El nuevo periodismo deportivo está en Youtube y ellos son sus protagonistas
Hace diez años era imposible imaginarlo: periodistas en las pantallas que no necesitan más que una cámara y un micrófono, sin grandes estructuras ni plataformas multinacionales. Siempre imaginamos al periodista con una vestimenta pulcra, con americana y zapatos, con un vocabulario formal, televisivo. El éxito de estos muchachos, que revolucionan el periodismo deportivo desde internet, reúne diferentes matices, pero este es uno de ellos: lo que se muestra en las pantallas se parece mucho a lo que se ve y escucha en las calles y eso nos hace sentir una cercanía más honesta.
Hace diez años era imposible imaginarlo: periodistas en las pantallas que no necesitan más que una cámara y un micrófono, sin grandes estructuras ni plataformas multinacionales. Siempre imaginamos al periodista con una vestimenta pulcra, con americana y zapatos, con un vocabulario formal, televisivo. El éxito de estos muchachos, que revolucionan el periodismo deportivo desde internet, reúne diferentes matices, pero este es uno de ellos: lo que se ve en las pantallas se parece mucho a lo que se ve y escucha en las calles y eso nos hace sentir una cercanía más honesta.
Los protagonistas de este reportaje tienen orígenes y planteamientos distintos y una vocación informativa común. Les une un aspecto vertebral, que es su pertenencia a una generación, y una ambición por encontrar las historias periféricas del fútbol que suelen escapar el radar de las grandes televisiones. Ninguna facultad les dijo hacia dónde evolucionarían los medios de comunicación: supieron anticiparse y ahora sus rostros probablemente te resulten tan familiares como los de Manu Carreño o Carlos Martínez. Cada uno llegó a YouTube por una circunstancia particular, pero sus casos dibujan el escenario del nuevo periodismo deportivo en España.
Rafa Escrig
Rafael Escrig tiene 23 años y comenzó a reportear siendo muy joven: en Bachillerato tuvo sus primeros programas de radio, en los que retransmitía los partidos del Castellón para la radio universitaria. “El equipo descendió a Tercera División y no había ninguna radio que lo quisiera emitir”, dice. “Yo les transmití las ganas que tenía de hacerlo”. Allí estuvo durante cuatro años que compaginó con columnas semanales en un periódico local, colaboraciones con Cadena Ser, con Gol Televisión, con sus prácticas curriculares en la revista Panenka. Todo le condujo, finalmente, a abrir un canal de YouTube en noviembre de 2016.
Al principio no fue sencillo, aunque sus expectativas eran más bajas. “En dos o tres días se suscribieron 350 o 400 personas”, cuenta. “Si lo comparamos con cualquier otro momento del canal, es poco. Pero para ser el inicio…”. Ahora tiene cerca de 50.000 suscriptores.
El canal nació de la colaboración con su compañero Álex Ivars, que le acompaña con cámara; la compró en compromiso con él y ahora son inseparables. Escrig insiste en que el nombre que aparece es el suyo, pero que sin Ivars no sería posible: es un trabajo de equipo. Los dos viajan por diferentes ciudades de España para contar historias de aficiones, de clubes históricos caídos con el tiempo, de clubes menores que triunfan en la élite.
«Para mí no hay nada tan pasional y que una a personas tan heterogéneas como el fútbol»
“Como seguía al Castellón en una categoría muy humilde, en la cuarta categoría del fútbol español, descubrí equipos que jamás habría conocido”, explica. “Me di cuenta de que detrás de cada equipo, de cada escudo, hay una historia. Para mí no hay nada tan pasional y que una a personas tan heterogéneas como el fútbol. Creo que hay historias interesantes fuera de lo que es el fútbol en sí, ya sea en un equipo de Champions o en un equipo de Regional. Fuera del campo nacen historias porque somos humanos. Me di cuenta de que igual un pueblito de 5.000 habitantes tiene una historia más interesante que contar que la Fundación del Atlético de Madrid”.
