¿Qué motiva a una persona a cometer asesinatos múltiples?
Hablamos con el primer experto en España en elaborar un perfil criminal para capturar a un asesino en serie, Vicente Garrido
¿Qué diferencia a un asesino múltiple de un asesino en serie? ¿Un terrorista es un homicida múltiple? ¿Es un acto moral? ¿Cómo se detecta a un asesino múltiple? Hablamos con el primer experto en España en elaborar un perfil criminal para capturar a un asesino en serie, Vicente Garrido, que en su nuevo libro, Asesinos múltiples y otros depredadores sociales, nos acerca a uno de los perfiles de asesinos que más eco tienen últimamente en los medios de comunicación y las series de televisión más populares, el del asesino múltiple.
Con un estilo claro y ameno, Garrido nos muestra la psicología y el modus operandi que caracterizan a estos criminales con perfiles muy diversos, pero que actúan creyendo firmemente que hacen lo correcto. Porque aunque no exista una única categoría que los identifique, este libro nos permite comprender las causas más genéricas que dan lugar a las masacres que acometen. Lo que Garrido tiene claro es que un asesino múltiple mata porque ya no soporta vivir como un perdedor, es un acto final y suele morir en el ataque.
¿Qué motiva a una persona a cometer un asesinato múltiple?
Para cualquier comportamiento, por aberrante que sea, siempre hay un porqué. Detrás de un asesinato múltiple hay un relato de fracaso, el sujeto siente que su identidad está siendo objeto de una humillación continuada, va coleccionando agravios, llega un momento que decide que una vida así no tiene sentido, es un sentimiento de humillación muy profundo que genera una ira sorda que va creciendo y de pronto empieza a fantasear con la idea de cambiar el relato, de que su identidad, en vez de la de un fracasado es la de un ser poderoso. Eso se puede conseguir de una manera rápida a través de un acto de gran violencia.
«El asesino múltiple actúa como una persona que imparte justicia a quienes le han ofendido»
Actuando de acuerdo con sus parámetros como un vengador, como una persona que imparte justicia a quienes le han ofendido, lleva a cabo un acto de exterminio que es final y definitivo, no hay vuelta atrás, pero en esas horas o minutos donde comete la agresión se ha convertido en una persona con mucho poder. El asesinato múltiple es el resultado de un acto de venganza porque el sujeto se siente moralmente legitimado para acabar con aquellas personas que de manera directa o simbólica se asocian con los que le maltrataron y le infligieron esa herida tan espantosa.
¿Es el ser humano malo por naturaleza?
Los conceptos de bondad o de maldad están asociados con los criterios morales que nosotros nos damos con las leyes que regulan nuestras relaciones para poder sobrevivir conjuntamente. Por definición, lo malo ha sido asociado con todo aquello que de manera ilegítima destruye la paz social, atentando contra las propiedades o contra la integridad o la vida de las personas. Por el contrario, lo bueno es todo aquello que favorece la convivencia y el bienestar personal y colectivo. El ser humano tiene por naturaleza las dos opciones.
El ser humano se desarrolló como especie y triunfó sobre las demás porque utilizó la violencia. La gran tarea de la civilización es la de convencer a la sociedad de su tiempo de que el relato del bien, de que el ser humano debe controlar su ira y favorecer el comportamiento solidario y altruista, es beneficiosos para todos. También debe convencer de que el relato del mal, como sinónimo de obtención de objetivos egocéntricos, como la consecución del bien individual a costa del bienestar de los demás, debe ser vencido.
En tu libro acuñas el término seudoyihadista
Una de las novedades que ha traído el yihadismo en comparación al terrorismo tradicional es que ha desarrollado lo que denomino terrorismo lowcost, es decir, una especie de franquicia a la que cualquiera se puede apuntar. En un apartado del libro digo que «el mal es creativo», y es que este tipo de terrorismo permite que cualquiera que tenga el ánimo de matar o colaborar logísticamente se pueda apuntar a este fenómeno.
Lo que ocurre es que analizando algunos casos muy espectaculares que en teoría eran atentados yihadistas, me doy cuenta de que en verdad ese tipo de sujetos no pueden de ninguna manera ser considerados yihadistas auténticos, porque no cumplen varios criterios. En primer lugar, no hay en sus vidas ningún tipo de tradición o de historia que pueda justificar que esa persona hubiera sido adoctrinada o fuera un fiel devoto de las enseñanzas del Corán en la versión salafista. En segundo lugar, son personas que tienen características psicológicas muy semejantes a las del asesino múltiple convencional, que mata por razones puramente personales; es, por ejemplo, el caso concreto del ataque en Niza del 14 de julio de 2016. Lo que realmente quieren es matar por motivos personales pero se escudan tras la bandera de la yihad bélica como una manera de hacer su masacre más vendible a la sociedad.
