Fueron las manifestaciones que se llevaron a cabo en la reserva de la tribu Sioux, apoyadas por más de trescientas tribus, las que consiguieron paralizar la construcción del oleoducto Dakota Access, que tendría capacidad para transportar hasta 47.000 barriles de petróleo desde Dakota del Norte hasta Illinois. Los motivos que los nativos exponen para pedir la paralización del proyecto se centran en la amenaza que supone para el agua potable y para su lugar de residencia.
Trump ha dicho que “a partir de ahora vamos a empezar a hacer oleoductos en Estados Unidos”, y añade que esto “supondrá la creación de 28.000 estupendos empleos en la construcción”. Sin embargo, los activistas creen que estos proyectos solo dejarán unos pocos puestos de trabajo de larga duración una vez que los oleoductos estén construidos. Además, ha explicado que ambos proyectos estarán sujetos a una renegociación de los términos y condiciones en los que se llevarán a cabo.
Los opositores de esta medida van a seguir luchando contra ella. Pero, mientras que antes lo hacían frente a una administración que podía estar sensibilizada con la causa, ahora lo harán en los tribunales.