Quique Dacosta, en búsqueda de los ingredientes olvidados
Quique Dacosta nos presenta su nuevo menú: ‘DNA La Búsqueda’
Comienza la búsqueda. Su búsqueda. Aquella que le lleva hacia adelante, aunque para ello tenga que mirar hacia atrás. Innovación, conocimiento e inteligencia por encima de todo. Así es la cocina de Quique Dacosta, un trabajo creativo y de investigación en complicidad con el territorio. Y así es su nuevo menú: ‘DNA La Búsqueda’. Una nueva propuesta gastronómica para disfrutar durante esta temporada en su restaurante tres estrellas Michelin de Denia cargada de «sinceridad, sentimiento, expresión y verdad», en palabras del propio chef, que una vez más nos abre las puertas de su local estrella presente en la prestigiosa lista World’s 50 Best Restaurants y dos veces premiado Mejor Restaurante de Europa por Opinionated About Dining.
Pasado, presente y futuro se fusionan para transmitir sabores perdidos a través de alimentos olvidados que hoy en día no son tan populares, pero que son parte del ADN del territorio y sus gentes. El rape curado y escabechado en fenol mari encurtido y la sopa de guindillas son algunos de los platos que conforman este nuevo menú que lucha contra «la simplificación del mercado» y que el comensal puede degustar por 199 euros.
Charlamos con el tres estrellas Michelin que nos cuenta todas sus sensaciones de esta nueva temporada.
‘DNA La Búsqueda’ es el nombre del nuevo menú, ¿por qué has elegido este concepto para denominar la nueva temporada?
El territorio es muy fuerte y explorarlo se ha convertido casi en una obligación. No porque sea desconocido pero sí que se están dejando perder productos, formas de conservar y de hacer que han hecho de este lugar lo que es hoy, cultural y gastronómicamente hablando. En esencia son palabras que buscan rastrear y descodificar. Rascar en el DNA (ADN) nos va a llevar a encontrar las capas menos evidentes de La Cocina de mi entorno y también de mi conocimiento. La búsqueda es una actitud, que nos lleva hacia adelante aunque para ello miremos hacia atrás o hacia el lado. Somos innovación por encima de todo y ese es el motor que hace mover este vehículo que quiere crear nuevos mapas de ruta para llegar a destinos próximos desde la disconformidad a la felicidad.
‘DNA La Búsqueda’ ha sido el resultado de largos meses de investigación y elaboración. Para ello, pasas gran parte del tiempo ‘encerrado’ en tu laboratorio preparando la nueva apuesta gastronómica. ¿Cómo transcurre todo este tiempo y en qué te inspiras para la elaboración de los nuevos platos?
En verdad no es un laboratorio, es una de las cocinas del restaurante. La llamamos Studio de creatividad y está aparte de las cocinas de producción y de servicio. En ella investigamos y exploramos nuevas fórmulas. Está en funcionamiento diez meses al año. Es un espacio muy especial que nos permite trabajar en aquellas cosas que se convertirán en platos, que buscan transmitir lo que soy y lo que quiero comunicar, con el leguaje más próximo que es el de la cocina.
Me inspiran cosas, me inspiran momentos, vivencias, personas. Este año mi territorio está muy presente en el menú. En verdad siempre ha estado, pero ahora más intenso. Hemos rascado más y más y hemos recuperado muchos ingredientes y formas de hacer que se están olvidando y que incluso ni se conocen.
«‘DNA La Búsqueda’ apuesta por los ingredientes perdidos y sabores olvidados»
¿Cómo es ese proceso de elaboración en el Studio de Creatividad?
El espacio es posiblemente el lugar ideal para llevar a cabo esta parte de nuestro trabajo tan importante. Hemos puesto todo nuestro conocimiento y Porcelanosa su musculatura para abrazarnos a la tecnología, materiales nobles, nuevos materiales, diseño, iluminación, acústica y crear un espacio diferente y motivador. Juanfra Valiente (jefe de creatividad), otros cocineros y yo pasamos muchas horas en el Studio. No solo investigamos y probamos con alimentos, también lo hacemos con el equipo del Food Design Lab, una parte de nuestro hacer muy ligada al diseño desde la cocina. Es por tanto un escenario polivalente, siempre en un ambiente de trabajo y creación y donde algunos clientes y amigos han podido sentarse a comer.
Tu primera aproximación con el mundo de la cocina fue fregando platos en un bistrot con el objetivo de ayudar económicamente en casa hace ya de esto 30 años. ¿Tras tres décadas en la profesión, cuál dirías que es el secreto de tu éxito?
La pasión. El equipo. La constancia. La humildad. El esfuerzo. El respeto a mis colegas y a La Cocina. La complicidad con la naturaleza y mi entorno. La cocina es mi lenguaje, mi manera de comunicarme como ser humano.
