España, por debajo de la media europea en profesionales de la salud mental en plena pandemia
Hoy en día todavía en España existe cierto nivel de estigma social con respecto a ir al psicólogo, a diferencia de países como Estados Unidos o Argentina
La pandemia ha mostrado la necesidad de contar con personal sanitario para atender a los pacientes de COVID-19 tanto en el hospital como fuera de él. Es imprescindible contar con apoyo psicológico. No solo lo necesita el propio personal sanitario, los cuerpos y fuerzas de seguridad y el resto de trabajadores que están en la primera línea de lucha contra la COVID-19. También lo requiere el resto de la ciudadanía, que sufre la angustia por el posible contagio y por los efectos de los confinamientos y cierres parciales.
El porcentaje medio de psicólogos en la Unión Europea se sitúa en 38 por cada 100 000 habitantes, según el informe de la Organización Mundial de la Salud denominado Mental Health Atlas actualizado con datos del 2017.
Los datos poblacionales de Eurostat a fecha de uno de enero del 2017 permiten observar que el país con un mayor porcentaje de profesionales de la salud mental es Finlandia con 133,08 por cada 100 000 habitantes entre psiquiatras y psicólogos (23,59 y 109,49 por cada 100 000, respectivamente). Esto lo convierte en el mejor preparado para atender a la población en situaciones de crisis como la provocada por la COVID-19 [contexto id=»460724″].
En el caso de España únicamente se recogen los datos de la proporción de psiquiatras. Esta es de 9,69 por cada 100 000 habitantes, muy por detrás de países como Polonia, Finlandia y Bélgica con 24,18; 23,59 y 20,06 por cada 100 000 habitantes, respectivamente.
Para poder conocer la realidad de los psicólogos españoles hay que recurrir a fuentes nacionales. «Un informe del Senado sobre las necesidades de recursos humanos en el Sistema Nacional de Salud (SNS) realizado en 2010 estimó que había 4,3 psicólogos por cada 100 000 habitantes, frente a la media europea de 18 psicólogos por cada 100 000 habitantes. Según la información facilitada al Defensor por el Ministerio de Sanidad, dicha ratio se situó en 2018 en aproximadamente 6 psicólogos», asegura la web del Defensor del Pueblo.
Esta proporción de psicólogos está muy por detrás de países como Finlandia, Alemania y Francia, con 109,49; 49,55 y 48,70 por cada 100 000 habitantes, respectivamente.
Muy por debajo de la media europea
La proporción de psicólogos y psiquiatras, combinados, da una tasa muy inferior a la de otros países de la Unión Europea. Esto hace que la asistencia psicológica que estos profesionales pueden ofertar llegue a un número limitado de ciudadanos.
Varios son los factores que pueden explicar esta baja tasa de especialistas de la salud mental, y en concreto de psicólogos, ya sea con el título de Psicólogo General Sanitario o de Psicólogo Clínico. Uno de ellos es que hoy en día todavía existe cierto nivel de estigma social con respecto a ir al psicólogo, a diferencia de países como EE. UU. o Argentina, donde es común acudir una vez al mes sin necesidad de sufrir una patología o problema grave.
Igualmente, existe una escasa visibilidad de estos profesionales en el sistema sanitario. A pesar de que anualmente se han ido incrementando las plazas para el Psicólogo Interno Residente, conocido por sus siglas como PIR, estas son insuficientes (ver gráfica).
Por todo lo anterior, y dada la situación de pandemia que se vive desde hace un año, existe una demanda creciente de profesionales de la salud mental que supera con creces las posibilidades de la oferta. De ahí que sea imprescindible fomentar estas especialidades entre los estudiantes, además de aumentar el número de plazas de PIR y la incorporación de estos profesionales al sistema nacional de salud.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.