«Alerta, alerta, alerta que camina / la lluita guerrillera per l’Amèrica Llatina.» «Arriba, abajo, que la Otan se vaya al carajo; abajo, arriba, que ni Otan ni bases ni Reagan.» «Y si Nicaragua ha vencido… ¡El Salvador vencerá!» Las manifestaciones de la izquierda extraparlamentaria en defensa de la revolución sandinista y contra la intervención estadounidense en Centroamérica partían de Universidad, seguían por Pelayo y Ramblas y rompían por Fernando hasta San Jaime. Luego del toma y daca con las fuerzas represivas, los 300 de siempre nos dispersábamos por el Gótico para reencontrarnos en la Real. Allí, a golpe de medianas, cancelábamos momentáneamente el malestar del mundo. La vida, proclamábamos, se divide entre la lucha y la marcha; así, las venas abiertas de América Latina coexistían sin tapujos con los tiradores espumosos del bar Glaciar. Lo que yo he bebido por el sandinismo, vive Dios, no lo ha bebido nadie.