¿Cómo te condiciona ser uno los ocho chef con tres estrellas Michelin de España?
No me condiciona, más bien diría que abre puertas y hace que me plantee objetivos que van más allá del restaurante, explorando colaboraciones con otras disciplinas y profesiones y comprometiéndome también con acciones sociales relacionadas con la alimentación y la nutrición. Por otra parte, las tres estrellas son un reconocimiento al trabajo de un equipo que ha creído en un proyecto y que trabaja cada día por satisfacer a los clientes que depositan su confianza, permitiéndonos alimentarles y seducirles.
Gastronomía creativa al servicio de quienes más lo necesitan
Referente mundial de la alta gastronomía, Quique Dacosta también saca tiempo para colaborar con causas benéficas como con la campaña Restaurantes contra el Hambre –la mayor iniciativa solidaria de la hostelería en España– a través de la cual recaudan fondos para luchar contra la desnutrición infantil. Embajador de Acción contra el Hambre, cruzó fronteras y recientemente ha estado visitando Senegal, uno de los países con mayor índice de desnutrición.
¿Cuál es tu compromiso con uno de los países más pobres del mundo?
Mi compromiso y sensibilidad es total con el hambre en el mundo y ahora más que nunca como embajador de Acción contra el Hambre. Ir a Senegal era un ejercicio de aprendizaje: conciencia y análisis. Ver de qué manera puedo aportar conocimiento y ser útil. Además, afortunadamente puedo llegar a mucha gente y créeme, la llamada a la acción es inmediata. Desde Restaurantes contra el hambre, mi sector, mis colegas y los clientes tenemos ya un compromiso y debemos seguir respaldando de manera ejemplar esta campaña en beneficio de los que necesitan nuestro apoyo.
¿Personalmente y gastronómicamente, qué ha aportado Senegal a Quique Dacosta y que ha aportado Quique Dacosta a Senegal?
Mi paso ha sido muy corto y sigiloso. Fui a ver, aprender, sentir y conocer esa realidad que parece tan lejana. No creo, ni quiero, ni espero que se acuerden de mí demasiado, tienen cosas realmente más importantes. Pero desearía desde aquí saber ayudar y que sepan que hay un antes y un después de mi visita. Yo creo que el conocimiento aplicado a las realidades de esas comunidades pueden ser de gran ayuda. Pero hay algo que debemos sacarnos de la cabeza. ¡No somos salvadores, esas mujeres están llenas de ideas y son muy trabajadoras! Necesitan nuestro apoyo y nuestro saber hacer.
«Hay tan poco en Senegal que los árboles dan, a modo de frutos, bolsas de plástico vacías»
En este sentido, Quique destaca tres cosas que le han marcado a lo largo de este viaje:
La primera es la grandeza, fortaleza y capacidad de las mujeres y a la vez, la vulnerabilidad de los niños del fútbol (así los llamó yo, por su devoción a los clubes y futbolistas) y la esperanza que encarnan, aunque ellos no lo saben. La segunda es que en muchas comunidades el hombre suma muy poco, en algunas ocasiones resta, y cuando hay algún hombre talentoso que suma, casi no se nota de tanto que hay que remontar. Y la tercera tiene que ver con la dejadez, escenificada a modo de caso y decadencia, con los plásticos que invaden el paisaje. A nadie le importa y les invade, contamina y daña. Hay tan poco en Senegal que los árboles dan, a modo de frutos, bolsas de plástico vacías.
Gastronómicamente para mí era algo totalmente nuevo. Pero la base de la alimentación me recordó mucho a la nuestra: arroz, verduras, pollo/cordero/pescado. Disfruté mucho compartiendo con las cocineras ese momento de amor que es cocinar para alimentar a los demás. No podíamos hablar por cuestiones de idioma, pero compartimos el lenguaje de la cocina que es absolutamente universal. Fui muy feliz.
Más de 800 millones de personas en el mundo están desnutridas, ¿cuál crees que podría ser la solución para acabar con el hambre en el mundo?
Sabemos que hay alimentos para todos. Somos la generación que puede acabar con el hambre en el mundo. No lo digo, está probado. Que no suceda es la mayor vergüenza del ser humano. Hay muchas barreras. El problema es que siempre han estado y parece que estamos dispuestos a perpetuarlas, porque es una realidad que nos queda muy lejana, no nos toca y estamos anestesiados. Para empezar, podemos implicarnos en algún proyecto grande o pequeño. Y ya que no tenemos el poder decisión, sí que tenemos el poder de presionar, de levantar la voz y de actuar. No debemos mirar a otro lado, ni bajar los brazos, ni esperar a que otro lo haga.