Manuela Martín, portavoz de Fridays for Future: "Comer carne es una de las cosas más contaminantes"
El movimiento estudiantil Fridays for Future convoca la huelga mundial por el clima. Charlamos con una de sus portavoces en España
El cambio climático[contexto id=»381816″] no es “un invento de los chinos”, tal y como hace unos años afirmó el presidente de los Estados Unidos (EEUU), Donald Trump[contexto id=»381723″]. Ni tampoco ha sido provocado “por los cambios en la órbita solar de la Tierra”. Una fake new que en el último mes se ha viralizado en redes sociales y que según exponen la atribuyen a la Administración Nacional Aeronáutica y Espacial (NASA).
La protección del medioambiente está a la orden del día, y con ello surgen las teorías negacionistas y conspiranoicas al respecto. No obstante, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha llevado a cabo la primera cumbre sobre la acción climática de la juventud en Nueva York. Hasta allí ha asistido la inspiradora del movimiento juvenil contra la crisis climática, la activista sueca Greta Thunberg, quien ha afirmado reiteradamente allá por donde va: “Escuchen a los científicos”.
De esta manera, aprovechando esta situación política, Fridays for Future (FFF) ha convocado una huelga mundial por el clima. Han establecido una ‘Semana por el futuro’ —del 20 al 27 de septiembre de 2019— en más de 140 países. En España ha sido organizada por el movimiento, así como por otras plataformas y se han sumado algunas organizaciones ecologistas y sindicatos. La cita está fijada para el viernes 27 con una huelga general en diversas comunidades españolas y con una estudiantil a nivel estatal.
FFF reclama a los gobernantes medidas más contundentes contra la crisis climática. Y es que el uso de combustibles fósiles y la sobrexplotación de recursos naturales han provocado una crisis que ha puesto en peligro al planeta, la supervivencia humana y la de un gran número de especies y ecosistemas, afectando especialmente a las poblaciones más pobres y vulnerables.
¿Y qué dicen los científicos? Según señala el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) en un informe del 2018, para evitar que el aumento de la temperatura del planeta supere los 1,5 grados centígrados respecto a la era preindustrial, ya no será necesario reducir las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) en un 45% para 2030, sino que el plazo se reduce para 2020. Los siguientes 16 meses serán cruciales para la salud de la Tierra.
Una de las coordinadoras del movimiento de Fridays for Future en España (FFF) Manuela Martín Gutiérrez, igualmente indica a The Objective que “los políticos deben escuchar a los científicos” y concretamente “a los investigadores del IPCC”, ya que “estos tienen la información medioambiental más contrastada de la Unión Europea (UE) y de “prácticamente todo el mundo”.
Martín Gutiérrez tiene 16 años y estudia en el colegio Decroly de Madrid donde ha comenzado primero de bachillerato. Su entrada en FFF tuvo lugar cuando vio una noticia de Thunberg en el telediario. Tras informarse durante horas sobre el cambio climático, su cabeza le hizo click y supo que debía defender al medioambiente reclamando medidas a los políticos y gobernantes. Ahora mismo se encuentra “muy centrada” en la ‘Semana por el futuro’ del 20 al 27 de septiembre organizada por FFF que ha sido convocada en más de 140 países, entre ellos, España.
El Congreso apoyó la declaración de emergencia climática el pasado 17 de septiembre. Por ello, la coordinadora quiere dejar muy claro que dicha declaración le “parece fatal”. La lucha contra el cambio climático “no se trata de copar titulares en los medios, sino de implementar medidas urgentes a favor del medioambiente”, afirma.
En el siguiente vídeo la portavoz de Fridays for Future invita a la gente a participar en la huelga mundial por el clima el 27 de septiembre…
También confiesa que han rechazado hasta en dos ocasiones reunirse con el presidente en funciones, Pedro Sánchez. “Por mucho que tengamos una reunión con Sánchez, se haga 40 fotos y las publique en redes sociales no habrá captado el mensaje”, declara. Los jóvenes integrantes del movimiento ya expusieron en abril que no iban a reunirse con ningún líder político hasta que se produjera la formación de un Gobierno, puesto que “no se va a poder hacer nada”, añade.
