El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) ha recomendado la isla remota de Okinoshima, al sur de Japón, para que sea declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La isla en cuestión no permite la entrada de mujeres y tan solo admite la visita de los hombres durante un único día del año. El diario Japan Times ha publicado que la recomendación se defenderá en julio durante una conferencia del Comité de la UNESCO en Polonia.
En 2012, el Gobierno australiano encomendó a este organismo la investigación y, tras cuatro años de audiencia, el estudio ha llegado ahora a su fin. «Entre 1950 y 2010, el 7% de los curas eran supuestos criminales», ha señalado Gail Furness, abogada encargada de los interrogatorios de la investigación, en Sídney. «Los informes eran deprimentemente similares. Los niños eran ignorados o, peor, castigados. Las acusaciones no se investigaban. Los curas y los (trabajadores) religiosos eran trasladados», ha agregado. «Las parroquias o las comunidades a donde se les trasladaba no sabían nada de su pasado. No se conservaban los documentos o se destruían». La edad media de las víctimas en aquel momento era de 10 años para las chicas y de 11 para los chicos y de los 1.880 supuestos delincuentes, el 90% eran hombres. La comisión ha hablado con miles de supervivientes y ha escuchado acusaciones de abusos sexuales a menores ocurridos en iglesias, orfanatos, clubes deportivos, grupos juveniles y escuelas. La Iglesia de Australia encargó al Consejo de Verdad, Justicia y Curación que emitiera una respuesta. «Estas cifras son sorprendentes, trágicas, indefendibles», dijo a la comisión el director ejecutivo del consejo, Francis Sullivan. En la investigación se vio salpicado el cardenal George Pell, ahora ministro de Finanzas del Vaticano, que fue interrogado por sus relaciones con presuntos curas pedófilos en el estado de Victoria en los años 1970.
Reconozco que me cae bien el papa Francisco. ¿Cómo podría no hacerlo un hombre tan dicharachero, tan paternal? En un mundo repleto de gritos, es reconfortante contar con un líder como él, tan bienhumorado (o, al menos, bienhumorado hasta que le mencionas el liberalismo, que parece ser de las pocas cosas que le excitan cierta agresividad). Me imagino perfectamente a Jorge Bergoglio como un buen cura de mi parroquia, alguien con quien sentarte a tomar pastas en torno a las faldillas de la camilla mientras el invierno castellano, fuera, arrecia, enciende un poco el brasero, Jorge, anda.
Aunque el mar ignora la tragedia y el mundo asiste sordo al exilio migratorio, el corazón más frio queda sobrecogido ante la desoladora imagen de la muerte de un niño besando sin aliento la espuma de las olas del mar
Se desconoce el secreto de la longevidad del padre Clemens, que lleva desde 1936 dando guerra o, mejor dicho, repartiendo paz, en las trincheras espirituales de los púlpitos de Bélgica.
Hace dos horas que he apagado el ordenador. Por el momento no ha sucedido nada, pero no desespero, hay que ser paciente, no va a funcionar esto al primer intento.