte minutos con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el presidente del PP ha comparecido ante los medios para valorar la primera ronda de conversaciones con los líderes de los partidos que obtuvieron representación parlamentaria en las elecciones generales del 26 de junio. «Me ha sido muy útil», ha dicho satisfecho porque «todos me han manifestado su voluntad de seguir hablando conmigo». Rajoy ha calificado de «locura» y «barbaridad» ir a terceras elecciones; para evitarlas se ha mostrado dispuesto a «seguir negociando» para lograr los apoyos suficientes que le permitan salir investido. «Tengo interés en gobernar, quiero mojarme» y por eso ha enviado a todos los partidos una propuesta de gobierno basada en valores constitucionales y en el consenso del proyecto europeo.

    Momentos antes, el secretario general del PSOE dejó claro que los socialistas «votaremos en contra de la investidura del señor Rajoy».  «Los socialistas seremos parte de la solución ejerciendo una oposición responsable» basada en el diálogo si Rajoy logra formar gobierno, añadió Sánchez. También la Ejecutiva de Ciudadanos acordó por la mañana votar en contra del candidato del PP en una primera votación pero abstenerse en la segunda «para tratar de desbloquear» la situación institucional, ha explicado el presidente del partido, Albert Rivera, quien se reunió con Rajoy ayer. Al igual que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, cuyo grupo votará en contra de Rajoy.

  • Nuevas elecciones el 26 de junio si no hay investidura

    La cuenta empieza con esa primera sesión de investidura y, concretamente, con la primera votación que tendrá lugar el jueves 3 de marzo. A partir de ahí la Constitución prevé que si en dos meses no hay un candidato elegido se disolverán automáticamente las Cortes, el 3 de mayo, y se convocarán nuevas elecciones. Desde la disolución de las Cortes hay 54 días para la celebración de nuevas elecciones legislativas. Hasta ese día, el secretario general del PSOE intensificará los contactos con el resto de partidos en busca de apoyos.

  • Rajoy pone en la encrucijada a Sánchez: coalición PP, PSOE y Ciudadanos o Pablo Iglesias de vicepresidente

    La propuesta de coalición PSOE-Podemos de Iglesias, en la que se postula como vicepresidente, ha motivado la decisión de Rajoy. El presidente en funciones ha declinado el ofrecimiento del Rey de ser el primer candidato en someterse a la votación de investidura. «No renuncio a nada, mantengo mi candidatura pero aún no tengo apoyos», ha insistido. Con este panorama, la presión recae sobre Pedro Sánchez, al tener que desatascar el inmovilismo reinante. La ley no marca plazos a la propuesta de un candidato pero nunca ha durado más de mes y medio.

     

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