Y continúa: “Creo que esto, en el periodismo audiovisual gratuito, nadie lo cuenta. Gracias a Dios tenemos plataformas como Movistar o Bein Sports que algo están haciendo. Pero lo que hacemos nosotros, no lo hacía nadie. Y es asequible”.
La lucha que mantienen en estos momentos consiste en que este trabajo tenga una compensación económica. “Ahora palmamos mucha pasta”, bromea. “Estamos en pleno proceso de cambio y profesionalización. Nosotros, a finales de 2017, habíamos viajado tres veces a Inglaterra, una vez a Andorra, una vez a Italia, más de 25 viajes por España… Nos lo habíamos pagado todo de nuestro bolsillo, salvo el partido de Champions que nos invitó el Manchester City”.
Escrig dice que para vivir del periodismo en YouTube necesitas tener patrocinadores. Alcanzan a un público muy amplio y eso puede interesar a las marcas. Están creciendo a un nivel de mil suscriptores semanales; La Liga, que siempre les puso las cosas difíciles –lamenta la dificultad de conseguir acreditaciones por pertenecer a un medio no convencional–, ahora comienza a abrirse. Su objetivo pasa por aprovechar el mapa sin fronteras de internet, la oportunidad del público latinoamericano, para hacerse un hueco. “Hay que abrirse”, concluye. “Aquí somos solo 46 millones de personas”.
Rodrigo Fáez
El recorrido de Rodrigo Fáez hasta YouTube fue distinto al de Rafa Escrig. Escrig utilizó la plataforma para darse a conocer y abrirse paso. Fáez utilizó la plataforma para darse a conocer –un poco más– y consolidar su trabajo en grandes medios. Tiene 35 años y ya ha pasado por los carruseles de emisoras como Cadena Ser o Punto Radio, donde trabajó en el equipo de Josep Pedrerol [actual jefe de Deportes de LaSexta], y ha vivido en ciudades como Madrid o Barcelona.
Comenzó en Youtube en octubre de 2012, pero dice que no comenzó a “tomárselo en serio” hasta hace un año, en enero de 2017. “Decidí acercarme a esta generación”, explica. “Me fui dando cuenta de la importancia de la periodicidad, me fui dando cuenta de lo que tenía que hacer para tener un canal de calidad”.
En el caso de Fáez, su cámara entra en los lugares a los que le da acceso su acreditación de Bein Sports, donde trabaja. El canal incluye sus crónicas en finales de Champions, entrevistas a Cristiano Ronaldo o Fernando Llorente, sus anécdotas a pie de campo. Su canal es algo parecido a un blog audiovisual de experiencias.
«Esto requiere una regularidad que mucha gente no aguanta»
La entrada en YouTube, dice por teléfono desde Israel, tuvo más que ver con afianzar su marca personal. “Creo que fui el primero en dar el paso desde el periodismo profesional hasta YouTube”, cuenta. Eso le convirtió en blanco de burlas, le llamaron friki o youtuber –como si fuera en sí mismo una ofensa–, pero confiesa que nunca le importó.
Y es cierto que su voluntad no es monetizar su canal, al menos a corto plazo, pero sabe bien cuál es el camino a seguir para alcanzar una rentabilidad: “Es complicado, requiere paciencia e implica inversión. Lo bueno es que es muy versátil, aunque al principio cuesta pillar el propio vocabulario. Esto requiere una regularidad que mucha gente no aguanta”.
Para Fáez es un “escaparate” y un “hobby” que sustituye el tiempo que dedicaba a jugar a fútbol y en ningún caso tiene intención, ahora mismo, de renunciar a su trabajo en una gran cadena para concentrarse en su canal. Con todo, es un referente para las nuevas generaciones de periodistas y acumula casi 70.000 suscriptores. Su objetivo es alcanzar los 100.000 a final de año.
