
Cayetana Álvarez de Toledo encabezará la lista del PP en Barcelona
La historiadora y periodista Cayetana Álvarez de Toledo será la cabeza de lista del PP en Barcelona.

La historiadora y periodista Cayetana Álvarez de Toledo será la cabeza de lista del PP en Barcelona.

Varios factores políticos amenazan la estabilidad de la Hispanoesfera, especialmente el populismo, un fenómeno global que se ha propagado con fuerza por el mundo hispano.

Ante discursos populistas que hablan de “crisis de migración”, nuestra colaboradora Áurea Moltó explica cuál es la situación real de los flujos migratorios en el mundo: hay 244 millones de migrantes internacionales, lo que supone el 3,3% de la población. ¿Qué hacer para que la inmigración tenga los efectos positivos deseados? La respuesta es clara: abrir vías legales a la inmigración.

Ante discursos populistas que hablan de “crisis de migración”, nuestra colaboradora Áurea Moltó explica cuál es la situación real de los flujos migratorios en el mundo: hay 244 millones de migrantes internacionales, lo que supone el 3,3% de la población. ¿Qué hacer para que la inmigración tenga los efectos positivos deseados? La respuesta es clara: abrir vías legales a la inmigración.

María Ramírez, Máriam Martínez-Bascuñán, Pablo Simón y Daniel Gascón responden a la pregunta de 2019: ¿Está amenazada la democracia?María Ramírez, Máriam Martínez-Bascuñán, Pablo Simón y Daniel Gascón responden a la pregunta de 2019: ¿Está amenazada la democracia?

El año 2019 nos depara retos interesantes y decisivos y para poder estar preparados decidimos echar un vistazo adelante con la ayuda de 18 expertos en áreas que van desde la ciencia y la tecnología, hasta la cultura y los medios.

Aunque lo lleve en la raíz de la palabra, para el populismo ese pueblo es tan sólo un medio. Nunca un fin. Similar al déspota dieciochesco, el populista coetáneo toma el concepto de pueblo como un medio para otros fines: la atención mediática, la acumulación de poder, el escaño en la institución pública, el chalet de Galapagar.

1. Los escaños andaluces de Vox han tenido consecuencias imprevistas en toda España. No han dejado a nadie indiferente. Este es su mayor triunfo. 2. Vox está obligando al resto de los partidos a resintonizar con sus electores y con las preocupaciones efectivas de la red social más importante de España: la de los bares. 3. Todo partido político tiene votantes que no comparten su programa electoral. Esto no constituye ningún problema, mientras lo sigan votando. 4. Vox se presenta como una revuelta (ya veremos con qué recorrido) contra la “moral fashion”. 5. No tengo claro en nombre de qué moral, exactamente, se revuelve, pero lo que tenga claro yo es irrelevante. Lo relevante es lo que crean los electores.

El llamamiento por parte del Partido Popular y de Ciudadanos para intervenir de nuevo la autonomía catalana mediante el artículo 155 de la Constitución solo puede responder al tacticismo político: desmarcarse de Sánchez y frenar el ascenso de Vox.

Se cumplen dos décadas desde la llegada al poder de Hugo Chávez, una torcedura en el destino de la república. Populismo, carisma, atrevimiento, desfachatez, desparpajo.

Hoy The Objective ha estado presente en el #ForoTiraníasPopulistas. Una conversación sobre la situación y los nuevos retos políticos en Latinoamérica

De Adolf Hitler a Recep Tayyip Erdogan, pasando por Hugo Chávez y tantos otros que acabaron como acabaron (o que van camino de acabar, claro), toda una serie de políticos antidemocráticos llegaron muy democráticamente al poder a través de las urnas y luego mostraron su verdadera cara.

‘El pueblo soy yo’, el último libro de Enrique Krauze es una muestra, una fotografía de los diferentes ejemplos de populismo en Iberoamérica.

Si el constitucionalismo nunca se ha unido bajo las mismas siglas es porque eso es cosa de populismos. Los que defienden la democracia liberal saben que hay que debatir entre ideas y programas, en lugar de buscar la adhesión tribal que alienta la existencia de un nosotros y un ellos.

La sentencia de Juana Rivas “fue muy dura porque fue ejemplar” al pretender evitar que se repita la apelación a juzgar en las calles de lo que deben resolver los tribunales. A este respecto reflexiona Laura Fàbregas en su vídeo de hoy.

