Seguramente el debate en torno al idos/iros es una pérdida de tiempo.
Pero qué no lo es, si al final siempre está la muerte.
Y ahora que ya he levantado el ánimo del lector, sigo con el asunto.
El fondo del debate no es si hay que aceptar “iros” o seguir usando “idos”, si es que realmente se usaba. Tampoco la utilidad de la Academia.
El fondo, creo, es si una institución puede ser al mismo tiempo prescriptiva y descriptiva.
Se decía estos días que la RAE lo que hace es reflejar cómo cambia el uso de la lengua y adaptarse a esos cambios. Me parece bien.
Pero también había quienes decían que lo que debe hacer la RAE es prescribir cuáles son los usos correctos de la lengua. También me parece bien.
Lo que no se puede decir, creo, es que la RAE debe ser las dos cosas a la vez. Porque no puede serlo.