Pensar fuera de la caja
«Debemos superar los paquetes de ideas marcadas arbitrariamente como ‘de izquierdas’ o ‘de derechas’. Occidente es la formidable obra conjunta de las dos»
«Debemos superar los paquetes de ideas marcadas arbitrariamente como ‘de izquierdas’ o ‘de derechas’. Occidente es la formidable obra conjunta de las dos»
«Algunos jóvenes intelectuales españoles se han negado a seguir la moda y retoman la tradición racionalista base del liberalismo y la socialdemocracia»
«¿En qué país sueña quien está llamado a ser alternativa de gobierno? ¿Cuál es, en definitiva, parafraseando la verborrea oficialista, el ‘proyecto de país’ del PP?»
El diplomático acaba de publicar un libro llamado a convertirse en un clásico contemporáneo sobre la ciudad eterna. Daniel Capó conversa con él.
Juan Claudio de Ramón (Madrid, 1982) es diplomático y ensayista. Ha estado destinado en las embajadas de Ottawa y Roma, y actualmente reside en Madrid. Complementa su labor como diplomático con el columnismo de actualidad y la reflexión filosófica, con especial atención a la historia de las ideas y de las naciones.
El diplomático y ensayista Juan Claudio de Ramón habla con David Mejía sobre su vocación de servicio público, la utilidad de las naciones y su preocupación por la continuidad histórica de España
«No se conocen amistades insoportables pero bien se sabe que hay amores que hacen sufrir»
«A menudo uno descubre que el adjetivo más preciso, la frase más redonda, es también la que más daño hace: se opta por deferencia por la perífrasis»
«Temo que medidas así, que en su benevolencia buscan curar las heridas que en el pasado produjo la incomprensión del hecho de ser diferente, solo consigan hacernos más conscientes de nuestras diferencias»
«Lo que no existe como esencia existe como contingencia. Y así ha existido España durante siglos, mudando de contenido mas que de continente»
«Si el confinamiento fue un experimento natural, llevamos ya unos meses metidos en otro: el del uso responsable de la libertad recobrada al abrirse las puertas de la celda»
«Lo he dicho muchas veces: yo no me siento español; yo me sé español»
«La sociedad española no es multirracial y no tiene un problema con sus fuerzas policiales, modélicas si cotejamos su rendimiento con el de sus pares estadounidenses»
«Se va poniendo difícil, en estos tiempos aspérrimos de polarización política, mantener debates en Twitter, que es un invento que a ninguno nos hace más listos»»»
«La liquidación del pluralismo político es un hecho que ETA puede apuntarse en su haber»
«Ni madre mimosa ni tío rico, lo que debemos evitar ahora es ser la clase de persona que no se considera guardián de su hermano»
«Si quieren ver algo extrañamente tranquilizador estos días finales de encierro, vean ‘El río'»
«Si a alguno le empiezan a fallar las reservas de autocontrol en la Tebaida de su confinamiento, y comienza a sentir una insuprimible exigencia de salir de su cuarto, que no lo dude y se administre esta insulina para agitados»
«Se necesitan ideales tanto como se necesita que esos ideales se equilibren con dosis de realismo histórico»
Para quienes nos dedicamos a estudiar lo que creemos el mayor factor de corrosión de la vida democrática en España –la alianza entre la izquierda española y los nacionalismos segregadores– la entrevista que el ex presidente Rodríguez Zapatero dio hace poco al diario El Español tiene un extraordinario interés. Casi podríamos decir, como un jurista, que se trata de un documento con valor de cosa juzgada. Me refiero, en concreto, al momento en que un atinado Daniel Basteiro le extrae las siguientes afirmaciones:
«Su propio don de lenguas debería haberle puesto en la pista de que todo lo esencial se puede traducir»
«Nada está escrito: ni la desaparición ni el renacer. Pero las alas de los pájaros de centro aún son para volar»
«Hay momentos, cuerpo a cuerpo con la elíptica, en que a uno le parece una torpísima idea haber entrado en el gimnasio»
«La posibilidad de reformar España con consenso se frustró durante largo tiempo con la moción de censura de mayo de 2018»
La resistencia a adoptar medidas contra los efectos del cambio climático se debe a que pertenecemos a una generación que carece de experiencia del desastre
«Dos ejemplos recientes de genialidad corrosiva: Peter Handke, al que reprochamos sus caprichosas loas a un genocida, y Cristina Morales, que dice preferir ver arder todo en una gran pira a que las tiendas abran»
«De creer a sus rivales políticos, la imagen de Trudeau disfrazado de Aladino es responsable de causar una ola de sufrimiento en toda la población negra de Canadá. ¿Qué ha pasado aquí?»