FFF en Madrid no cuenta actualmente con financiación alguna, aunque no la descartan en un futuro. Los materiales que compran para algunas pancartas lo reciben de la Alianza por la Emergencia Climática. Esta plataforma también les da asesoramiento, porque es un movimiento formado por gente joven “un tanto inexperta”.
Aparte de dirigirse a los políticos, la educación y los jóvenes son otros de sus ámbitos de actuación fundamentales. Los integrantes dan charlas en los centros escolares, ya que la concienciación del problema les resulta vital. Les inspiran «a percibir el activismo como la mejor arma”, puesto que “estas generaciones se verán muy afectadas por el cambio climático”.
Millones de personas protestaron el 20 de septiembre en la huelga contra la inacción climática. El inmovilismo político puede provocar una de las catástrofes que más teme y más le impacta a Martín Gutiérrez, la subida del nivel del mar. El ascenso oceánico afecta ya a diversas regiones del planeta, pero también provocará que algunas zonas costeras españolas como Asturias —lugar que a la ecologista le encanta— se vean ahogadas. Un último informe de la ONU advierte que el nivel de mar podría subir más de un metro —110 centímetros— de aquí al año 2100 si se mantiene el actual aumento de las temperaturas y obligaría el desplazo de millones de personas.
¿Ciudadanos, empresas o Gobiernos?
Muchas veces la sociedad se plantea esta pregunta, ¿quién tiene la culpa del cambio climático: los ciudadanos, las empresas o los Gobiernos? Para la integrante de FFF, la opción que primero descarta es la de las personas, puesto que «hay empresas que vuelcan millones de toneladas de CO2 cada año». A pesar de que «el ciudadano peca a veces de no querer concienciarse, no es su fallo», expone. Así, para Martín Gutiérrez, «la culpa de la crisis climática y ecológica es tanto de políticos y Gobiernos que han permitido que lleguemos a este punto, como de las multinacionales y empresas que también lo han posibilitado».
En el sistema actual establecido, «no es compatible la idea del crecimiento económico infinito con unos recursos medioambientales finitos», indica Martín Gutiérrez. FFF no se declara anticapitalista. El movimiento no quiere destruir el sistema. Lo que anhelan es crear un nuevo sistema —»que no tiene nombre»— que respete al medioambiente. «El capitalismo no es compatible con el futuro de este planeta», sentencia.
En los últimos años, con la concienciación de la crisis climática, también han surgido una corriente de teorías negacionistas y conspiranoicas. Para la portavoz, «Trump es negacionista porque le viene genial serlo». No solo se delata por sus declaraciones, sino también por sus hechos. Ya en 2017 decidió que EEUU abandonara los Acuerdos de París —adoptado por 193 países— un compromiso mundial contra la crisis climática. «Trump no puede decir que el cambio del clima es real porque su lógica se vendría abajo», afirma la portavoz.
Pero la salud de la Tierra también depende en gran medida de los ciudadanos. De los actos diarios que llevan a cabo para protegerla. Para Martín Gutiérrez, los atentados medioambientales que cometen las personas de a pie son: «comer carne y coger aviones». La huella ecológica de los seres humanos ha llegado a ser nefasta. El modelo de producción y consumo ha generado esta situación insostenible para la Tierra.
Greta ha servido de inspiración para mucha gente, pero sobre todo, a los jóvenes. La creadora e impulsora del movimiento FFF es un icono. Thunberg recibe numerosas críticas. Entre las más sonadas, la de padecer el síndrome de Asperger. Ante esto, la portavoz de FFF expone que «si Greta fuera un personaje de dibujos animados, todo el mundo la amaría y se preguntaría por qué no existe una Greta real». Pero como no lo es, lanzan prejuicios sobre su figura. «¿Y qué pasa? ¿Un ecologista no puede ser imperfecto?«, inquiere la portavoz. «Greta es una chica de 16 años con una inteligencia increíble que ha construido algo precioso», sentencia.