La sentencia de Juana Rivas “fue muy dura porque fue ejemplar” al pretender evitar que se repita la apelación a juzgar en las calles de lo que deben resolver los tribunales. A este respecto reflexiona Laura Fàbregas en su vídeo de hoy.

Hay un momento, en la carrera de un político falsario y corrupto, en que la máscara digna se le cae y queda a la luz de la opinión pública -es decir, de los votantes, cuando ese político vive en un régimen democrático-, generalmente por la acción de los tribunales, del poder legislativo o de la prensa. O de todos ellos. En el caso de Donald Trump, su resistencia ante cualquier revelación, cualquier ataque, cualquier prueba de comportamiento delictivo ha sido notable a lo largo de año y medio de la presidencia más chocante de la historia de Estados Unidos.

Casi todas las familias contienen algún miembro problemático que, por el solo hecho de serlo, recibe un trato diferenciado. Hace menos, pero obtiene más; sus faltas se juzgan con menor severidad; sus demandas gozan de prioridad. Son, en una palabra, receptáculos de atención preferente. Y es que jamás se cansan: nunca dejan de expresar sus demandas, acompañándolas de una gestualidad exagerada o de la amenaza de romper la baraja. Ignorarlos es imposible.

Se habla de la envidia y se habla del resentimiento como de dos instintos primarios de la vida política. Miedo y odio, envidia y resentimiento son capas que se superponen la una a la otra. O la una por debajo de la otra, como el poder y la voluntad de poder. El ensayista alemán de origen iraní Navid Kermani escribió lo siguiente al respecto: «Envidia, aunque envidia quizás sea demasiado general y hoy día, en estos años, sería más preciso hablar de resentimiento que de aquella animadversión que reside en la envidia, aunque no sólo en la envidia, sino en la rivalidad y en los prejuicios, en el temor y en el sentimiento de inferioridad, es decir, que de forma inevitable llega al inconsciente».

Lo había leído en los titulares ayer a primera hora de la mañana. Las tropecientas notificaciones que uno tiene activadas y que no conceden tregua dominical me propinaron un despertar nutrido de actualidad: los titulares confirmaban que el primero de los tres barcos en que habían sido repartidas las personas que viajaban en el Aquarius había llegado a Valencia. Aún adormilada, también leí en una de esas alertas que Joaquín Sabina se había quedado sin voz en un concierto en Madrid. Me entristeció. No sabría decir siquiera el título de dos canciones del último trabajo del cantautor, pero son tantas las letras que me acompañaron durante la adolescencia que aquella noticia me supo casi a despedida.


El psiquiatra mexicano Juan Ramón de la Fuente, exsecretario de Salud de su país y exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México -la mayor institución educativa de América Latina-, entiende las sociedades como organismos que se pueden someter a diagnóstico médico. Así, en su país encuentra “síntomas preocupantes, por ejemplo, el malestar generalizado” provocado por “la violencia, la corrupción, la impunidad…”, cuenta a The Objective en Casa de América, donde ha presentado su último libro, La sociedad dolida. El malestar ciudadano, donde desgrana precisamente ese tema. Todos esos factores, considera De la Fuente, van “condicionando un dolor que el organismo exprese su malestar”. Es en ese momento cuando hace el diagnóstico: “Desde esta perspectiva, uno puede ver a México como un organismo enfermo”. Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina -se celebrarán el 1 de julio-, De la Fuente encuentra que ” los cuatro candidatos que hay tienen promesas populistas”.

El presidente del Parlamento Europeo, el italiano Antonio Tajani, ha defendido la unidad de Europa frente al nacionalismo y contra “quienes quieren levantar fronteras”, y ha asegurado que “defender su patria no es ser nacionalista”.

Si hay una forma de explicar las consecuencias de la retirada británica es fijándose en las puntadas que amenaza con descoser creando nuevas fronteras.

Donald Trump ya lleva un mes entero sin tuitear sobre mercados. La razón es obvia: desde los récords altos de enero la bolsa americana ha caído cerca de un 10% este mes. Y como es de costumbre, el presidente americano solo divulga noticias buenas. Las malas, por supuesto, son falsas. Por tanto permanece callado.