«Quisimos la Luna y la devolvimos, con un mohín de desinterés, en abierto desprecio del sueño que había fertilizado la imaginación de escritores de todas las épocas, de Luciano de Samóstata a Julio Verne»
«Ha sido en Twitter donde he comprendido perfectamente lo que el sabio español quería denunciar al definir el fariseísmo como el hábito de construir la bondad propia con la maldad ajena»
¿Qué significa para nosotros, los europeos, el viaje de Magallanes y Elcano, a quinientos años de levar el ancla la expedición que daría, por vez primera, la vuelta al mundo?
Prólogo del libro Por una Ley de Lenguas: Convivencia en el Plurilinguismo (Ed. Deusto, 2019) de Mercè Vilarrubias, ya a la venta, y que se presentará próximamente en Barcelona y Madrid.Este es un libro importante. Déjenme explicarles por qué.
Barcelona era la ciudad donde durante un tiempo hubo que ir para recordar que todos pertenecíamos a Europa
Al nuevo gobierno, sea cual sea, le pido lo mismo que a mí: esforzarse por mantener los ojos abiertos
¿A qué tipo de persona se le ocurre pedir a domicilio un chocolate caliente? ¿Se haría también traer la cerveza caliente desde Munich?
En el norte de Tanzania, en la llanura del Serengueti, hay un lugar llamado Garganta de Onduvai que es un exuberante festín para los cazadores de fósiles. Siete capas de sedimentos lo convierten en el yacimiento prehistórico más importante del mundo, y en el escenario probable de la primera página de nuestra historia, cuando aprendimos a ser humanos.
Invierno de 1939. Una muchedumbre deshauciada y macilenta huye por fríos pasos de montaña de una guerra que ha perdido
De la ciudad –que es la comunidad política– Aristóteles dijo dos cosas: que está hecha de diferencias, y que la amistad la mantiene unida. Mis amigos catalanes me lo recuerdan todos los días. No estoy seguro de que sepan lo mucho que les admiro.
Si hay algo horrible en este mundo, si hay algo que derrota cualquier ilusión de sentido, es el sufrimiento de un niño. El tormento ante la contemplación de un cuerpo infantil que sufre es tan doloroso, tan insoportable la conciencia del absurdo que entraña, que hasta el más incrédulo de los corazones cede al dulce deseo de juntar las manos y rezar.
Tan denso en historia y en resonancias continentales, Horcher –con sus figuritas de Meissen y una carta inspirada en Mitteleuropa- parece hecho a propósito para reflexionar sobre los designios del proyecto europeo. En un momento en que, de la crisis del euro a las angustias del Brexit, la Unión parece zozobrar, The Objective ha querido reunir a dos personas de dos generaciones diferentes pero igualmente cualificadas a la hora de pensar Europa: Joaquín Almunia, economista y político de larga experiencia y vicepresidente de la Comisión entre 2010 y 2014, y el diplomático y ensayista Juan Claudio de Ramón. De Trump a Merkel, de las raíces de la crisis a las carencias y fortalezas de España y del secesionismo a la inmigración o los puntos de refuerzo del Mercado Común, esta larga conversación –más de dos horas- aquí editada toca los puntos más importantes de la Europa actual sin dejar de ofrecer un corolario de esperanza.
Las tres décadas que abarcan el nacimiento en 1889 en París de la Segunda Internacional y el fin de la Primera Guerra Mundial en 1918 han sido llamadas por un historiador como «el periodo apostólico de la historia del socialismo». De manera semejante a los cristianos primitivos, antes de que la suya fuera religión de Estado, también los militantes socialistas de entonces, desprovistos de toda culpa posterior, guiados por un idealismo incorrupto y con su crédito moral intacto, se dedicaron a promover y predicar el milenio socialista. En un mundo mucho más injusto que el nuestro, su fe era contagiosa. Su esperanza en el futuro, de una intensidad que resulta difícil imaginar. Tenían profeta, tenían doctrina (y no pocas discusiones teológicas), tenían comunidades de creyentes y corrientes heréticas, tenían apóstoles. Muchos de ellos estaban dispuestos a morir por sus ideas. Tuvieron, por lo mismo, mártires.
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