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Llevar el móvil al colegio también es una opción

El debate sobre si los niños deberían llevar los móviles al colegio se ha reavivado en España a raíz de la aprobación en Francia de una ley que prohíbe los teléfonos móviles, tablets y relojes conectados en los colegios.

Llevar el móvil al colegio también es una opción

El debate sobre si los niños deberían o no llevar los móviles al colegio se ha reavivado en España a raíz de la aprobación en Francia de una ley que prohíbe los teléfonos móviles, tabletas y relojes conectados en los colegios.

Aunque la opción más tradicional, la que considera que prohibir estos dispositivos es la solución para mejorar el rendimiento escolar, sigue teniendo numerosos defensores, cada vez son más las las voces que consideran que los teléfonos móviles deberían estar presentes en las escuelas, pero siempre con una función educativa.

En España no hay una regulación genérica sobre este asunto y son los colegios los que deciden si establecen o no normas sobre el uso de los móviles o sobre la prohibición de llevarlos al centro. La mayoría de los colegios optan por prohibirlos salvo para actividades programadas, mientras que en los institutos hay más diversidad, según los datos del Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado, que depende del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Ahora, el Gobierno estudia implantar esta prohibición por ley, pero debido a las opiniones encontradas, lo “van a estudiar con expertos”, según la ministra de Educación, Isabel Celaá.

El problema es que ni siquiera quiene se dedican a investigar este área se ponen de acuerdo porque, aunque cada vez se escuchan más opiniones a favor de integrar los teléfonos móviles en la educación de los niños, sigue habiendo psicólogos y profesores que consideran que estos dispositivos no tienen ninguna ventaja para los estudiantes durante el horario escolar.

Las ventajas de llevar el móvil al colegio 

En España, uno de cada tres niños de 10 años tiene móvil. En el caso de los niños de 13, esta cifra aumenta al 78,4%, y al 90% cuando hablamos de adolescentes de 15 años, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Que los teléfonos móviles forman parte de la vida de los niños y adolescentes es una realidad que ya no se puede negar. Por eso, algunos expertos, como María Zabala, creadora de iWomanish y experta en ciudadanía digital, consideran que los colegios deberían saber gestionar esta situación en lugar de tratar de prohibir a los niños que utilicen sus teléfonos.

“Yo creo que lo que tenemos que intentar es mirar a largo plazo a la persona que hoy es niño y enseñarle a gestionar bien lo que tiene alrededor. Me da igual que eso que tiene alrededor sea un libro de texto o que sea un teléfono móvil”, explica Zabala a The Objective.

Zabala considera que prohibir los smartphones en los colegios es “querer solucionar un problema a corto plazo”. Que los niños se distraen con los móviles es cierto, pero también lo es que antes lo hacían con otras cosas, señala Zabala, que opina que lo que hay que hacer es educar a los niños sobre cuándo pueden usar el móvil y cuándo no.

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Algunos expertos opinan que los niños encuentran distracciones igualmente aunque no haya teléfonos móviles. | Foto: Ross D. Franklin | AP

“Yo creo que hay que centrarse no en cortar el problema a corto plazo, sino en formar a esas personas para que aprendan a gestionar un teléfono móvil”, afirma. “No es un problema de tecnología, es un problema de convivencia, de educación”, añade.

“Con el tema de la tecnología, en los centros escolares y en las familias, estamos tan centrados en el tipo de uso y en las consecuencias negativas de ese tipo de uso que no estamos diciéndole a los niños qué tipo de uso tienen que tener”, explica Zabala.

En el mismo sentido opinan los expertos de Plataforma Proyecta, una iniciativa de la Fundación Amancio Ortega y de la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre que busca fomentar la innovación en el ámbito educativo. «En ocasiones el uso del teléfono móvil puede conllevar acciones negativas hacia otras personas (…), si bien esto no es consecuencia del uso en el aula, sino del uso de manera genérica, cosa que utilizando el móvil en el aula se podría trabajar en grupo«, explica la Plataforma Proyecta, que también considera que los niños deben ser educados en el buen uso de una tecnología que también van a manejar en su vida adulta.

