Túnez, la punta de lanza de los países árabes que se revelaron contra sus gobiernos en la denominada Primavera Árabe de 2011, es uno de los pocos países en los que el nuevo gobierno se ha ido asentando lentamente y dónde los ciudadanos han ganado un mayor número de libertades y derechso con el establecimiento de una nueva constitución en 2014. Podría decirse que es uno de los pocos Estados donde las revueltas han triunfado y que se ha convertido en el representante de los países árabes más»democráticos», «progresistas» y «estables». No obstante, aún así, aun queda mucho por hacer. Los aspectos relacionados con género e identidad en las sociedades árabes generan un intenso debate, donde predominan los prejuicios y el desconocimiento. La reivindicación de los derechos humanos es tarea pendiente para muchos ciudadanos, y en particular para minorías como el colectivo LGTBQI.