Juan Arroita
Juan Arroita se mudó a Madrid desde Valladolid para estudiar Periodismo y ya no volvió. Dice que desde el principio supo qué camino quería tomar. “Yo tenía muy claro que quería hacer periodismo, quería orientarlo hacia el periodismo deportivo, pero las salidas que veía eran lo que veía habitualmente lo que veía en los medios de televisión tradicionales: no me llamaba nada”, cuenta.
Por esta razón, en el ecuador de la carrera, tuvo la idea de crear una revista digital que no tuviera muchos costes y que editara entrevistas y reportajes. Aquella revista nació con la colaboración de varios de sus compañeros y la llamó Kaiser. “El proyecto fue creciendo y funcionando muy bien en redes sociales y eso hizo que fuéramos ganando una comunidad grande y que mucha gente quisiera escribir con nosotros para tener visibilidad o por realización personal”, explica. “Llegó un punto en que decidimos que había que darle un empujón a esto. ¿De qué manera? Pues tirando por lo audiovisual”.
En aquel proyecto ya estaban Andrés Cabrera y Guille Glez y con ellos comenzó la sección audiovisual Kaiser TV. Los principios no fueron como esperaban; con cada vídeo iban perdiendo audiencia y Arroita asume que era comprensible: “Imagínate, tres chicos que no tienen ni idea de cómo funciona Youtube intentando hacer ahí periodismo de televisión: fatal”.
Arroita buscó soluciones y contactó con una productora –2btube Studios– cuya oficina está muy cerca de su casa. Pidió una reunión con ellos y les propuso una idea: los productores se ocuparían de editar un producto innovador y los tres periodistas tendrían su propio canal de YouTube donde hacer su programa. “Me dijeron que sí y enseguida me puse manos a la obra con Guille y Andrés, les mandamos un briefing y en dos o tres días nos dijeron que iban a producir el canal con nosotros. Empezamos a producir el canal en febrero de 2015”.
Así nació Campeones: el canal deportivo de estas características más importante de España. Fueron pioneros.
«He conocido mucha gente con proyectos lo suficientemente interesantes que no han tenido la paciencia necesaria»
“Kaiser era de hacer reportajes muy elaborados, donde estabas documentándote igual tres semanas, y tenía entrevistas que molaban mucho, como a Luis Suárez, el único Balón de Oro español”, relata. “Ahora Campeones puede que sea algo más comercial, pero tratamos de hacerlo divertido y didáctico para el público general. Hay gente que dice que no hacemos periodismo. Está en su derecho. Pero nosotros hemos buscado una alternativa diferente: no sé si es periodismo, pero YouTube nos ha dado la posibilidad de que tres periodistas puedan vivir fuera de los medios tradicionales y abran una vía para el resto”.
Ha pasado el tiempo muy rápido desde aquellos primeros vídeos, que hicieron “un poco nerviosos” y con “aquella pose de periodistas que todavía tardó un tiempo en desaparecer” –se refiere al vocabulario encorsetado, a la comunicación gestual–, y dice que desde el principio tenía la convicción de que el proyecto tenía futuro. Su canal acumula más de 400.000 suscriptores, crece a un ritmo de unos 10.000 suscriptores al mes –hay veces que llegan a 60.000 si una pieza se viraliza– y han conseguido rentabilizar su contenido gracias al apoyo de marcas como Mahou, para el que han creado un canal corporativo llamado Sabor a fútbol.
Los tres compañeros han conseguido un sustento económico, pero Arroita advierte de que no es una meta sencilla. “Sí, ha sido un proceso de tres años” concluye. “Después de un año y medio nos dimos cuenta de que teníamos suscriptores, que subían muchísimo, que crecíamos rápido, pero no terminaban de llegar los anunciantes. Es tener mucha paciencia, sobre todo en el mundo de los nuevos medios. Es una de las claves. He conocido a mucha gente con proyectos lo suficientemente interesantes que no han tenido la paciencia necesaria”.