Aunque es cierto que el uso de móviles en el aula puede reducir la atención o promover la dispersión de los alumnos, Plataforma Proyecta afirma que los profesores que han incluido el uso de los teléfonos en las clases explican que «es cierto que no son hechos distintos que con la introducción de otros elementos, como fueron los ordenadores», y que «para minimizarlos, es importante marcar normas de uso para todas las personas del colegio, también los adultos, e incluso hacer partícipes a los estudiantes en su redacción».

Para poder educar a los niños en este sentido es necesaria también la implicación de los padres, que tienen que apoyar las consecuencias que impongan los centros escolares por utilizar el móvil en los momentos en los que no está permitido, explica Zabala.

Llevar el móvil al colegio también es una opción
Los móviles se pueden convertir en una herramienta tecnológica para los estudiantes, como los ordenadores o las tabletas. | Foto: Kelly Sikkema | Unsplash

Otro argumento de quienes están a favor de integrar el uso de los móviles en las escuelas es que estos se pueden convertir en una herramienta tecnológica para complementar la formación de los estudiantes.

“La ventaja de los móviles en los colegios es que, cuando no hay, por ejemplo, presupuesto para que ese colegio tenga tablets u ordenadores, puede ser una manera de que un profesor en secundaria haga un ejercicio y ellos a través de su teléfono móvil con acceso internet, al wifi del colegio, puedan hacerlo”, explica Zabala.

“Generalmente el problema que tenemos con los móviles en los colegios es el uso personal que los niños le dan”, no los teléfonos móviles en sí, por lo que si se utilizan con el objetivo correcto, pueden ser un aliado a la hora de dar clase.

Lo mismo opinan los expertos de Plataforma Proyecta, que defienden que «disponer de móviles en las aulas permite una mayor flexibilidad para realizar tareas conectadas sin necesidad de disponer del aula de informática».

Además, esta plataforma defiende que el uso de teléfonos móviles en las aulas «permite una comunicación diversa según las necesidades de cada alumno o alumna, lo que permite que la metodología se personalice según sus necesidades». También destaca que los teléfonos móviles facilita a los estudiantes «llevar su propio registro diario de actividades y planificar el estudio en tiempo y calendario», por lo que se puede llevar un seguimiento del aprendizaje de los alumnos.

Prohibir los móviles, una opción que todavía tiene mucha fuerza

Aunque cada vez hay más personas que creen que llevar a los móviles tiene muchas ventajas, los defensores de la prohibición siguen teniendo mucha fuerza en el ámbito escolar.

“Yo creo que el móvil en el colegio no lo necesitan, que está muy bien que tengan un momento de desconexión”, dice Marc Masip, psicólogo y director del programa Desconect@. “Estaría encantadísimo con que un país europeo avance de forma correcta, porque el aprendizaje para los niños no tiene nada que ver cuándo hay un móvil y cuándo no”, añade.

Uno de los principales argumentos de quienes defienden esta prohibición es que no llevar el móvil ayuda a los niños a socializar con sus compañeros. “Creo que les genera menos ansiedad el no tener el móvil en el aula, y en los patios encima se relacionan entre ellos”, opina Masip.

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Algunos expertos consideran que los niños deben coger un hábito de estudio sin teléfonos móviles. | Foto: Martha Irvine | AP

Otra de sus razones es que las pantallas empeoran la concentración de los más jóvenes. Masip afirma que cada vez hay más estudios que demuestran que el uso habitual de la tecnología afecta a la capacidad de concentración. En concreto, hace referencia a un estudio publicado en la revista JAMA, en el que un equipo de la Universidad Sur de California ha evaluado durante un periodo de dos años a más de 2.000 alumnos y ha concluido que aquellos que utilizaban la tecnología y las redes sociales con frecuencia tenían más tendencia al trastorno de déficit de atención.

Masip considera necesario que los niños adquieran un hábito de estudio apartados de los teléfonos móviles y afirma que el hecho de prohibir los móviles en los colegios hace que “al menos adquieran el hábito de no utilizar el teléfono móvil estudiando”.

Respecto a la opinión de los expertos que están a favor de integrar los teléfonos móviles en los colegios porque opinan que los niños tienen que aprender a diferenciar cuándo pueden usarlos y cuándo no, Masip asegura que “se puede educar en el uso de los móviles por parte del profesorado sin tenerlos en clase”.

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