Ranga Yogeshwar: “La mayoría de la gente no es consciente de la importancia y el valor de la información”
A diferencia de muchos otros, el astrofísico Ranga Yogeshwar afirma que la tecnología cambiará nuestras vidas, pero que eso debería alegrarnos.
En contraposición a la estabilidad de nuestro pasado y viendo la fluidez del presente, mucha gente se pregunta ¿cuál es mi lugar en el futuro? El divulgador científico Ranga Yogeshwar nos conmina a ver esta nueva situación de cambio como un espacio lleno de oportunidades.
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Una panorámica del futuro
Ranga Yogeshwar se propone mirar positivamente nuestro mundo en transformación. La voluntad de este astrofísico de origen indio, el más prestigioso divulgador científico de Alemania, es la de “encender una discusión sobre aquello que, como sociedad, queremos para el futuro”, cuenta en entrevista con The Objective. Para tal fin, acaba de publicar Próxima estación futuro (Arpa, 2018), un volumen que trata de dar una visión total de nuestro acelerado presente, lleno de cambios y desafíos, pues, como dice Yogeshwar, “hay libros que proporcionan perspectivas parciales sobre los retos del futuro, pero ninguno que nos dibuje una imagen completa”. Ese es su propósito, dar una visión amplia, panorámica de un presente que se nos escurre entre los dedos, lleno de incertidumbres y desconfianza.
Yogeshwar mira a la ciencia, la tecnología, la sociedad y la cultura de nuestro tiempo con una visión interdisciplinaria, tratando de anticipar las implicaciones éticas de un futuro que ya está aquí, urgiéndonos a trabajar con la fuerza de una nueva “sociedad del nosotros”, aceptando que lo que nos impulsa verdaderamente es nuestro deseo de amor y el sentido de comunidad.
La metáfora del pensamiento
Ranga Yogeshwar trata de describir el presente con una metáfora: la de los continentes. Para él, el entorno digital que ya nos gobierna es similar a un nuevo continente, en el cual una serie de cowboys o conquistadores (Google, Amazon, Facebook, etc) se han lanzado a por el territorio. Estamos en un Far West digital y ahora nos toca “civilizar” ese entorno y establecer para él una serie de normas y límites. Y es una tarea que debe realizar la sociedad en su conjunto, un proyecto comunitario para llegar a un consenso, sobre todo para delimitar aquellos aspectos de la vida humana y de la cultura que queremos que queden afuera de la economía; “no todas las áreas de nuestra vida deberían estar abiertas a los usos comerciales”, advierte Yogeshwar, quien añade que “necesitamos una cultura de lo nuevo que sea abierta, autoconsciente, no dogmática y que abogue por lo humano. Porque que algo sea posible tecnológicamente –puntualiza – no significa que sea deseable. Y es que, «el progreso es algo maravilloso para muchos de nosotros, pero eso no significa que no esté lleno de amenazas”, nos advierte. Su idea es la de que tenemos que apostar por un progreso reflexivo, “necesitamos ponernos de acuerdo en qué comportamientos están bien y cuáles no”. El poder de internet es la unión libre y abierta de muchas personas.
La guerra de la información
Quizá uno de los retos más urgentes sea el manejo de la información. Nuestros móviles, por ejemplo, están mandando señales y datos constantemente, y “aunque no sabemos exactamente qué significa y qué implicaciones tiene la difusión de la información”, debemos confrontar esta amenaza, la de que gigantes tecnológicos utilicen nuestros datos para su beneficio despiadado.
Yogeshwar pone un ejemplo, “imagina que un día a Google le da por establecer una compañía de seguros privados, con el ingente aluvión de datos de sus usuarios calcula sus tarifas, en base a la probabilidad de si la gente se va a poner enferma o no. Obviamente no vamos a querer eso. Porque sería un tipo de compañía muy injusta, ya que si estás sano todo bien, pero si tu información dice que tu probabilidad de ponerte enfermo es mayor o que vas a morir antes, eso producirá una enorme división en la sociedad. La idea profunda de los seguros sociales es la solidaridad, y el hecho de que una persona que no haya tenido suerte en la vida pueda ser ayudada por los demás”. Y esto tiene implicaciones aun más profundas y es que, si eso siguiera así, “en unos años verías a gente haciendo ejercicio pero no por el puro placer, sino porque se verán obligados por la tarifa que tienen en su seguro médico. No queremos una vida en la que nuestra libertad quede restringida por una serie de comportamientos a los que nos puede obligar la información que proporcionamos”.
La alquimia digital
Confiamos en aparatos que no entendemos. Esto es lo que Yogeshwar llama en su libro “la alquimia digital”. Pero esta ignorancia se extiende también al conocimiento que tenemos sobre nuestro mundo.
Los medios de comunicación están en crisis, pero –para entender de veras lo que pasa a nuestro alrededor- necesitamos un periodismo serio, informado, un periodismo que, en opinión de Yogeshwar debería estar, en parte, subvencionado, aunque sin que su gestión esté políticamente contaminada. Es difícil, porque hemos sido condicionados a no pagar por las ediciones digitales de los periódicos, nos advierte, pero hay que entender el valor social y cultural que tiene la información.
Y pasa también con las librerías, que se están muriendo por culpa de gigantes como Amazon. “Pero toma como ejemplo el caso de China, dice Yogeshwar, lo que están haciendo es quitarles los impuestos, porque se están dando cuenta de que las librerías son parte de la cultura de cada ciudad. Es importante que exista un equilibrio entre el interés individual y el interés general”. En opinión de Yogeshwar, tendría que haber un sentido común de la justicia que permita la cohesión de nuestra sociedad, una estabilidad ecológica y un equilibrio económico. Y sentencia, con optimismo, “mi esperanza es que en las próximas décadas lleguemos a un mundo que sea mucho más justo, que se reduzcan las diferencias. Y si miras bien las cosas, esto es lo que ya está sucediendo. Las diferencias entre los habitantes del planeta eran mucho más grandes en mi infancia que ahora”.