Por qué los musulmanes son las principales víctimas del terrorismo yihadista

Durante el año 2017, 42 de los 191 países del mundo—el 21%— han sido escenario de al menos un atentado yihadista. En total se han registrado 1.459 ataques terroristas yihadistas que han sesgado la vida de al menos 13.632 personas. Los cinco países más afectados por la actividad yihadista fueron Irak (505 atentados), Afganistán (187 atentados), Nigeria (105 atentados), Somalia (92 atentados) y Siria (90 atentados), todos ellos con una población mayoritariamente musulmana, según los datos aportados por el ‘Anuario del terrorismo yihadista 2017’, la primera publicación del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET).

Más de la mitad de las víctimas del terrorismo yihadista, el 55,2%, se produjo en Oriente Medio y el Norte de África, la región conocida como MENA. África Subsahariana fue la segunda región más afectada, con un 22,10%, seguida de cerca por el Sur de Asia (Afganistán, Pakistán, India…), con el 20% y mas de lejos por el Sudeste Asiático, un 1,70%. Europa Occidental tan solo registró el 0,4% de los fallecidos. El 0,20% restante corresponde a Eurasia. Irak ha sido el país con mayor número de víctimas mortales, 5.335, lo que supone un 39% del total de víctimas mundiales.

Esta distribución geográfica de los atentados, estos datos, «nos hacen ver que la población musulmana es y seguirá siendo la más afectada por el terrorismo yihadista», asegura Carlos Igualada, uno de los autores del informe, que también señala que una de las razones por las que los atentados son más frecuentes en países de mayoría musulmana es por una mayor presencia de grupos terroristas en esas regiones.

Aunque Europa no es la región más golpeada por la actividad yihadista, la cercanía nos empuja a poner la atención en ella. El periodista Arcadi Espada ya profundizó es este tema, lo que denominó «el kilómetro sentimental», es decir, la relación inversamente proporcional entre la emoción que provoca un asesinato y los kilómetros de distancia a los que se ha producido. A más kilómetros, menos emociones.

A lo largo de 2017 Europa sufrió 15 atentados yihadistas en Francia, Reino Unido, Bélgica, Alemania, Suecia, Finlandia y España, diez de ellos causaron víctimas mortales, cuya cifra total se eleva a 62.

El caso concreto de España

El año pasado, España volvió a ser objetivo del terrorismo yihadista, trece años después de los atentados del 11 de marzo de 2004. Los ataques del 17 y 18 de agosto en las Ramblas de Barcelona y en Cambrils, perpetrados por una célula autónoma vinculada al Estado Islámico, dejaron un balance de dieciséis fallecidos. La presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite), Consuelo Ordóñez, señala que los atentados de Cataluña del pasado mes de agosto «nos han devuelto a los fantasmas del pasado, a los fantasmas de ETA», y asegura que «aunque parecía que lo habíamos aprendido todo, las acciones terroristas de Barcelona y Cambrils han recordado que todavía queda mucho camino por recorrer».

En España, en 2017 se llevaron a cabo 51 operaciones policiales y se detuvo a 84 personas. Cataluña, fue el principal foco de lucha contra el yihadismo: allí se desarrollaron 14 operaciones policiales que se saldaron con 29 presuntos terroristas detenidos y seis abatidos. De la cifra total de 84 detenidos, 78 de ellos son hombres y 6 son mujeres.

El Estado Islámico, el grupo terrorista más letal

El autoproclamado Estado Islámico es el grupo terrorista causante del mayor número de atentados y del mayor número de víctimas. Este grupo ha asesinado a más de la mitad de las víctimas globales del terrorismo yihadista –7.024, lo que supone un 51,5% del total de víctimas a nivel mundial–, seguido por los talibanes – responsables de 2.718 muertes, casi el 20%– y de Boko Haram –1. 093 víctimas mortales, un 8% del total–.

El 52% de los atentados terroristas del Estado Islámico se han producido con artefactos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en inglés), que, en algunas ocasiones los combatientes «han escondido en juguetes o balones de fútbol que luego abandonan en la calle para que los niños los cojan», asegura Carlos Igualada.

A lo largo de 2017 el EI ha ido perdiendo en Siria y en Irak sus últimos bastiones, siendo anunciada su derrota militar total por el presidente ruso, Vladimir Putin, en diciembre. No obstante, aún no se ha acabado con su ideología y con la amenaza.  El OIET asegura que «el terrorismo va a perdurar, al menos durante varias décadas», y no descarta que aparezcan «nuevas ideologías, nuevas reivindicaciones y grupos» y que la tendencia apunta a «un nuevo liderazgo de al Qaida como vanguardia del yihadismo global», situación que se afianzaría en la medida en que Hamza Bin Laden -hijo de Osama Bin Laden- avance en la línea jerárquica hacia el liderazgo.