¿Cómo se detecta a un asesino múltiple antes de que actúe?
Es mucho más difícil de detectar que un terrorista. Existen protocolos para intentar detectarlos, pero su éxito, por ahora, es muy relativo. El gran pronosticador de un potencial asesino múltiple es que él haga pública su intención a través de las redes sociales o a grupos reducidos, o que haya mostrado con anterioridad comportamientos de violencia que estuvieran dirigidos contra determinados grupos o colectivos, de tal manera que la Policía lo tuviera ya clasificado como una persona particularmente irascible. Pero, por ejemplo, en un país como Estados Unidos, donde hay tanta violencia, es muy complicado detectar previamente al potencial asesino.
No existen soluciones fáciles a problemas complejos. Muchas veces, cuando se debaten estas cuestiones, se quiere encontrar atajos que simplemente no existen, porque el ser humano es un ser muy complicado. Los asesinatos múltiples hay que estudiarlos con detenimiento y en muchos casos de manera individualizada.
¿Por qué la mayoría de asesinos múltiples son hombres?
Porque está asociado con la mayor violencia letal que existe de los hombres frente a las mujeres cuando son objeto de abandono. En el hombre, la estrategia violenta está mucho más incrustada en su estructura psicológica y biológica en todas las épocas y en todos los países. Con la excepción de la muerte de niños pequeños, los hombres son infinitamente más violentos que las mujeres, y cuanto más grave es la violencia, hay menor presencia de mujeres. El asesinato múltiple, en la medida que es un acto de venganza o de redistribución de la justicia y una respuesta frente a una herida y una humillación, requiere de una gran violencia. Las mujeres, por razones biológicas y sociales, están mucho menos predispuestas a esos actos de violencia.
Para escribir tus libros te has sentado frente a muchos asesinos
Así es. Hay tres reglas que yo siempre uso para hablar con asesinos múltiples o en serie. La primera es no juzgar, la segunda es mostrar respeto y la tercera mostrar curiosidad. Tú no puedes reprocharle nada. A partir de ahí, tienes posibilidades de que la entrevista salga adelante.
¿Puede un asesino rehabilitarse?
Depende. Cuando se trata de un asesino múltiple que ha acabado con su familia y que por tanto ya ha conseguido lo que él quiere, si no se ha suicidado o no le han abatido mortalmente, creo que no hay posibilidades elevadas de reincidencia. En reglas generales, el asesino múltiple que no obedece a razones ideológicas o que no tiene un grave trastorno mental, es de alguna manera un acto que finaliza en sí mismo y no creo que sea un acto con altas probabilidades de reincidencia. Creo que el grupo con menos probabilidades de reincidencia de los asesinatos múltiples es el familicidio.
¿Y dónde queda la moral?
La gran mayoría del crimen violento es una respuesta que el asesino considera legítima o moral. Es decir, cuando la gente o los medios consideran a estos asesinos carentes de moral, yo siempre digo lo contrario. Sus actos son morales porque nacen de la indignación que ellos sienten al haber sido tratados de manera injusta, de una manera moralmente inadecuada. Si no entendemos este tipo de cosas, nunca llegaremos a comprender al asesino múltiple ni al familicida, si lo tachamos de loco o machista. Si no sabemos explicar el relato que el sujeto quiere transmitir con su crimen, no lo comprenderemos nunca.
¿Cuál es la respuesta a la paradoja del mal?
Tenemos que pensar que el ejercicio de la violencia puede ser fascinante y muy atractivo para mucha gente que no tiene sus necesidades humanas fundamentales bien resueltas, desde el punto de vista de la integración social, de las relaciones afectivas, de sentirse parte de una comunidad, de tener una vida que tenga un propósito. La violencia produce poder. Hay una estética asociada con el hecho de manejar armas, de imponer terror, y muchos asesinos múltiples encuentran como una especie de aventura fascinante su uso y el vivir vidas arriesgadas donde se emplea la violencia. La gran respuesta a la paradoja del mal, a por qué a lo largo de la historia hay tan pocas personas que se consideran malvadas, es que las personas se sienten moralmente legitimadas a hacer lo que hacen.
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Vicente Garrido es doctor en Psicología y graduado en Criminología, así como una de las autoridades más reconocidas en el ámbito de la criminología violenta. Profesor de la Universidad de Valencia, ha sido consultor de Naciones Unidas y ha asesorado en diferentes casos a la policía y la Administración de Justicia. Entre sus libros destacan Asesinos múltiples y otros depredadores sociales, El rastro del asesino, Cara a cara con el psicópata, Los hijos tiranos y Perfiles criminales.