Medievalia
«Allí en donde soplaba su aliento pestífero, todo sucumbía. De los ciudadanos libres e iguales hacía unos inclinados siervos que arañaban la tierra con sus uñas»
«Allí en donde soplaba su aliento pestífero, todo sucumbía. De los ciudadanos libres e iguales hacía unos inclinados siervos que arañaban la tierra con sus uñas»
En esta nueva entrega que nos sitúa seis meses después del primer juego, continúa la búsqueda de un remedio efectivo ante la extraña enfermedad que sufre Hugo
Durante al menos 2.500 años coexistieron dos variantes del patógeno, pero acabó imponiéndose la que usaba las pulgas como medio de transmisión
Aquella pandemia fue devastadora en regiones como Escandinavia o Francia, en comparación con los efectos que tuvo en Irlanda o la Península Ibérica
El organismo también ha prohibido esas mismas importaciones procedentes de Macedonia del Norte
La peste bubónica transmitida por roedores puede parecer poco apetecible, pero unos visionarios de San Francisco han demostrado tener la inspiración necesaria para poner en marcha uno de los restaurantes más insólitos de la ciudad estadounidense: The Rat Cafe (El Café de la Rata)
Hacia 1770, el párroco José Antonio Mohedano rogó la clemencia de Dios ante la epidemia de fiebre amarilla que sufría el valle de Caracas. Con ese objetivo, prometió enviar a los peones de las haciendas cercanas a la montaña a buscar la palma real para que bajaran sus hojas, evocando así el pasaje bíblico de la entrada de Jesús a Jerusalén. Desde entonces, los palmeros suben cada Viernes de Concilio y bajan al día siguiente cargando las palmas que son bendecidas en la misa del Domingo de Ramos.
La bacteria que originó la Peste Negra medieval sigue viva. No hay más que consultar los archivos de alerta de la OMS para conocer el número de casos que se han dado en los últimos años en lugares como China o Perú. Un ordenador encontrado en un refugio del Estado Islámico en Siria desvela un documento sobre la fabricación de bombas con peste bubónica y cartas y fatwas que justifican moralmente el empleo de armas de destrucción masiva. No obstante, no hay ningún indicio en la documentación hallada que asegure que el ISIL esté en posesión de esas armas biológicas a día de hoy.
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