El populismo es un estado intermedio de ebriedad política, cuyo desenlace final (la borrachera desmandada) no es otra cosa que la revolución, el desplome del contrato social y la guerra civil. Exagerado, quizás, pero cierto. El licor –la visión maniquea de un sueño utópico, al cual se llega solo tras la destrucción de un enemigo satanizado— es el mismo. Lo que varía es la dosis.

‘Aporofobia’, el neologismo que da nombre al miedo, rechazo o aversión a los pobres, ha sido elegida palabra del año 2017 por la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia Efe y BBVA. Por quinta ocasión, la Fundéu BBVA da a conocer su palabra del año, escogida entre aquellos términos que han estado presentes en la actualidad informativa durante los últimos meses y tienen, además, interés desde el punto de vista lingüístico.

Cada año la Fundéu elige la palabra en español que más ha marcado esta vuelta al sol, bien sea por su actualidad, por sus dudas sobre la escritura o por suponer una nueva acepción. La elección definitiva tendrá lugar el 29 de diciembre, pero antes la Fundación del Español Urgente ha revelado las 12 palabras candidatas a ser término del 2017.


La verdad sea dicha, no hacía falta que Trump fuese a China para recordarnos que estamos en el ocaso de la supremacía norteamericana. Ya algunos morbosos lo sabíamos. Su retórica populista, prepotente, derrotista, su proveniencia del mundo de la “reality tv” y los tabloides neoyorquinos, su carrera empresarial dudosa y fraudulenta –y sí, hasta su peluca, símbolo de inseguridad, vejez y falsedad, de algo que fue y ya no vuelve sino en maquillaje, avisaba de cierto declive, cierta sobredosis de americanidad. Del ocio que se vuelve vicio, el entretenimiento que se convierte en política, el excepcionalismo que es más bien insularidad. Una decadencia que los que seguimos la prensa washingtoniana parecemos atestiguar en tiempo real, escándalo tras escándalo, día tras día.

Duro diagnóstico el que presenta José María Lassalle en su Contra el populismo (Debate, 2017). Duro y bien recibido porque puede suponer un golpe retórico efectivo contra el fenómeno estudiado. Bien recibido también por su interesante definición del carácter del populismo: su emotivismo contrario a la razón, su asamblearismo contrario a las instituciones de la democracia liberal, su fundamento en el miedo y en el resentimiento, su relación con el relativismo …

Al inicio de su punzante Democracy and Populism, el historiador John Lukacs acude a Tocqueville para plantear una cuestión primordial: “¿Consiste la democracia en el gobierno del pueblo, o, para ser más preciso, en el gobierno por el pueblo?”

En términos estrictos, cabe tildar a Emmanuel Macron de reaccionario posmoderno. Su lenguaje no es el del integrismo, sino el de un hombre lúcido que entiende cuál es rostro de la política contemporánea y, sobre todo, en qué consisten sus riesgos. Quiero decir que Macron es un reaccionario postmoderno porque no se bate contra la modernidad –entendida en sus justos términos– sino a favor de ella.

“El comunismo ya no es el enemigo principal de la democracia liberal -de la libertad-, sino el populismo”, escribe Mario Vargas Llosa en el prólogo del libro ‘El estallido del populismo’ (Planeta 2017), un análisis extenso y profundo del fenómeno populista, que en palabras del Nobel de Literatura es “el gran enemigo y la enfermedad de la democracia”.

Donald Trump ha retirado a Estados Unidos del Acuerdo de París, el pacto contra el cambio climático más ambicioso hasta la fecha. Se trataba de una de sus principales promesas electorales más polémicas. pues podría tener graves consecuencias diplomáticas y medioambientales.
No será fácil que Europa se aproxime a los ciudadanos. Se trata de un proyecto racional que no se deja sentimentalizar fácilmente. A su favor están los datos; en contra, la facilidad con la que simboliza el status quo cuyo derribo promete acceso a la nación soberana y protectora. Es una ilusión, pero de ilusiones se vive.

La película de Alfonso Cuarón es una de visión obligada en este presente. Su futuro, en 2027, es hoy, en 2017, algo que es tan posible y tan acertado en su previsión, que es aterrador.


Holanda celebra hoy elecciones generales en medio de una expectación y un interés internacional inusitados, debido a la incertidumbre sobre una posible victoria del populismo de ultraderecha en pleno auge de estas formaciones en otros países del continente como Francia y Alemania donde este año también se celebran elecciones.