Los perros no confían en las personas cuando están enfadadas

Los perros son animales intuitivos. Tienen la capacidad de conectar con nuestras emociones y saber exactamente cómo nos sentimos en cada momento. A ellos no podemos engañarlos. Si vives con alguno, te habrás dado cuenta de que cuando algo te molesta es justo cuando menos caso te hace. Tú te enfadas cada vez más y él parece escucharte cada vez menos. No son especulaciones. Eso es exactamente lo que ocurre. Los perros no confían en las personas cuando están enfadadas y hay evidencia científica que lo demuestra.

Todavía queda mucho por investigar sobre el funcionamiento del cerebro canino. Pero, afortunadamente, los científicos profundizan cada vez más en la fuerte conexión que existe entre perros y humanos. Sabemos, por ejemplo, que adoptan rasgos del caracter de sus humanos, que pueden leer nuestras expresiones faciales, que saben cuánto falta para que volvamos a casa y que no les gusta que los abracemos. Sabemos también que, en el plano afectivo, tienen la capacidad de conectar con nosotros como ninguna otra especie. Pero, ¿hasta qué punto influyen nuestras emociones en su comportamiento? Parece que mucho.

Un estudio desarrollado por un equipo de investigadores de la Universidad Brigham Young, en Utah, Estados Unidos, ha descubierto que, curiosamente, la confianza que los perros tienen en sus dueños depende, en gran medida, del estado de ánimo. En concreto, que los perros dudan cuando reciben indicaciones de alguien enojado. No ocurre lo mismo, en cambio, si la persona está feliz o incluso si mantiene un estado emocional neutro. La investigación, publicada en la revista Animal Cognition y liderada por el profesor de psicología, Dr. Ross Flom, tenía como objetivo analizar la reacción de los perros a las emociones humanas, tanto positivas como negativas, incluidos los gestos con las manos y los diferentes tonos de voz.

La confianza se mide a través de la rapidez de la reacción

El equipo de Flom midió -en dos experimentos- el nivel de confianza de los perros hacia sus humanos a través de la rapidez con la que reaccionaban cuando estos les señalaban un área desconocida para que buscaran una recompensa oculta. La acción se realizó tres veces: una vez en silencio (grupo de control), otra combinada con gestos y expresiones positivas y una última con actitud negativa. Se trata de una actividad a simple vista sencilla, pero que demuestra de forma eficaz que el animal confía plenamente en la persona. Al menos lo suficiente como para explorar un área nada familiar para él simplemente porque su humano se lo pide y él confía en su criterio.

Al comparar los resultados, los investigadores descubrieron que los perros demoraban de forma significativa su respuesta cuando la persona que señalaba estaba visiblemente enfadada. Las expresiones y los gestos positivos, en cambio, no afectaron, ni para bien ni para mal, los tiempos de respuesta de los animales en comparación con el grupo de control. La investigación sugiere entonces que cuanto más confianza tenga un perro en una persona, más rápido estará dispuesto a seguir sus indicaciones. Y que el hecho de que la persona esté enfadada hace que el animal confíe menos en ella.

Sin embargo, incluso en esas circunstancias, aunque la respuesta se haga esperar y el animal se muestre inseguro, al final siempre acaba siguiendo las instrucciones, lo que demuestra que los perros, en general, confían mucho en sus humanos. ¿Existe mayor prueba de lealtad? Los perros son amor en estado puro. Ya lo dijo John Billings, “el perro es el único ser en el mundo que te amará más de lo que se ama a sí mismo”. Toca estar a la altura y responder con el mismo grado de lealtad y confianza, así que si quieres que tu perro se sienta seguro y confíe en ti plenamente, tanto como para que reaccione a tus instrucciones de forma rápida y certera, procura no estar enfadado cuando te dirijas a él.