Leopoldo Abadía: «Me interesa que Nadia Calviño presida el Eurogrupo porque es ¡muy válida!»
El «gurú campechano» de la economía vuelve con nuevo libro, donde explora los retos a los que se enfrenta el mundo post-COVID
Leopoldo Abadía entró en los hogares españoles a raíz de la crisis de 2008. Aquel año, este profesor jubilado del IESE Business School publicó en su blog un artículo en el que explicaba, con lenguaje accesible, el descalabro financiero. Se hizo viral con 75 años y, desde entonces, se ha dedicado, a pesar de ser ingeniero, a ofrecer conferencias y escribir libros sobre divulgación económica. De «gurú campechano» lo calificaba Andreu Buenafuente cuando lo invitaba a su programa. Esa misma cercanía y humor muestra ahora en su nuevo libro, Sonriendo bajo la crisis (Espasa).
Si para explicar el tortazo crediticio de 2008 Leopoldo Abadía había acuñado el término «crisis ninja» (‘no income, no job, no assets’, es decir, ‘sin ingresos, sin trabajo y sin activos’) para referirse a las personas a quienes los bancos estadounidenses ofrecieron las hoy tristemente famosas hipotecas subprime, ahora ha acuñado otro neologismo para definir la situación del mundo en 2020: «Cambiazo».
«Antes de la pandemia se habían producido una serie de cambios en la sociedad que eran brutales», cuenta a The Objective. «El relativismo, la corrupción, el estado de mentira global, lo políticamente correcto, la libertad de expresión, las redes sociales, el cambio climático… Cada una de estas cosas es para escribir una enciclopedia y, o te enteras de que todo ha cambiado, o estás con Felipe II paseando por El Escorial. Yo dije: «Hemos tenido un cambio de paradigma», pero lo del paradigma me sonó un poco cursi y empecé a pensar que habíamos sufrido un cambiazo».
Y en semejante contexto llegó el coronavirus[contexto id=»460724″]. ¿Cómo denominar la nueva situación? Pues con otro neologismo más (y ya van tres): «El petardazo del cambiazo». El diagnóstico de Abadía no peca de desacertado: «Era lo que nos faltaba».
¿Existen, entonces, motivos para sonreír bajo esta crisis? «En Cantando bajo la lluvia, Gene Kelly bailaba bajo la lluvia con un paraguas roto dando vueltas y metiéndose en todos los charcos, aguantando las malas miradas de un policía… y sonriendo, siempre sonriendo. Y más tarde me enteré de que el día aquel que estaba grabando aquello, él estaba con 39 de fiebre ¡y sonreía! Y yo lo que digo es que ahora nosotros estamos con 39 de fiebre, estamos pasándolo mal y quiero que sonriamos», explica Abadía, que a lo largo de la entrevista ríe, exclama y enfatiza aquí y allá. «Y eso quiere decir que aquí ¡no se rinde nadie!, aquí todos a trabajar. El que no tenga empleo, a buscar trabajo. El que no encuentre trabajo, a inventar un negociete con tres amigos. Lo que sea».
Europa, la clave
La salida de esta crisis, de este petardazo del cambiazo, se encuentra, para el gurú campechano, en Bruselas. «¿Sabes la diferencia que hay entre comer y pasar hambre?», pregunta el entrevistado al periodista. «Pues esto es Europa. En estos momentos, cuando llega un político que dice que es euroescéptico, yo lo tacho y ya no me interesa nada de lo que diga este señor. Si en estos momentos nos salvamos, será única y exclusivamente por Europa». Consciente de lo que está en juego -500.000 millones de euros a fondo perdido y otros 250.000 millones a crédito propuestos por la Comisión Europea para apoyar la recuperación económica de la Unión-, Leopoldo Abadía tiene una recomendación clara: «Tenemos que portarnos muy bien, muy bien, muy bien. Por ejemplo, la derogación de la reforma laboral ahora no toca porque, en estos momentos, no podemos hacer ninguna tontería que en Europa se vea mal porque, si se ve mal, no nos dan el dinero».
En el marco de ese «portarse bien», Abadía defiende la figura de la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño. «Yo creo que es lo más válido que tenemos en el Consejo de Ministros, lo más válido. Es una señora que pone orden en el Consejo de Ministros cuando se decide alguna tontería. Es decir, cuando dicen: «Vamos a derogar la reforma laboral», llega la Calviño y dice: «No, ahora no conviene» y lo para. Entonces, a mí me parece que esta señora es tremendamente válida y a mí me interesa que presida el Eurogrupo [es una de las candidatas al cargo tras la dimisión del portugués Mário Centeno y de hecho ya cuenta con el apoyo de Angela Merkel] y que esté en el Consejo de Ministros no porque sea mujer, sino porque es una mujer ¡muy válida!».
Lo de «no porque sea mujer» lo remarca porque uno de las transformaciones que, a juicio de Abadía, nos han hecho llegar al «cambiazo», es el empoderamiento de la mujer, algo sobre lo que escribe con profusión en su libro. «El empoderamiento de la mujer, que lo que no me gusta es el nombre porque es una traducción de empowerment, me parece fenomenal. Lo que digo es que, cuando oigo hablar de un consejo formado por mujeres, yo pienso: «Si son listas y válidas, fenomenal; si son tontas, no me sirve para nada», como pasa con los hombres. Yo conozco hombres en consejos de administración ¡que no valen para nada! El empoderamiento de la mujer es algo positivo, pero, como todo en la vida, o le echas sentido común, o lo conviertes en negativo».