Esta temporada, los diseñadores de moda masculina han tirado el libro que dicta las reglas de género por la ventana vistiendo a los hombres con, en fin, cualquier cosa menos pantalones
El primer mértio de Kacey Musgraves consiste en la épica de su victoria. Es rara la ocasión en que los Grammys, los premios musicales más importantes de Estados Unidos, reconocen la labor de un artista más allá de la visibilidad de su trabajo. Esto quiere decir que se suelen reconocer los éxito de venta masivos con un galardón o varios. La artista texana, con un registro pop con reminiscencias del country, ha acabado con esta tendencia de un plumazo gracias a sus cuatro Grammys. Ni mucho menos en categorías menores.
La rapera Cardi B y la cantante Camila Cabello han sido las grandes ganadoras de la gala de los premios de los MTV Video Music Awards (VMA). Cardi Bi se ha hecho con tres de los diez premios a los que aspiraba, mientras que Camila Cabello ha ganado dos de los principales premios de esta gala.
Todo pasó hace un año. El acróbata Pedro Aunión realizaba unos ejercicios espectaculares a 30 metros de altura cuando cometió un error fatal: se produjo en el instante del cambio de cuerda y le hizo caer a plomo en una lenta agonía que presenciaron miles de personas. Pedro Aunión animaba en el Mad Cool los minutos previos al concierto de Green Day en la Caja Mágica. Una cámara recogió el vuelo y la caída y la posterior atención médica, y esas imágenes se reprodujeron simultáneamente en las pantallas gigantes para el asombro y conmoción de los asistentes: solo en ese momento comenzaron a comprender que nada había sido preparado, que fueron testigos de una muerte.
La música en directo merece ser mimada, y con esa premisa fue creado el festival Mad Cool se lleva celebrando en Madrid desde 2016, logrando colocar a la capital en el mapa de los grandes festivales europeos. Lo que a los organizadores de este evento de la promotora Live Nation parece habérseles olvidado es que el público también merece ser mimado. Las enormes colas para absolutamente todo, desde entrar en el recinto hasta comprar un bocadillo de hasta 10 euros –uno normalito, nada especialmente lujoso– han protagonizado una primera jornada caótica de un festival que había colocado unas expectativas superiores.