María Jesús Espinosa de los Monteros
No existía la pena alguna, yo era la pena
«Narrar la pesadilla no es tarea fácil y la minuciosidad de notario que Lançon despliega en la escena de la masacre en Charlie Hebdo es, probablemente, una de las más descorazonadoras de un libro profundamente amargo»
