Además de las detenciones, los agentes han intervenido más de una tonelada y media de hachís, dinero, vehículos, ordenadores, teléfonos y abundante documentación «muy valiosa para conocer el entramado y las diversas actividades criminales de esta organización»,cuyos cabecillas estaban asentados en España. Las investigaciones permitieron localizar dos pisos en Arroyo de la Miel (Málaga) utilizados como «guardería de droga», desde donde se distribuía la mercancía en vehículos vía Madrid y Barcelona y desde allí a Francia y demás países destinatarios. En Madrid se realizaban los dobles fondos de los vehículos en un taller de Villaverde. Los coches eran trasladados a Melilla para cargarlos con estupefaciente, utilizando como conductores a personas con escasos recursos económicos.
Otra rama de la organización también se asentaba en España y su líder en Barcelona, lugar desde donde se decidía la ruta de la distribución. Esta parte de la organización contaba con tecnología para confeccionar visados falsos para la introducción de inmigrantes de forma irregular en Europa, sobre todo a personas procedentes de Marruecos y Argelia, a los que cobraban fuertes sumas de dinero. El destino de la mayoría de las personas así introducidas en Europa con documentación falsa, era Bélgica.
La operación se ha realizado de forma simultánea y coordinada en todos los países involucrados, con objeto de evitar fugas o destrucción de pruebas.