El perro leproso
«Un acuerdo sin fotos, sin firma de ambos, Santos Cerdán primero, Puchi después, cuando la última palabra es siempre la que cierra y vale»
«Un acuerdo sin fotos, sin firma de ambos, Santos Cerdán primero, Puchi después, cuando la última palabra es siempre la que cierra y vale»
«Ni el insulto barato ni la brocha gorda han sido nunca la base de una columna que quiera tener éxito ni por supuesto han contribuido al amejoramiento de la patria»
«Lo que quiero decir es que donde más fricciones se producen es entre posiciones cercanas, por eso no debería sorprendernos que las críticas a la postura de El Hachmi vengan del feminismo»
Dice Gregorio Luri (Azagra, 1955) en El amparo de las sombras (La isla de Siltolá) que la aforística es una suerte de taxidermia y que el aforista, como el vivisector, mata lo que intenta comprender. Incurre el escritor navarro en la socorrida captatio benevolentiae, cortesía que en estos casos suele ser de rigor, pero miente. Porque este libro luminoso, tan instructivo como desafiante, más que digno heredero del excelente Aforismos que nunca contaré a mis hijos (2015), rebosa de vida. Nadie busque aquí arcoíris destejidos ni mariposas clavadas en alfileres. Se trata de una inteligencia en marcha que agarra de los hombros al lector y lo zarandea, con la insolencia del tábano escandaloso que aguijoneaba las grupas del Ática en los buenos viejos tiempos de la filosofía. Que estos seis pildorazos sirvan de muestra.
Dice Gregorio Luri (Azagra, 1955) en El amparo de las sombras (La isla de Siltolá) que la aforística es una suerte de taxidermia y que el aforista, como el vivisector, mata lo que intenta comprender. Incurre el escritor navarro en la socorrida captatio benevolentiae, cortesía que en estos casos suele ser de rigor, pero miente. Porque este libro luminoso, tan instructivo como desafiante, más que digno heredero del excelente Aforismos que nunca contaré a mis hijos (2015), rebosa de vida. Nadie busque aquí arcoíris destejidos ni mariposas clavadas en alfileres. Se trata de una inteligencia en marcha que agarra de los hombros al lector y lo zarandea, con la insolencia del tábano escandaloso que aguijoneaba las grupas del Ática en los buenos viejos tiempos de la filosofía. Que estos seis pildorazos sirvan de muestra.
En una escena de Rojos, la adaptación al cine que Warren Beatty dirigió y protagonizó en 1981 de la crónica Diez días que sacudieron el mundo, alguien pregunta por qué es a la Rusia zarista y en guerra a donde hay que ir para entender el momento histórico, a lo que John Reed responde…
Me piden un artículo para el 8 de marzo y me siento como el soneto que me manda hacer Violante. Todo lo que puede decirse sobre igualdad y feminismo ya se ha dicho. Se lleva diciendo cien años. Se ha protestado, se ha quemado en las fábricas, se ha luchado en los manicomios, se ha muerto y se ha amamantado. No estamos donde hace cien años, está claro, pero seguimos gritando las mismas consignas, y para mí, el feminismo en los países desarrollados, ese por el que vamos a parar el 8 de marzo, ya debería ser otra cosa. Ya debería ser una fuerza de la gravedad. Quizá lo es, espero que lo sea, aunque temo que las miradas injustas y las acciones desmedidas que provoca en los círculos reaccionarios frene de nuevo su avance. Espero que ya esté aquí, lo está, aunque temo que, a pesar de su valentía, corre el peligro de caer en la última valla, de salirse de la pista en el último segundo, de mandar a la red la última pelota. Porque somos mujeres, pero vemos las cosas muy distintas unas de otras y a veces tiramos en direcciones opuestas o hay quien tira hacia los hombres, cuando los hombres solo son personas y son las costumbres y las conductas sociales, las que deben caer.
Una de las facetas más abradacabrantes del secesionismo en Cataluña es pretender crear un estado “ex novo” sin tener la menor noción de lo que es un Estado
Imagine que es usted el CEO de una empresa mastodóntica, una de esas que ningún gobierno puede permitirse el lujo de dejar caer. Una como Google. Un día, uno de sus empleados, llamémosle X, entra en su despacho y deja encima de la mesa una caja negra cuyo contenido usted desconoce. Al cabo de unas horas, los teléfonos empiezan a sonar. Ese contenido, sea el que sea, ha provocado la ira del resto de los empleados.
Cataluña amaneció el 18 de julio de 2017 repleta carteles a lo largo y ancho del territorio con el rostro de un Francisco Franco joven y el lema: ‘No votes, el 1 de octubre, no a la República’.
Europa vibra con cada palabra y cada gesto de Emmanuel Macron, ese JFK que todos necesitábamos para volver a sentirnos orgullosos de nuestros políticos.
Hay ocasiones en las que ponerse de perfil es un modo de mostrar, con claridad, sin titubeos, las intenciones.
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