Seis vinos que quedarán bien en una barbacoa
Opción gastro recurrente por apetecible pero también porque sus posibilidades son infinitas, y por eso muchas las alternativas líquidas para acompañar
Kelsey Knight (Unsplash)
Valor seguro de temporada, llega el momento álgido de las barbacoas. Buen tiempo, vida en el exterior y el ‘mundo barbacoa’ auténtico hit parade; el perfecto aliado del aumento de las temperaturas y los encuentros y celebraciones al aire libre. A partir de esta incuestionable premisa, es que además representa una alternativa culinaria ideal porque las brasas lo admiten todo o casi todo… y por eso se puede repetir y repetir en tantos momentos primaverales y noches veraniegas. De temática carnívora (panceta, salchichas, morcilla, longaniza, hamburguesas, cortes de carne de ternera, pollo, cerdo ibérico, pavo, cordero…) o de pescado, marisco, con verduras o sin, animadas con patatas. Un repertorio con opciones para gustos, perfiles de consumidor y momentos que suele tener la cerveza como gran protagonista en el apartado líquido, si bien es cierto que se prodigan cada vez más grandes cubiteras con opciones vinícolas en estas reuniones festivas. Y es que entre el vino, por tratarse del producto que nos concierne, hay muy recomendables opciones que hacen un estupendo papel con lo dispensa la brasa… Etiquetas de estilo frutal, con destacada frescura y amigas del frío (esto es, las burbujas) ofrecen un buen acompañamiento cuando de equilibrar la grasa se trata porque ayudan a ‘limpiar’ la boca (arrastrando esas sensaciones grasientas) al tiempo que la refresca. Tengo clarísimo que son muchos los vinos tintos que se pueden empezar a amontonar en nuestra cabeza pensando en esas carnes que, por lo general, abundan en las barbacoas. Es por eso que opto por alternativas poco habituales. Porque con la función asignada encontramos buenas opciones en el universo rosado, entre los blancos más jóvenes y sin lugar a dudas en el maravillo mundo de los espumosos. Cualquier de ellos, eso sí, sin demasiado tiempo de crianza si es que la tienen. He aquí algunas pistas…
Podemos empezar por esta novedad de las castellanas Bodegas Menade, La Misión de Menade 2019 (24 €). Un blanco elaborado con verdejo prefiloxérico (esto es, más que centenario pues el primer caso de filoxera en España data de 1878), trabajado en ecológico y que sale al mercado con Vino de la Tierra Castilla y León (VT CyL). Tiene una crianza de diez meses parte en roble francés de 500 litros; parte en grandes tinas de 5.000 y 10.000 litros y parte en tinajas de arcilla de distintas capacidades. Al final, un vino eminentemente fresco, frutal, primario. Presenta aromas de fruta blanca fresca y fruta de hueso, notas cítricas, recuerdos anisados y de hierbas aromáticas. Jugoso, con estructura, y una gran frescura gracias a una acidez cítrica, e incluso sensaciones salinas que permanecen tiempo en la boca.
Entre los Ribera del Duero este primer vino ecológico de Pagos de Anguix (propiedad de Juvé & Camps), El Rosado 2021 de Pagos de Anguix (15,75 €). Nació con la añada anterior y se compone de tinto fino y la blanca albillo mayor de viñas a más de 850 metros sobre suelos pedregosos y un fondo arcillo-calcáreo. Fermentado y criado durante tres meses en barricas de roble, otra elaboración cargada de frescura, fruta roja y de hueso, notas balsámicas y equilibrada acidez con recuerdos minerales. Aunque tampoco le falta un toquecito goloso y frutas maduras en el paso de boca, donde resulta fino y persistente.
Otra buena elección blanca es este godello del Bierzo que elabora Finca Losada. Losada Godello 2021 (15,10 €) procede de viñas situadas sobre suelos de pizarra a más de 600 metros, y ha tenido una crianza de seis meses sobre lías, el 25% en barricas francesas de 500 litros. Un vino muy intenso en aromas, con notas de fruta blanca, fruta carnosa fresca (melocotón), flores y aromas herbáceos. Untuoso, con toques minerales (al final del recorrido) y una frescura cítrica que anima a seguir bebiendo y contribuye a su persistencia.
Entre las muchas burbujas para elegir, para la ocasión una de la subzona Clàssic Penedès, perteneciente a la DO Penedès, AT Roca Rosat Reserva 2019 (13,50 €). Un indiscutible vino de paisaje porque transmite el lugar del que procede: 50% de macabeo del Costers de l’Ordal a una altitud de 320 metros, y 50% de garnacha de la Conca Central a 210 metros sobre el nivel del mar. Dos variedades mediterráneas para un brut nature con una crianza de más de 20 meses en botella. Con un color rosa pálido y una burbuja fina y persistente, destacan aromas de fruta viva, ácida (manzana) junto a notas de frutas rojas (fresa). Un vino muy frutal, fino, fresco, con una acidez presente pero bien equilibrada.
Pero no voy a dejar de hacer un guiño a quienes siguen prefiriendo tinto con dos vinos que cumplen a la perfección con ese perfil más primario y fresco al que me he referido. Es el estilo que define a los maceración carbónica, elaboraciones referidas hace unos meses en este mismo medio pero que recordamos en pocas líneas como resultado del contacto de los racimos enteros en el depósito…poco más. Un contacto que provoca que las uvas se rompan a causa del peso y el mosto que sale provoque la fermentación. Un proceso que terminará prensando y extrayendo el vino, y lo que se traduce en etiquetas con mucha fruta y frescura, esto es, el carácter más primario, y un toquecito de carbónico, de ahí el término técnico que los aglutina. ERRE Punto 2021 (13,50 €) es el más joven de la familia alavesa Remírez de Ganuza (DOCa Rioja). Una mezcla de 70% tempranillo, 26% garnacha, y 4% entre viura y malvasía. Intenso, equilibrado, con destacada fruta roja y aromas de regaliz, carnoso y sabroso, cuya frescura va a hacer muy buen papel con las piezas más grasas que tengamos en la barbacoa. Y por último una garnacha navarra de la bodega Viña Zorzal Wines, Señora de las Alturas 2020 (19,95 €), uno de los vinos especiales de la casa pues procede de una de sus parcelas históricas con cepas prefiloxéricas sobre suelos ricos en piedra caliza y arcillas. Por esta razón, una elaboración definida por el terruño en el que nace situado en Fitero, la única localidad de Navarra que pertenece al Sistema Ibérico. El vino ha fermentado en barricas francesas de 500 litros y después ha tenido una crianza de un año. Especiado, con notas de frutos rojos, recuerdos minerales, unas sensaciones que reproduce en la boca, donde resulta muy fresco y con buen recorrido.
