5 razones por las que 'Crepúsculo' es lo menos feminista del mundo

Puede que parezca imposible, pero hace ya diez años que llegó a la pantalla el melodrama romántico protagonizado por un pálido vampiro y una humana adolescente que vendió millones de libros, hizo millonaria a su mormona autora y convirtió en estrellas a Kristen Stewart y Robert Pattinson. Hace una década los cines se llenaban de gritos de jóvenes enamoradas con Crepúsculo.

Hace diez años los vampiros vivían un renacer en la cultura pop. True Blood, The Vampire Chronicles, el éxito de la saga Underworld… todos tenían en común a estos seres con colmillos, predilección por la sangre humana y miedo a la luz. Pero fue Crepúsculo la que realmente hizo de estas criaturas de la noche fenómenos de masas. Pero años después surge una duda, ¿se sostiene la historia de Bella y Edward hoy? ¿Es Bella un adalid feminista o un estereotipo arcaico? Y sí, dirán que tuvo una directora mujer (que tuvo mucho éxito con lograr una adaptación decente de un libro mediocre) y que hizo de las historias “dirigidas a mujeres” algo que Hollywood comenzaría a mirar con más respeto… pero estamos hablando de la historia de amor, y ahí las señales son claras.

Bella tiene poca o ninguna agencia

Salvo enamorarse de Edward Cullen, Bella hace poco en esta historia. A su alrededor los “hombres” que la quieren opinan y deciden sin preguntar demasiado, y aunque proteste un poco y a veces se rebele, la verdad es que Bella es un personaje sin agencia: las cosas le pasan, ella no tiene control sobre nada. Y puede que engañe el hecho de que en algunos casos exprese su desacuerdo, pero la realidad es que Bella es como tantos de los personajes femeninos de la historia del cine… alguien que no tiene control sobre su vida y cuyas decisiones dependen de los hombres que la rodean.

Esta película no pasa ni de lejos el test Bechdel

Para quien no lo sepa el Test Bechdel nació de una conversación entre dos personajes femeninos en un cómic de Alice Bechdel. Para referirse a la preponderancia masculina en el cine enumeran tres condiciones simplísimas que casi ningún filme cumple: 1) Que existan más de dos personajes femeninos con nombre; 2) Que estos dos personajes mantengan una conversación; y 3) Que esa conversación no tenga nada que ver con un hombre. Claramente la vida de Bella y toda su historia tiene que ver o con Edward o con Jacob o con su padre… ella, como individuo, casi no existe.

Bella tiene poca o ninguna personalidad

Es cierto que en las películas Kristen Stewart intentó darle mayor profundidad y tridimensionalidad a un personaje que en el libro es absolutamente soso. Bella es “tan normal” que no es una persona, es un recipiente vacío en que proyectarse para enamorarse de Edward Cullen, existe solo para quererlo o tener conflictos sobre quererlo o tomar decisiones que cambien radicalmente su vida por quererlo, su vida interior sin Edward no tiene ningún peso.

El sexo, uf, el sexo

La premisa es básica (y altamente conservadora): Edward ama tanto a Bella que no puede tener sexo con ella porque teme lastimarla en medio de su alta excitación (alerta de masculinidad tóxica…). Así que decide por ella, que claramente quiere tener una vida sexual sana y normal, que no tendrán sexo. Así, de manera muy igualitaria pues. En fin, que durante la historia llegan a tener sexo, solo una vez… no nos volvamos locos, y solo después de casarse (Bella tiene 17 años y Edward más de 70… sin comentarios). Y Bella queda embarazada de inmediato y con consecuencias que casi la matan. ¡Ah! y Edward, haciendo alarde de su claro sentido de la igualdad, se niega a convertirla en vampiro a pesar de que es lo que ella quiere y que de no hacerlo tal vez morirá.

Vamos, el súmmum del feminismo esta historia.