Llegadas por mar, islas cárceles y muchas trabas: así fue 2020 para los solicitantes de asilo
Para hacernos una idea de los cambios que ha supuesto el año 2020 respecto a la inmigración recogemos los principales datos y apuntes del informe anual de CEAR
2020 será recordado a lo largo de la historia como el año de la pandemia. A todos, da igual en la parte del mundo que vivamos, nos ha cambiado la vida. Y si aquí ha sido un año malo, es difícil imaginarse lo que habrá sido en países donde los ciudadanos tienen que lidiar en su día a día con la guerra, el hambre o las persecuciones por parte de grupos armados. Por eso, a pesar de la pandemia, miles de personas decidieron jugarse la vida en pateras y cayucos para llegar a Europa y buscar una vida mejor. España, junto a Italia y Grecia, recibe al grueso de estos migrantes.
Como cada año, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) publica un informe en el que analiza la situación de los refugiados y solicitantes de asilo en España y Europa y los datos más relevantes del año. Para hacernos una idea de los cambios que ha supuesto el año 2020, recogemos los principales datos y apuntes de este informe.
Llegadas por mar por el cierre de fronteras
En España, a pesar de lo que piensa mucha gente, la mayoría de las entradas de migrantes se producen por la vía aérea, especialmente por el aeropuerto de Barajas y el de El Prat. Pero los cierres de fronteras que durante meses estuvieron vigentes para tratar de frenar la expansión del coronavirus[contexto id=»460724″] cambiaron el panorama por completo y en España, el 96% de las entradas se hicieron por vía marítima.
En Europa, el porcentaje de llegadas por mar fue del 86%, casi la mitad de las cuales, un 48%, fueron a España, seguida de Italia y Grecia, con un 41% y un 11%, respectivamente.
El principal problema de este cambio de rutas es la peligrosidad a la que se han tenido que enfrentar quienes no tenían otra opción que huir de sus hogares. Miles de personas mueren tratando de llegar a Europa cada año por mar y la imposibilidad de llegar por otras vías ha hecho que esto sea un problema aún mayor.
La reactivación de la ruta canaria, que comenzó en 2019 pero tuvo sus picos máximos en 2020, dejó cifras escalofriantes el pasado año. Según la ONG Caminando Fronteras, 1.851 personas murieron en la ruta canaria, un 85% del total de los que lo hicieron tratando de llegar a España, 2.170.
Sin embargo, estas cifras son difíciles de dar con exactitud, puesto que muchas de las personas que fallecen no son reportadas e incluso hay naufragios de los que no hay supervivientes y, por tanto, no se puede saber el número real de personas que iba en la embarcación.
Políticas de contención
Otro de los hechos que marcó el año 2020 en lo que se refiere a inmigración y solicitantes de asilo en España fueron las políticas de contención que se pusieron en marcha en Canarias ante la llegada de miles de migrantes en pocas semanas al archipiélago.
El muelle de Arguineguín se convirtió en un campamento improvisado con unas condiciones deplorables para quienes pasaban allí la noche. Después, los campamentos que se fueron creando se convirtieron en una especie de centros de internamiento en los que vivían en condiciones cada vez peores.
Durante meses, los migrantes han estado encerrados en Canarias, sin poder moverse a otras partes del país, a pesar de lo que dice la ley, y son muchas organizaciones las que critican que el archipiélago se ha convertido en otro experimento de Europa, como ya pasó con Lesbos, para tratar de mandar un mensaje a aquellos que piensen en entrar al continente a través de las islas.
En CEAR critican esta manera de actuar y afirman, en palabras de su directora, Estrella Galán, que «España no puede prestarse a ser un laboratorio de políticas de contención». Por eso celebran tanto la decisión del Tribunal Supremo de reconocer la libertad de circulación por todo el Estado para los solicitantes de asilo que, aunque reconocen que no se están poniendo en práctica todavía como debería, lo está haciendo de manera paulatina y es un paso importante a la hora de cambiar esta realidad.
Trabas administrativas
El cierre de oficinas para hacer trámites administrativos de todo tipo ha sido algo generalizado, pero en el caso de los solicitantes de asilo ha supuesto un grave riesgo para muchos aspectos de su vida. Personas que no han podido renovar sus papeles por falta de citas, personas que han perdido su trabajo por los problemas administrativos y personas incluso que no han podido presentar sus solicitudes.
«Un año más, preocupa especialmente la persistencia de obstáculos de acceso al procedimiento, que en 2020 se acentuaron a consecuencia de la pandemia», señala el informe de CEAR. «El confinamiento estricto de la primavera llevó aparejada la suspensión de todo trámite presencial de protección internacional ante la Oficina de Asilo y Refugio y las comisarías de policía competentes», explica.
Pocas solicitudes de asilo concedidas
En 2020, 88.762 personas solicitaron protección internacional en España, un 25% menos que en 2019, lo que puso fin a un crecimiento que había sido ininterrumpido desde el año 2012.
En el informe, CEAR destaca que «uno de los aspectos más positivos fue el notable incremento de las solicitudes de protección internacional resueltas». En 2020, 114.919 solicitantes de asilo conocieron la resolución de su expediente, algo más del doble que en 2019 y casi diez veces más que en 2018, según los datos del documento.
Sin embargo, la alegría por el aumento en el número de resoluciones se desvanece al ver que solo el 5% de las solicitudes de protección internacional fueron concedidas, una cifra muy inferior a la media europea, que fue de un 33%. En países como Grecia, uno de los mayores receptores de migrantes de Europa, se eleva hasta el 55%, y en Alemania se concede un 44% de las solicitudes.
Propuestas para mejorar la protección de los refugiados
Ante esta situación, que se complicó en 2020 pero que ya era mala anteriormente, CEAR plantea una serie de medidas para que se garanticen los derechos de las personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas. Las 28 medidas se pueden leer en su informe, pero señalamos aquí algunas de las más destacadas como resumen:
- Asumir un mayor compromiso en materia de reasentamiento, «la única vía legal y segura accesible», así como activar otras vías legales y seguras complementarias.
- Activar los mecanismos de solidaridad territorial y diseñar una distribución de las personas entre todas las comunidades autónomas.
- Estudiar las solicitudes de protección internacional de manera individual, sin aplicar criterios estándar según la nacionalidad.
- Poner fin a las devoluciones en caliente, especialmente en Ceuta y Melilla.
- Eliminar la exigencia del visado de tránsito para las personas originarias de países en conflicto como Siria, Palestina, Yemen, Gambia y Camerún.
- Modificar el Reglamento de Extranjería para promover la reincorporación al mercado laboral y evitar la irregularidad sobrevenida de las personas que han residido y trabajado regularmente en el país como solicitantes de protección internacional.